La sombra luminosa |
Formando círculo alredor del maestro en el patio frondoso donde eligió seguir viviendo bajo la sombra de las araucarias, -Como querría Jayyan o el sol de oriente- nos dimos cita ayer (sus discípulos). La tarde se hizo noche casi sin darnos cuenta, reinventando su voz su rastro impredecible, escuchando sus ecos al fervor del instante, entre los altos muros vivos de musgo y líquenes, de su verde morada -su personal vorágine en la ciudad sin fe- junto a Rebeca, Elizabeth Felipe y ' Marianela' sus amores y cómplices, Beatriz, Antonio, Alberto ( la embajada del grupo), -también los labradores que fueran sus guardianes se posaron a oír lo que dijimos todos en esa hora de luna, mientras desde la sombra entre nuestros silencios percibímos la dulce pesadumbre de un arrullo de tórtolas el croar rumoroso de las ranas del limo la obstinada monodía de los grillos ¿el aroma, la lumbre? de flores como estrellas plantadas de su mano. |
Walter Mondragón
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