La cosa del Pantanoso
Joaquín Doldán

Ante los resultados los científicos se miraron temblorosos. La incertidumbre hacía sombras sobre la esperanza. Todo el arroyo, de principio a fin, había sido estudiado. Bordeaba al Cerro y desembocaba en la bahía. Era sinuoso y sepulcralmente calmo. Su color verde oscuro por momentos daba tonos casi hermosos ,como perversas esmeraldas dispuestas a cautivar incautos.

En todo el arroyo no había una gota de oxígeno. Ese líquido no era agua, y la pregunta nacía: "entonces , ¿qué es?..."

Los científicos lo miraban desde el puente, el olor hediondo parecía ahogarlos. Cada tanto una burbuja, como un latido, estallaba en la superficie.

Algo que viajaba  de planeta en planeta esperaba su momento.

La noche no tenía luna y aquella apasionada pareja venía en su bote bordeando la tranquila bahía, enroscados en el piso, ignoraban que navegaban por el arroyo Pantanoso por última vez.

El único movimiento que el bote tenía era generado, primero por los besos y las caricias y luego por las rítmicas embestidas de ambos cuerpos. Luego del mayor placer ,se quedaron extasiados mirando las estrellas. En un fatídico impulso él se levantó y comenzó a orinar hacia el "agua".Nadie podía haber previsto que ese fuera el detonante. Una prolongación del líquido viscoso comenzó a elevarse a espaldas del muchacho. Una especie de tentáculo se enroscó en su  cuello. La chica comenzó a gritar y otra prolongación la envolvió como una Boa. Ya sin aire ambos fueron arrastrados a las profundidades del ser. La poca vitalidad que incluyeron los cuerpos en su interior le dieron energía suficiente como para "reptar" hacia afuera del lecho que ocupó tantos años.

Poco tardó el pueblo en despertarse por los gritos de terror. La serpiente líquida avanzaba muy lentamente por la avenida principal. Los pocos transeúntes, algún trabajador nocturno y hasta un asaltante con su víctima eran arrancados del paisaje e incluidos en la cosa indescriptible que seguía rumbo al punto más alto del barrio en forma inexorable. Algunos vecinos pretendieron armar una rápida defensa..Del otro lado del puente ni la policía ni los bomberos se atrevían a cruzar hacia donde estaba la masa verde brillando cada vez más.

Una hora después el estado de alarma se había generalizado y toda la ciudad hablaba del monstruo que estaba acabando con la vida de aquel barrio.

La primer línea de defensa fue realizada por los soldados rasos del cuartel de La Paloma, con antorchas y gomeras intentaron hacer retroceder  a la cosa que serpenteaba por las calles. Pero esta seguía avanzando.

En la capital, el gobierno manejaba la posibilidad  de hacer volar el puente para aislar la  invasión de zonas más céntricas, y hasta se escuchó alguna voz pidiendo el bombardeo generalizado de la Villa. No era la primera vez que ante la fatalidad se apuntalaba al barrio como generador de discordias.

La gente comenzó a aglomerarse  y correr por las subidas , al parecer rumbo a la fortaleza.

Un extraño gruñido emergía del interior del monstruo, se había empachado con tanto milico, vecino y obrero indefenso. Si está desgracia hubiera ocurrido en Nueva York ,algún héroe solitario encontraría justo a tiempo la mágica solución a la fatalidad. Pero en todo ese rato apenas se logró encontrar un puñado de integrantes de la comisión de fomento ,que no encontraban la estrategia para vencerla.

El cura párroco observaba desde lo alto del campanario ,pensó en rezar ....La gelatinosa víbora seguía su camino ,luego de arrastrarse por la calle Grecia, dobló por  China ,luego Portugal ,Suecia y finalmente Cuba ,derecho a la fortaleza.

La gente quedó acorralada ,las puertas del faro estaban selladas.

Durante años se vieron objetos voladores en el barrio . Jamás nadie se había preocupado del origen o las intenciones de los mismos . Esa noche  cuando muchos estaban  cercados por la fatalidad ,el más grande de dichos OVNIS apareció en el cielo . Vino del mar .Era plateado y contrario a lo que se suponía tenía pocas luces.

  Al principio el zumbido se superpuso a los gritos que sonaban por todas partes ,pero cuando se hizo más intenso las futuras víctimas miraron hacia arriba .

De haber existido alguien lo suficientemente sensible al miedo ajeno , hubiera notado una pequeña vibración de pánico en el  monstruoso líquido .

En el interior de la nave un grupo de jóvenes extraterrestres se reprochaba lo poco segura que resultaba la Tierra para su mascota . Con un rayo la teletransportaron al interior de una enorme pecera que existía en la nave y marcharon sin rumbo fijo  en busca de otro planeta donde no existieran habitantes que interrumpieran el sueño de su regalona amiga con una inoportuna meada.

Joaquín Doldán

Ir a índice de narrativa

Ir a índice de Doldán, Joaquín

Ir a página inicio

Ir a mapa del sitio