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Sin alevosía… |
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La primera puñalada fue el exacto reflejo |
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de los colores llamativos |
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La segunda puñalada repartió con vivacidad aquellas |
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melodías inconclusas y furtivas |
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Luego la sucesión de sangre |
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melodías inconclusas y furtivas |
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La segunda muerte repartió con vivacidad |
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los colores llamativos |
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"¡Saludo aquéllos actos puros de humanismo!" |
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entre la niebla peculiar y el ruido de los motores |
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Habrá que esperar la sangre para saber si llega la noche |
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por el silencio de la penitencia |
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La última puñalada despidió un aroma infantil |
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que trepó cansinamente por todas las muertes |
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habidas y por haber |
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bebió todas las sangres posibles |
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Recaló en la mano tierna y decidida del homicida |
Xosé de Enríquez
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