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Mi padre en un lejano día,
miró más allá del horizonte
y vio que otro camino existía.
Y a las estrellas y a la luna,
que eran sus amigas,
les hablo de sus ansias.
Les mostró sus manos curtidas
que estaban aún vacías.
La brisa del río susurro en sus oídos:
“…vete, construye tu vida, llévala más
allá de la mar, hacia la tierra prometida…”
El tiempo siguió pasando…pasando,
y mi padre en una alborada, en un
viejo buque se marcho de España.
y mi padre, como tantos otros,
con tanta ilusión y esperanza,
con la imagen de su viejo pueblo,
del frontón, de los peñeros;
se llevó en el alma grabada,
cuando en el viejo barco comenzó
a dejar de vista a España.
Así, de esta manera, mi padre
con nosotros a cuestas,
llegó a la Argentina, transplanto
el árbol y lucho sereno, erguido.
Sus lágrimas de alegría
regaron la tierra prometida,
al ver que el árbol sus frutos tenía,
y al mirarse las manos,
vio que ya no estaban vacías.
Y mi padre a veces,
cuando era muy pequeña
me hablaba de España,
de la vieja aldea y de sus casas.
Esas que fueron construidas
por sus manos encallecidas,
mientras su espíritu entre peñas,
corría…corría.
Le gustaba tanto recordar
y hablar de las cosas queridas,
que a veces en silencio,
su alma hablaba de España.
Y mi padre en un alba fría,
cuando aún era muy joven,
sintió que ya se moría.
De esta nueva tierra se marcho
hacia otra en el cielo,
entre nubes de algodón,
donde construye la casa de Dios,
totalmente hecha de y con AMOR.
Y un día radiante y muy bello,
a mi padre lo vi en las “fincas”,
en las “cortinas” del pueblo.
Lo ví en las leyendas de su arte,
bailando una jota, tocando su flauta,
repicando su tamboril en el pasacalles.
Lo ví en cada amanecer,
en las aldeas y caminos,
en todas las sendas
que anduve en España.
Y…ví “Más allá del Horizonte”
algo luminoso que decía:
“¡¡VIVA ESPAÑA, CANEJO!!” y “¡¡VIVA ARGENTINA, OLÉ!!”;
que somos madre e hija por igual,
juntas recuperaremos la esencia de la LIBERTAD,
y hacia un futuro muy prometedor avanzaremos ya!! |
