La cosa del Pantanoso |
Ante los
resultados los científicos se miraron temblorosos. La incertidumbre hacía
sombras sobre la esperanza. Todo el arroyo, de principio a fin, había
sido estudiado. Bordeaba al Cerro y desembocaba en la bahía. Era sinuoso
y sepulcralmente calmo. Su color verde oscuro por momentos daba tonos casi
hermosos ,como perversas esmeraldas dispuestas a cautivar incautos. En todo el arroyo
no había una gota de oxígeno. Ese líquido no era agua, y la pregunta
nacía: "entonces , ¿qué es?..." Los científicos
lo miraban desde el puente, el olor hediondo parecía ahogarlos. Cada
tanto una burbuja, como un latido, estallaba en la superficie. Algo que viajaba de planeta en planeta esperaba su momento. La noche no tenía
luna y aquella apasionada pareja venía en su bote bordeando la tranquila
bahía, enroscados en el piso, ignoraban que navegaban por el arroyo
Pantanoso por última vez. El único
movimiento que el bote tenía era generado, primero por los besos y las
caricias y luego por las rítmicas embestidas de ambos cuerpos. Luego del
mayor placer ,se quedaron extasiados mirando las estrellas. En un fatídico
impulso él se levantó y comenzó a orinar hacia el
"agua".Nadie podía haber previsto que ese fuera el detonante.
Una prolongación del líquido viscoso comenzó a elevarse a espaldas del
muchacho. Una especie de tentáculo se enroscó en su cuello. La chica comenzó a gritar y otra prolongación la
envolvió como una Boa. Ya sin aire ambos fueron arrastrados a las
profundidades del ser. La poca vitalidad que incluyeron los cuerpos en su
interior le dieron energía suficiente como para "reptar" hacia
afuera del lecho que ocupó tantos años. Poco tardó el
pueblo en despertarse por los gritos de terror. La serpiente líquida
avanzaba muy lentamente por la avenida principal. Los pocos transeúntes,
algún trabajador nocturno y hasta un asaltante con su víctima eran
arrancados del paisaje e incluidos en la cosa indescriptible que seguía
rumbo al punto más alto del barrio en forma inexorable. Algunos vecinos
pretendieron armar una rápida defensa..Del otro lado del puente ni la
policía ni los bomberos se atrevían a cruzar hacia donde estaba la masa
verde brillando cada vez más. Una hora después
el estado de alarma se había generalizado y toda la ciudad hablaba del
monstruo que estaba acabando con la vida de aquel barrio. La primer línea
de defensa fue realizada por los soldados rasos del cuartel de La Paloma,
con antorchas y gomeras intentaron hacer retroceder
a la cosa que serpenteaba por las calles. Pero esta seguía
avanzando. En la capital, el
gobierno manejaba la posibilidad de
hacer volar el puente para aislar la
invasión de zonas más céntricas, y hasta se escuchó alguna voz
pidiendo el bombardeo generalizado de la Villa. No era la primera vez que
ante la fatalidad se apuntalaba al barrio como generador de discordias. La gente comenzó
a aglomerarse y correr por
las subidas , al parecer rumbo a la fortaleza. Un extraño gruñido
emergía del interior del monstruo, se había empachado con tanto milico,
vecino y obrero indefenso. Si está desgracia hubiera ocurrido en Nueva
York ,algún héroe solitario encontraría justo a tiempo la mágica
solución a la fatalidad. Pero en todo ese rato apenas se logró encontrar
un puñado de integrantes de la comisión de fomento ,que no encontraban
la estrategia para vencerla. El cura párroco
observaba desde lo alto del campanario ,pensó en rezar ....La gelatinosa
víbora seguía su camino ,luego de arrastrarse por la calle Grecia, dobló
por China ,luego Portugal
,Suecia y finalmente Cuba ,derecho a la fortaleza. La gente quedó
acorralada ,las puertas del faro estaban selladas. Durante años se
vieron objetos voladores en el barrio . Jamás nadie se había preocupado
del origen o las intenciones de los mismos . Esa noche
cuando muchos estaban cercados
por la fatalidad ,el más grande de dichos OVNIS apareció en el cielo .
Vino del mar .Era plateado y contrario a lo que se suponía tenía pocas
luces.
Al principio el zumbido se superpuso a los gritos que sonaban por
todas partes ,pero cuando se hizo más intenso las futuras víctimas
miraron hacia arriba . De haber existido
alguien lo suficientemente sensible al miedo ajeno , hubiera notado una
pequeña vibración de pánico en el
monstruoso líquido . En el interior de la nave un grupo de jóvenes extraterrestres se reprochaba lo poco segura que resultaba la Tierra para su mascota . Con un rayo la teletransportaron al interior de una enorme pecera que existía en la nave y marcharon sin rumbo fijo en busca de otro planeta donde no existieran habitantes que interrumpieran el sueño de su regalona amiga con una inoportuna meada. |
Joaquín Doldán
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