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Quiero huir, pero no
puedo,
aunque tampoco quiero de verdad
en este mundo de contradicciones
inmerso estoy y vivo.
Lo que veo no me gusta
ni a ti ni a nosotros ni a vosotros
ni a ellos. Y a los que sufren
este panorama les gusta os
lo puedo asegurar mucho menos…
¿Por qué cerráis los ojos y os tapáis los oídos?,
¿acaso no queréis ver ni escuchar?
¿Sufrís menos así, verdad? Pero ellos padecerán
más sin vuestra ayuda, así que no
podéis, no podemos permitírnoslo.
No quiero mantenerme indiferente.
Un millar de corazones angustiados
y silenciosos nos necesitan a gritos.
Nadie se para a preguntarles.
Los pobres gritan y gritan.
Nadie quiere escucharles.
Todos les ignoran.
Llevan tantos años sufriendo
que se están quedando sin voz,
pero la mía aún continúa álgida.
¡Os la cedo! ¡Vamos a conseguirlo!
¡Ahora somos uno! ¡Nosotros podemos! |