Dios pesca Leonardo de León |
Una rama ignorante y sin nombre se mece en la brisa lejana y peregrina. El peso de un cuerpo negro amenaza con amputar al árbol solo, arrugado. Una cuerda une al brazo verde y arqueado con el cuello sin vida. El sol alumbra como un reflector siniestro que destaca la figura de la plomada humana. Expone la crueldad iluminada al mundo todo y vasto. El ser que sostiene al árbol, a la rama, al mundo, ya no ignora el violento tirón de la presa. Siente la dicha del que pesca y atrapa. Un doliente, barullento, mojada la cara deforme, se aferra a la plomada que es también carnada. |
Leonardo de León
De Brevedades Negras
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