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Yo no sé si sí o si no soy hijo de cura
Pero que lo soy de militar, lo dice mi madre
Que reía de los pequeños poemas de cerilla
Que le entregaba el “señor cura” cuando iba a confesar
Y cuyo follar se había convertido
En comidilla de la gente que cantaba:
Cura, curita
Que de Avila vienes
A calderilla de iglesia
Me güeles
Y que dicen que llevaba una caja de condones
En el hostiario del Viático
Pues un día se equivocó sin querer queriendo
Dándole un condón como sacramento
A una bella dama en peligro de muerte que era de Granada
Y a quien se le iluminó intensamente el rostro
Mientras al cura se le elevó algo místico de repente
Detrás de la sotana a la altura del mear
Y que salía cantando:
Andome en la villa
Fiestas patronales
Con mi eucaristía
De cazar pardales
No perdiéndose fiesta patronal alguna
Que por eso los beatos y beatas de la plebe decían:
-“Es un buen cura sin embargo”
Y así le quedó de mote a este villano
Que daba las hostias de la coacción y el engaño
Con el aroma de ese abismo
Que sólo las almas fugitivas y salidas percibían
Las mujeres y las chicas sintiendo en su labiado nido
Como una mariposa leve libando su rocío.
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