La luna y la rosa

poema de Miguel de Unamuno

De "Romancero del destierro"


 

 

A ]ules Supervielle, después de haber gustado Gravitations
 

 

Mira que es hoy en flor la rosa llena,

cuando en otoño de su fruto rojo

será la rosa nueva...

 

En el silencio estrellado

la Luna daba a la rosa

y el aroma de la noche

le henchía —sedienta boca-

al paladar del espíritu

que adurmiendo su congoja

se abría al cielo nocturno

de Dios y su Madre toda...
Toda cabellos tranquilos

la Luna, tranquila y sola,

acariciaba a la Tierra

con sus cabellos de rosa
silvestre, blanca, escondida...

la Tierra, desde sus rocas

exhalaba sus entrañas

fundidas de amor, su aroma...

Entre las zarzas su nido

era otra luna la rosa,

toda cabellos cuajados

en la cuna, su corola,

las cabelleras mejidas

de la Luna y de la rosa

y en el crisol de la noche

fundidas en una sola...
En el silencio estrellado

la luna daba a la rosa

mientras la rosa se daba

a la Luna, quieta y sola.
                                                27 - VII - 26.

Miguel de Unamuno
De "Romancero del destierro"

Editorial Alba - Buenos Aires, 1928

 

Editado por el editor de Letras Uruguay 

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