Mediodía |
Mediodía: el amor, el vino, el humo, con las flores rosadas del sendero... la hora y las dudas que execró Unamuno con recia prosa cual un buen tendero. El verso fluye cada treinta días cuando lo impone Amor, malignamente. (Es fama que los bardos se han jugado por una dama sus mejores predios). Así, este peregrino, en un alto prudente del camino, reverenciando a medias los asedios, enhila su canción. La canción del minuto. Balbuciente si bien se mira, y vaga... (Dicha a cambio de un beso que le halaga y que aletea en su marchita frente). Y dicha la canción, que le entusiasme y ría Nietzsche, y Schopenhauer grazne. |
Juan Estevan Fagetti
El País Cultural Nº 248
5 de agosto de 1994
Ir a página inicio |
Ir a índice de poesía |
Ir a índice de Fagetti, Juan Estevan |
Ir a mapa del sitio |