Juan Filloy |
El mismo me decía en una carta “Filloy se pronuncia Fiyoy y no Filoy. Soy hijo de gallego y no irlandés”. El añoraba su tierra patria y concertamos un día poder encontrarnos en Madrid. Corría el año 1975, el mismo año en que me dedicó Vil & Vil. Ese día no llegó, y el almaciguero del Verbo no pudo hacer realidad este encuentro que yo había estado bastante tiempo añorando y preparando porque le iba a presentar y leer de él en Las Cuevas de Luis Candelas, en el Arco de Cuchilleros junto a la herreriana Plaza Mayor. Y no pudo ser por sacar una idea política del caletre y cantar: |
“Hay
que joderse, compañera Tu
preñada y yo en la cárcel Tú
no tienes quien te meta Yo no tengo quien me saque” |
Poesía que reímos junto epistólicamente. Y seguimos escribiéndonos, yo recibiendo alguna de sus obras tan notorias, como Ignitus, Op Oloop, Zodiaco, y Vil & Vil ( La gata parida ), tan actual para esta sociedad nuestra tan cuartelera, que ahora releo, y que en su primera página me dedica: |
“A
Daniel G. Cullá Cordialmente Este
almácigo De
sarcasmos” J.
Filloy Río Cuarto, junio 1975 Y en la contraportada se lee: Remite: Juan Filloy. San Martín 176 – Río Cuarto-. |
Filloy
es mordaz y desvergonzado, ofende o maltrata a personas o cosas sarcásticamente.
Su burla en el discurso es de antología. Para mí es uno de los mejores
escritores en lengua española y está por encima de los consagrados.
Utiliza en sus títulos siempre siete letras. El es un arquitecto de la
Palabra hecha carne especialmente en el diseño de los prostíbulos.(
Sexamor). ¡Cuántas veces me sugirió del lenzuelo, esa especie de sábana
de lienzo que sirve en la trilla para llevar paja y para algo más¡
Elegante,
pero enigmático. Peculiar donde los haya. Cual
arbusto almaciguero, se movía en ese terreno montañoso de la abogacía,
llegando a juez, y callando por justicia, esa Justicia que se tapa los
ojos a la impudicia, a las opiniones polémicas y sarcásticas,
pero siempre sembrando semillas a la vista y no a hurtadillas, a
las calladas, sigilosamente, para
trasplantarlas después al vivero editorial o a otro lugar. Se vistió de
cauto, circunspecto, pero siempre recató, cató por segunda vez de las
mujeres con una modesta honestidad. Y el Verbo se hizo carne, simiente de
plantas nacidas en almáciga, resina clara y aromática extraída de una
variedad de lentisco. En “Nota Previa” nos dice:
““Vil & Vil” es novela de anticipación. Cronológicamente, sin
embargo, está situada en una época tan cercana a nuestra actualidad que
parecen confundirse. Quien quiera confundirse que se confunda. El autor
gozará con ello, pues la imaginación embauca siempre a la realidad” (J.F.) En
“El Viejo Cuartel de Blandengues” se disfruta de la contemplación de
esa variedad de inteligentes planteamientos sarcásticos del generalato y
la tropa desarrollados por tan sensible creador, permitiendo analizar el
proceso seguido por el “desgraciadito de mierda” para alcanzar la síntesis
del macho uniformado, o la razón de cuartel: “ la mili hace hombres”,
respondiendo a esa concepción trágico cómica de la vida y sugiriendo
estados emotivos que son expresiones de un sentimiento plástico
manifestado a través de un orden absolutamente real y poético. “Vil
& Vil” tiende a la evocación, ¿quién que haya hecho la mili y
haya servido a un general no ha soñado en alguna ocasión con tirarse a
la generala, mientras el general “se tira a la Bartola”? “Esa
mañana de revisación médica, tragando saliva y apurándome, salvé que
ese bestia de cabo primero “me rompiera el culo a patadas””. -“Ajá.
De modo que ustedes son los mocitos de las oficinas del comando y del
distrito; los universitarios troscos y bolchos; los estudiantes
recomendados… Bueno, bueno... Sepan desde ya que nuestro trabajo de
instructores consiste en convertir reclutas refinados en una banda de
forajidos sin abuela” (V&V) “-
me permite,padre. …. -Si
el quinto mandamiento de la ley de dios ordena no matar ¿por qué el
clero bendice a las armas que matan? ¿Por qué anteayer el arzobispo honró
con alabanzas y moños de honor a la bandera de la brigada que masacró a
quince guerrilleros? ¿Por qué…” (V&V) “Si
el Parlamento emana del pueblo, hay que convenir que no puede ser más
pestilente la emanación…” (V&V) “No
quedan profetas de corazón puro. Por eso hemos extirpado la esperanza y
la bondad que bendecían la vida de antes. ¡Muera la matufia¡”
(V&V9 “La
“actitud militar “es la virtud
castrense más cercana a la animalidad”.(V&V) “La
escalada terrorista es innegable. Avanza resuelta y macabra a lo largo y
ancho, no solo de este país, del mundo entero. Es producto de la
desigualdad.” (V&V9 “Nosotros
fuimos un pueblo de adobe y somos un pueblo de cemento” (V&V) “Porque
eso es indefectible. El falaz nos miente; el falso nos engaña; el felón
nos vende. Nuestro régimen constitucional no es la democracia sino la
apariencia democrática.” (V&V) Todas estas anotaciones tienen
en común el aspecto unificador que determina la personalidad creativa
caracterizada por el lenguaje mordaz de Filloy, y el concepto de lo sutil.
Son singularidades muy interesantes en todas sus obras. Estas configuran
en síntesis descriptiva, una caracterización muy personal de la
realidad observada y transmutada en una concepción paródica y estilo
real de ironía constante. Filloy consigue lo que sólo consiguen algunos
Artistas y Poetas, pocos, “ese
momento favorable para la Palabra” influyente en la adaptación al
lenguaje plástico de singulares valores decantados acordes con su
intencionalidad irónica conceptual. Hay en sus obras, también, una
constante amatoria. Los poemas que acuña en sus obras se pueden observar
como “ciclos del ritmo genial, placentero, que deleita o alegra”,
“períodos de amar”. “período glandular”, sirviéndole el tema de
texto para la concepción de la obra Miro a este argentino y
gallego de Río Cuarto, con varias distinciones que en el fondo odiaba, a
quien admiro y que no pude conocer, y le envidio
su muerte mientras dormía la siesta tan típicamente hispana,
echando un sueño después de comer al unísono con esa música que se
canta o toca por la tarde en las iglesias, en las que no creía, en la
tarde del 15 de julio de 2000, pocos días antes de cumplir 106 años, y
que nació en Córdoba el 1 de agosto de 1894. Una corriente de fuerza
parecida a la de los grandes ríos tropicales recorre a este gran hombre
escritor y poeta yacente,
creador veraz y mordaz, haciendo realidad la sentencia. “Y el verbo se
hizo Juan Filloy y habitó entre nosotros, para siempre”. Y, con Jean
Dubuffet, pintor: “Cuando
los gobiernos se ponen a proteger las artes, todo se acabó. Es como las
fiestas organizadas para los soldados por los coroneles y las damas de la
Cruz Roja: ¡sálvese quien pueda¡” Considero feliz para el arte, para
la buena salud del arte y de los artistas, la época en la que el arte no
estaba protegido por nadie y en la que debía protegerse él mismo volviéndose
atractivo y divertido”, como Juan Filloy, a quien ahora beso. |
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