La luna llenaba
la noche de invierno,
era enorme y roja
sobre el firmamento.
Los dos de la mano
paseando en silencio
buscando un refugio
donde poseernos
con tanta locura,
con tal desenfreno
que la luna toda
se fue destiñendo
y se puso blanca
de envidia y de celos
que un amor tan grande
bajo el universo
se esconda en su noche
como un gran secreto.