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Dialogo del habitante de Sirio
con el de Saturno
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Una
vez que Su Excelencia se, hubo acostado y el Secretario se aproximó a su
cara, "Es preciso reconocer, dijo Micromegas, que la naturaleza es
muy variada. —Sí, coincidió el saturniano; la naturaleza es como un
cantero, cuyas flores... —Preferiría, dijo el otro, que dejáramos el
cantero.— Es, replicó el Secretario, como una reunión de rubias y
morenas, cuyos atavíos... —¿Qué hago yo con vuestras morenas?,
preguntó Micromegas. — Es entonces como una galería de pinturas, cuyos
trazos... — No, no; la naturaleza es como la naturaleza. ¿Para qué
buscarle comparaciones? — Para agradar a usted, respondió el
Secretario. — Yo no quiero eso, señaló el viajero; yo quiero que se me
instruya; comience usted por decirme cuántos sentidos tienen los hombres
de su planeta. — Tenemos setenta y dos, dijo el académico; y lamentamos
siempre que sean tan pocos. Nuestra imaginación va más allá de nuestras
necesidades; pensamos que con nuestros setenta y dos sentidos, nuestro
anillo y nuestras cinco lunas[11]
Micromegas
le contestó: "Si no fuera usted filósofo, temería afligirlo diciéndole
que nuestra vida es setecientas veces más larga[13] que la de ustedes;
pero usted sabe demasiado bien que cuando hay que devolver el cuerpo a los
elementos y regresar bajo otra forma, lo que se llama morir; cuando llega
ese momento de metamorfosis, haber vivido una eternidad o haber vivido un
día, es exactamente la misma cosa. He estado en países en los que se
vive mil veces[14] más que en el mío y aun en ellos he oído
lamentaciones sobre el tema. Pero hay en todos lados hombres de buen
sentido que saben tomar posición frente a los hechos y agradecer al autor
de la naturaleza, que ha esparcido sobre este universo una profusión de
variedades con una admirable uniformidad[15]. Todos los seres pensantes,
por ejemplo, son diferentes, pero todos se parecen en el fondo por el don
del pensamiento y los deseos. La materia está extendida por todos lados;
pero tiene
en cada planeta propiedades diversas. ¿Cuántas
propiedades distintas cuentan ustedes en la materia? — Si se refiere a
las propiedades sin las cuales creemos que el planeta no podría subsistir
tal como es, dijo el saturniano, contamos trescientas, como la extensión,
la impenetrabilidad, la movilidad, la gravedad, la divisibilidad. —
Aparentemente, replicó el viajero, el Creador entendió suficiente este
pequeño número para vuestra pequeña habitación. Admiro su sabiduría;
veo en todos lados diferencias, pero en todos lados proporciones. Vuestro
planeta es pequeño, lo son también sus habitantes; tienen pocas
sensaciones y su materia pocas propiedades; todo esto es la obra de la
Providencia. ¿De qué color es vuestro sol? — De un blanco fuertemente
amarillento, respondió el saturniano; cuando dividimos uno de sus rayos,
vemos que contiene siete colores. — Nuestro sol tira hacia el rojo,
dijo el siriano y tenemos treinta y nueve colores básicos. No hay un sol,
entre todos aquellos a los que me he aproximado, que se asemeje a otro,
como no hay una sola cara que no sea diferente de las demás". Luego de varias preguntas de este tipo, se informó sobre el número de sustancias esencialmente diferentes de Saturno. Se enteró que no excedían de treinta, como Dios, el espacio y la materia, los seres extensos que sienten, los seres extensos que sienten y piensan, los seres pensantes que no tienen extensión; los que se penetran, los que no se penetran. El siriano, en cuyo mundo contaban trescientos y qué había conocido otros tres mil en sus viajes, dejó prodigiosamente asombrado con sus datos al filósofo de Saturno. En fin, luego de haberse comunicado uno al otro un poco de lo que sabían y mucho de lo que no sabían, después de haber razonado durante una revolución del sol, resolvieron hacer juntos un pequeño viaje filosófico. Notas: [11]
Las otras dos —Saturno tiene siete en total— fueron descubiertas en
1789, es decir, después de la publicación de "Micromegas". [12]
Pasiones, en el sentido del siglo XVII: como fenómenos pasivos del alma. [13]
Haciendo cuentas: quince mil por setecientos, es decir unos diez millones
y medio de años. [14]
Según el cálculo de la nota anterior, diez mil millones de años. [15] El pensamiento coincide con el de la ''Exposición del Libro de las Instituciones Físicas", escrito por Voltaire en 1740.
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Micromegas
Voltaire
Comentado
y anotado por Raúl Blengio Brito
Ediciones de la Casa del estudiante
Autorizado
por la Flia. de Raúl Blengio Brito
Digitalizado por Carlos Echinope Arce - editor de Letras-Uruguay
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