La lectura: ¿pasión o necesidad? |
Ubicación del lector en la era del conocimiento. En estos primeros años del s. XXI, en la
era del conocimiento, lo que más necesitamos los seres humanos es
comunicarnos, pero contradictoriamente, cuanto más personas se encuentran
conectadas por los variados medios de comunicación, más incomunicación
existe. Se crearon en el mundo millones de cuentas
de correo electrónico, nacido para vincularse en emergencias a través de
mensajes, pero quizás, sea este medio una de las causas
de la incomunicación. La incomunicación se da además, por la
falta de tiempo de padres que delegan la formación de sus hijos a las
escuelas, niñeras, profesores privados, juegos de computadora, a la
computadora misma y a la televisión. Existe en esta era, la falta de tiempo para
la intimidad emocional y creativa en las parejas, y en las familias, han desaparecido los
espacios de encuentro para establecer un buen vínculo. Esta aseveración se basa en el
relevamiento de las horas de trabajo que los padres se exigen para
alcanzar logros utilitarios, olvidándose por ello de vivir plenamente y
en armonía con los demás y consigo mismo. Al decir del psicoeconomista
español Alex Rovira[1], consultado acerca de esas
conductas expresó: “la vida ya la tienes ganada, ahora dale sentido”
o, el último día te oirás decir: “Sí, me gané la vida, pero no la
viví”. Hoy, la sociedad toda, no alienta a pensar,
conversar, detenerse a “perder tiempo” en actividades sin valor
comercial. Las últimas encuestas del mes de diciembre
pasado, dadas a conocer por el semanario británico The Economist,
aseveraban que aun cuando la economía mundial ha crecido, los índices de
satisfacción de felicidad de las personas no alcanzan los mismos valores. Estas reflexiones nos guían a la postura
de la posición humanística del psicoterapeuta ruso-estadounidense,
Abraham Maslow [2]
nacido en Nueva York en 1908. Sus investigaciones plantean una teoría
a favor de la psicología humanística. La teoría desarrolla la idea de una pirámide
donde coloca en orden ascendente, las necesidades según las prioridades
del ser humano. En la base, se encuentran las fisiológicas,
tales como los alimentos, el agua, el aire y el abrigo; en la cúspide las de
autorrealización, cuando se logra el cumplimiento de las potencialidades
más profundas del ser. Entre ellas coloca las relacionadas con la
autoestima y aceptación, como el amor, el afecto y la pertenencia. Cubiertas las necesidades de cada estadio,
siempre ascendiendo desde la base, el individuo comienza a emplear su
energía en las otras, en forma progresiva. Desde nuestro punto de vista será el libro
el vínculo imprescindible para ascender los escalones de esa pirámide y alcanzar una forma
de vida acorde a los movimientos y cambios de la sociedad, alcanzando la
autorrealización. ¿Dónde ponemos el foco de la lectura los
responsables de estos cambios? Las instituciones educativas están
actualmente muy involucradas en las nuevas tecnologías que poseen una
proyección mucho más rápida
que la del libro impreso. Pero no debe olvidarse que la gran revolución
en la enseñanza y la superación del individuo, tuvo siempre, en su
centro, en todas las civilizaciones, al libro impreso como hilo
conductor del saber. Nuestro proyecto para alcanzar los
objetivos de superación es promover en niños y adolescentes, la motivación
por la lectura para aprender, disfrutar de otros saberes y disciplinas,
para que cada uno de nuestros orientados se convierta en su propio
instructor. Ya no es suficiente el concepto tradicional de alfabetización,
todo el sistema debe abrirse a las nuevas ideas de la sociedad del saber,
que exige no solo la adquisición de las destrezas fundamentales, sino el
que cada individuo logre
confianza en sí mismo para ser competente y capaz de desempeñar con éxito las tareas que le correspondan en esta
época de avanzada que exige leer de por vida para acompañar los pasos y
avances de la sociedad. Para estos retos, el buen uso del libro será
el recurso clave que llevará a la persona a una autorrealización
positiva. Los que trabajamos
en educación sabemos que dependerá de la capacidad del docente el
orientar a los jóvenes en la búsqueda de su realización, para alcanzar
los niveles superiores de la pirámide, mediante la propia motivación y lecturas. Por eso hoy, más que nunca es importante
pensar en qué es leer. La lectura constituye un proceso activo de
reconstrucción del significado del lenguaje, presentado por símbolos gráficos. Según este concepto, la lectura supone
descifrar unos signos y abstraer de ellos un pensamiento, por eso el
lector requiere una elaboración mental de análisis y síntesis. El dominio de la lectura significa la
adquisición del proceso mencionado y se vincula a la totalidad de la vida
cultural del lector. A nivel de una población de adolescentes de doce a
catorce años, este dominio pasa a ser un importante medio de información,
trabajo, instrucción, recreación y necesidad. En el momento actual, el programa de
lectura no puede limitarse a desarrollar las técnicas básicas e
interpretación de los signos escritos. Si se pretende lograr una real y
efectiva comunicación lector-autor-conocimiento, se debe estimular al
joven a buscar la información que amplíe sus intereses y le permita
elegir sus lecturas, para desarrollar su capacidad crítica frente a la
propaganda.
Brunett, J.J.(1982) dice al respecto:[3] “Leer un libro supone una actitud de
receptividad, interés activo, diálogo y crítica. Y esa actitud se
desarrolla a través de procesos intelectuales en virtud de los cuales el
lector reconoce palabras, entiende las ideas, el mensaje del autor, su
pensamiento, elabora el pensamiento del autor contrastándolo con el suyo
propio, evalúa lo leído, lo acepta, lo rechaza, lo matiza a partir de su
propio pensamiento…”
Dentro del concepto general de lectura
presentado, se hará hincapié en la lectura por placer, como primer
objetivo, porque refuerza las destrezas del alumno como lector
independiente y tiene efecto retroalimentador en las operaciones
cognoscitivas, lingüísticas y afectivas, vinculadas estrechamente con el
desarrollo global de la capacidad lectora. El adolescente lector: una experiencia
personal de trabajo en el aula. Los desafíos de la sociedad frente a los
avances de la humanidad y las necesidades a las que se enfrentan los
adolescentes, nos llevaron a
plantear una experiencia en la institución educativa privada donde
trabajamos en el área de la lengua materna. No es fácil alentar a los jóvenes a leer
con pasión, buscando placer y
respuestas a sus necesidades en los libros, pero nada es imposible cuando
se trata de profundizar en un universo literario tan amplio que tiene sus
comienzos en las primeras manifestaciones de la vida humana. El hombre buscó la comunicación a través
de historias reales o creadas, para cumplir con una misión estética o
educativa. Porque creyó en ellas, puso en esas primeras manifestaciones
literarias todo lo que veía y sentía útil para las generaciones
futuras. El proyecto de trabajo no trata de plantear
las mejores estrategias, sino de utilizar las más adecuadas para
desarrollar a través de la motivación, la necesidad de la lectura en los jóvenes. La alfabetización progresa en todos los
niveles de la población, es la época de las leyes de escolaridad, los
educadores se convierten en pioneros de elevados ideales para el hombre y
el niño, en el área de la lectura. Es un período importante para la
reflexión pedagógica, que reconoce
al libro como la herramienta imprescindible en la formación de los
jóvenes. A pesar de estas afirmaciones, un concepto
se plantea en todos los ámbitos educativos: “los jóvenes no leen” en
la actualidad. Ante este planteamiento fue necesario
investigar en la población cercana, en qué medida se corresponde esta
afirmación con la realidad. Podemos afirmar a priori que sí se lee, en
el caso de información general, en soportes diferentes al libro, como el
monitor de la computadora, la comunicación con sus pares a través de
mensajes de texto, o, el material que se les ofrece en las áreas de
estudio. La necesidad de lectura en los jóvenes
puede aparecer o no, casi siempre independiente de factores ambientales,
sociales, pero cuanto más temprano se obtenga, mayor posibilidad
habrá de formar a los potenciales lectores. El hecho lector es individual, reflexivo,
por lo tanto para lograr el verdadero lector y para llegar a él, se debe
ofrecer un aprendizaje constante y motivador. El gusto por la lectura es un aprendizaje
lento, placentero o no,
dependiendo muchas veces de quienes la promocionan. Siempre que se
presente con una dosis de pasión en el trabajo, de convencimiento, se
encontrarán los resultados positivos en todas las áreas del quehacer de
los involucrados. Para resumir la postura que la lectura
tiene en el sistema educativo de cualquier país, es importante tomar como
guía uno de los objetivos del decreto del Currículo de Primaria Español
de la Consejería de Educación de Cantabria: “utilizar la lectura como
fuente de placer, de descubrimiento de otros entornos, de fantasía y de
saber, todo lo cual contribuye a su vez a conservar y mejorar la
competencia comunicativa.” [4] Ante esta situación real los docentes nos
sentimos responsables frente a los factores que colaboran al deterioro de
la comunicación autor-lector y consideramos los siguientes puntos: v
Métodos pedagógicos que no acompañan las
expectativas de los alumnos; v
Programas de lectura alejados de la realidad que
no se involucran con los jóvenes; v
Medios de comunicación muy valiosos pero que en
alguna medida pueden marginar la palabra oral y escrita; v
Grupo adulto no lector en una sociedad que
desvaloriza el tiempo compartido para pensar, que repite ideas y
expresiones “hechas” que convergen en el factor desencadenante de una
generación de oyentes sin poder crítico. Estos planteamientos indican que la
inclinación a la lectura comienza en el hogar, pero sabemos que nos
corresponde a los docentes y a la institución educativa, convertir el
esfuerzo en un proyecto que involucre a todos. Del estudio de los resultados de las
investigaciones realizadas en la institución privada donde se realiza la
experiencia, se diseña el proyecto para poner en práctica en un grupo
testigo, un taller de lectura. El
concepto de taller en la experiencia personal. A la experiencia de lectura se le denomina
taller en este caso, como sinónimo de laboratorio, vocablo del que se
toma su acepción de “oficina o taller donde se hacen trabajos de índole
técnica o investigación científica”. A la hora del taller se la considera como
un trabajo técnico y de investigación, en cuanto los alumnos tienen la
oportunidad de investigar individualmente en el área seleccionada: sea
literatura, en las últimas conquistas científicas o en actividades técnicas
que modifiquen las formas de vida. Se actuará siempre a ritmo personal,
con el tiempo ideal y apropiado para cada integrante del grupo. En el taller, la formación del alumno se
da en una reflexión individual y grupal, que se constata a posteriori en
la expresión oral y en el desarrollo general de su pensamiento, cuando
revela un proceso de superación y calidad, en la devolución de
informaciones solicitadas en las horas curriculares. El taller no enseña qué hay que decir
sino cómo decirlo a través de la lectura, de la integración de nuevos
elementos del lenguaje, que se suman en forma natural y fluida surgiendo
de lo más profundo y auténtico del lector sin aparecer como elementos
foráneos. Como en cualquier otra actividad, cada taller marca su propia
dinámica y quizás se puede decir que existen tantos métodos de trabajo
como talleres, todos con elementos
básicos comunes. Seleccionamos
los siguientes: v
Se fija un día y hora semanal en acuerdo con el
grupo. v
Se integra con el total de alumnos del mismo. v
No se lo modifica, es heterogéneo, no se
seleccionan voluntarios. v
El ámbito del taller es la propia clase, con una
mayor libertad de movimiento de los alumnos en salidas a la biblioteca
para la selección de material de lectura. v
En
el grupo existe la figura de un coordinador, el profesor. v
El trabajo más importante del coordinador es
dedicarse a la lectura, trasmitiendo en forma presencial, su experiencia
en el ejercicio de la misma. v
La buena relación entre el coordinador y el
grupo, es fundamental para la creación de un propicio ambiente de trabajo v
La flexibilidad y apertura a nuevas posibilidades
de integración de conocimientos es un elemento atractivo para los
participantes. El proyecto se ubica en el área de lengua
materna, en un grupo testigo de adolescentes de 12/ 13 años en un
Instituto trilingüe de la zona de Pocitos, barrio de la costa de
Montevideo, en el año 1993. La población
comprometida alcanza a todos los clientes del proceso educativo, así como
a la familia, las
organizaciones y la sociedad. Los estudiantes
involucrados desarrollan independencia y facilidad para seleccionar sus
materiales y definir sus propósitos frente a la lectura, tiene vida
propia, no integra el programa de enseñanza de
la lectura que se desarrolla sistemáticamente en todas la tareas
que acompañan los manuales de trabajo diario. Metodología
de trabajo: El
taller proporcionará la oportunidad de una lectura independiente y
placentera. Elegirán
una lectura completa. El
profesor tendrá su propio material de lectura para la hora acordada, de
esta manera todos los integrantes estarán involucrados en la misma tarea,
según lo recomendado por Mccracken y Mccraken, 1978, “no ocupar el
tiempo de lectura en corregir pruebas, colocar notas, etc.”[5] En
caso que algún integrante del grupo solicite ser escuchado, se lo tomará
en forma individual, sin interrumpir o distorsionar el trabajo. Los
alumnos llevarán su propio control de lectura en una planilla elaborada
en acuerdo, al comienzo del trabajo. El
profesor realizará un seguimiento de las lecturas de sus alumnos. Los
datos recogidos se utilizarán como punto de partida para una orientación
de los integrantes que lo
necesiten. Conclusiones
generales de la experiencia. Los
alumnos manifiestan en los formularios de control propuestos al finalizar
la experiencia: v
Leer más y con mayor interés. v
Un cambio en sus hábitos de lectura. v
Mayor disposición en los períodos dedicados a
la lectura. v
Actitud de concentración general en el tiempo
dedicado al trabajo. v
Concurrencia a la Biblioteca del Instituto o
familiar. v
Modifica su vocabulario e intereses en el
intercambio de información con sus compañeros sobre las lecturas
realizadas. Evaluaciones
durante el proceso. Desde
su implementación se realizan evaluaciones durante el proceso para
promover cambios y/o ajustes necesarios para su continuidad con éxito. Conclusiones. La
actividad continúa por considerarse a la lectura reflexiva y
significativa, base de todas las áreas del trabajo curricular,
permitiendo al adolescente utilizarla para
sí mismo y para toda su vida de relación en sociedad. El
rendimiento y la disposición general para integrar nuevos conocimientos
por medio de la lectura se acrecienta en los integrantes, como lo
demuestran los resultados de las investigaciones realizadas y analizadas. Se
destaca en los alumnos integrantes de esta práctica, una mayor facilidad
para lograr la interrelación de los conocimientos y una presentación
clara y acorde a las necesidades de los temas estudiados. Podemos
aventurar, que en el mundo del conocimiento al que ingresamos, nada mejor
que una apuesta al libro y a la lectura como derecho
y placer, capaces de despertar pasión por la lectura reconociendo su
necesidad. En
esta tarea los objetivos acompasan los tiempos y plantean a los alumnos
diferentes estrategias pedagógicas para lograr los niveles de aceptación
a la lectura en la tarea diaria. Como
se indicaba al principio de la intervención, si se pensaba que
leer es identificar letras y reconocer palabras, sabemos hoy, que
es un proceso en el que se explora el significado y se integra con
conocimientos previos del lector y su mundo emocional. Al
joven en esta tarea no se le
considera como un sujeto pasivo, sino muy activo en su trabajo lector, por
el esfuerzo en la búsqueda por comprender el texto, establecer conexiones
y avanzar con inteligencia. El
lector activo procesa la información que lee y la relaciona con estudios
y conocimientos que posee y los revisa. La
lectura, comprensión y adaptación a las propuestas de trabajo los
preparan para el cambio y el avance de las nuevas tecnologías. La
motivación que impulsamos en los jóvenes los lleva a una necesidad de
lectura y a la búsqueda de información para satisfacer sus intereses y transformarse
en una verdadera pasión.
Montevideo,
abril de 2007.
Referencias: [1]
Rovira, Alex: asesor económico, autor de “La
brújula interior”. Lanacion.com. 14/I/2007 [2]
Stoner, James; Freeman, Edward:
“Administración”.P.H.H. 5a.Ed. México 1994. [3]
Brunett Gutiérrez,
Juan José. Cómo programar las
técnicas de estudio en E.G.B. Madrid, San Pío X, 1982. [4] Currículo de Educación Primaria.
Consejería de Educación.Gobierno de Cantabria. 2007. Pág.23/32 [5] Mcckacken, Robert; Mcckaken, A. The Reading Teacher, Vol. 31, No. 4. Enero 1978. Pág. 406-408 |
Nair Ferreyra de Aparicio
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