Abro los ojos
Doy una bocanada
Estiro el cuerpo y 
Frente al espejo
Saco cuentas


Sopeso la deuda
Calculo el saldo
De mi rostro
De mis manos


La redundancia se estira a mis pies
Como un animal doméstico


Vivo un instante de moneda
Un metal numerado que se vierte

De a segundos, de a minutos
En el otro plato de esta balanza

La cifra
Sin caracteres
Permanece ajena al cálculo minucioso
De cualquier economista

Es una cifra serpiente
Enramada
Líquida
Que se cuela entre los intersticios de mi ropaje
Pesa en los bolsillos
Invade las etiquetas
Se vuelve código de barras
Y me encierra para siempre
Condenándome
A un deambular estrecho
A una celda perpetua.

David Ferreira

Ir a índice de Inéditos

Ir a índice de Ferreira, David

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio