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Miro a mi alrededor. Cada uno absorto.
Cada uno en su infortunio cotidiano.
Plantado en su egoísta "soy e importo"
hoy siento escalofríos de lo humano.
Ni la sólida rama de algarrobo
resiste sin turbarse al hombre artero.
Simula ser oveja pero es lobo,
con mala fe por garras, torpe y fiero.
Le doble el peso de esa, su miseria,
de sus faltas y sus hipocrecías..
Se arrodilla ante si. Simple materia
sobre tembladeral de ideologías.
Si pienso y luego existo,¿ cómo cedo
al célebre apotegma cartesiano?
(Lo pienso y existir al fin no puedo).
Solidario dolor toma mi mano.
Es el dolor de todos. El calvario.
Un dolor tan profundo y agorero.
Un dolor que se dice necesario,
pero es tan cruel que casi desespero.
Si al pesar mi pesar le pone broche,
a mi clamor responden ironías
que me rondan. Me acecha hasta el reproche
de ser consciente...¿y las garras mías?
Mis garras dónde están. Qué es lo que he hecho
para no avergonzarme de mi vida.
¿No llevo acaso dentro de mi pecho
la misma egolatría aborrecida?
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