Ella (2) |
No vale la pena Ella no habita Entre los pliegues del nuevo día Ni hastiada Ni caprichosa Ni terca Basta que mires: El barrio se imprime, reduce su quietud Al vaivén de las consignas electorales. No tiene sentido Ella es una tarde seca Tampoco eso Ella concurre, lentamente A la persistencia del otoño Basta que mires: Andan sueltos un monstruo y una bestia Que ajenos, esquivos de afiches y pancartas Se gozan de sus falsas dentaduras, De la tinta que cubre la vejez de sus pelos. El gusano asoma Se agita en el vientre de la muchacha En las grietas de los niños dedos Y nadie hace algo para librarnos De tanto andar obsceno No hay un árbitro de belleza Un ángel exterminador Que sobrevuele los techos. |
David Ferreira
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