Del amor,
me gusta el silencio
con el que nos hablamos
y la complicidad callada
con la que nos injertamos.
Haya sigilo,
me cautiva la voz sin voz
tejida en el aire al abrazarnos.
El goce de escuchar latidos
de un corazón al otro,
es como no ser y ser,
dos en uno…donándose la vida.
Hay que vivir bebiendo amor,
amor del que se pasa y no pasa,
que las horas con amor restan soledades,
suman primaveras, multiplican alegrías,
dividen dolores, ¡todo se comparte y parte!.
¿Qué sería mi saliva sin tu saliva?
Nada…De amor también se muere,
los que han amado, sin ser amados,
saben lo que digo, digo lo que saben. |