El lector por horas |
Sala Verdi |
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Reparto | |
Pepe Vázquez / Celso / padre | ||
Lucio Hernández / Ismael / lector | ||
Actriz invitada | Roxana Blanco / Lorena / hija | |
Escenografía | Claudio Goeckler | |
Vestuario | Cristina Cruzado | |
Iluminación | Juan José Ferraqut | |
Música | Jorge Schellemberq | |
Músicos | Juan Cannavó / Violín | |
Juan Rodríguez / Chelo | ||
Fernando Aquirre / Contrabajo | ||
Daniel López / Piano | ||
Sonidista | Cristina Techera | |
Traspunte | Leonardo Schinca | |
Realización | Unidad Técnica de Infraestructura Teatral |
El
autor José Sanchis
Sinisterra Valencia, 1940 Director, docente, teórico Sus primeros trabajos
como director y dramaturgista se fechan en la década del 60 dentro del
Aula de Teatro de la Universidad de Valencia. En 1977 crea el grupo Teatro
Fronterizo iniciando con éste un importante trabajo de investigación
teatral que comprende las fronteras de la teatralidad, el despojamiento de
sus elementos constitutivos y la modificación de los mecanismos
perceptivos del espectador. Las fronteras entre los géneros narrativo y
teatral serán una zona que transitará a lo largo de los años 80. De
esta época son sus dramaturgias sobre las obras de narradores del siqlo
XX como Joyce, Kafka o Cortázar. Al mismo tiempo, realiza dramaturgias a partir de textos de los Siglos de Oro y de las Crónicas de Indias. La obra de Sanchis Sinisterra es una suerte de movimiento continuo entre la tradición y las líneas dramáticas contemporáneas y de ello es un buen ejemplo su obra Ñaque (1980). En este texto se adivina ya la presencia de Beckett. Este autor resulta clave para Sanchis, quien en 1989 abre una Sala con el nombre de Beckett en Barcelona. Desde allí impartirá, también, cursos para actores y autores. Es la época en que profundiza en el estudio de los limites de la teatralidad: lo intertextual, la implicación del espectador en la ficcionalidad, la metateatralidad, el cuestionamiento de la fábula y del personaje tradicional, lo no dicho, lo enigmático y otros temas de similar tenor. Asimismo, asume la posición de acercar el teatro a otras artes o a la ciencia y defiende lo que denomina una «teatralidad menor»: un tipo de teatro muy distinto al espectacular, por un lado y al comercial, por el otro. La obra de Sanchis explora muy diferentes temáticas que le permiten ubicarse ya en la conquista de América. Trilogía americana, ya en la Guerra Civil española, ¡Ay Carmela! o en la actual realidad a la que pasa por el filtro de un peculiar extrañamiento, como en Marsal Marsal (1996). Sus últimas obras: E' lector por horas (1999) y La raya en el pelo de William Holden (2001), dedicada al cine, forman parte de una trilogía sobre otras artes que aún aguarda por una pieza centrada en la música. |
La obra Tres personajes nos presentan un mundo dominado por la palabra. Detrás de la anécdota que narra cómo el poderoso Celso contrata a Ismael, un intelectual en dificultades económicas para actuar como lector por horas de su hija Lorena, quien ha sufrido un accidente, toma cuerpo un universo singular: el de las palabras. Palabras escritas, fijadas ayer por un autor en el singular balance de un texto literario: palabras seleccionadas luego por alguien para ser leídas de viva voz, palabras entonces que adquieren nuevos significados, palabras dichas, finalmente, por un lector que debe conservar una transparente neutralidad, exenta de toda inflexión. Palabras para llegar de padre a hija. Palabras que surgen entonces entre quien lee y quien escucha. ¿Diálogos? ¿Silencios en el cruce de las palabras? En esta pieza, las palabras construyen y reconstruyen, son ellas las que tejen la piel de la máscara que luego rasgarán en busca de la transparencia. Situada en la sección de la literatura y la realidad El lector por horas se propone, por una parte, como un singular homenaje a la literatura y, por la otra, como una pregunta abierta sobre la propia comunicación humana, la creación, su factible posibilidad cotidiana. Palabras recortadas de la densidad mayor de una biblioteca que nuestra identidad occidental contemporánea comparten, esta obra incluye materiales literarios prestigiosos. En ella Lorena y el público podrán reconocer textos de William Faulkner, Lawrence Durrell (EI cuarteto de Alejandría), Tommaso di Lampedusa (EI Gatopardo), Joseph Conrad (El corazón de las tinieblas), Gustavo Flaubert (Madame Bovary), Arthur Schnitzler (El relato soñado), Juan Rulfo (Pedro Páramo). El lector por horas se estrenó en enero de 1999 en el Teatro Nacional de Cataluña; por la compañía Teatro Fronterizo, con dirección del propio Sanchis Sinisterra. Ha sido editada por Editorial Proa – Teatre Nacional de Catalunya, Barcelona 1999. |
El
director Daniel
Spinno Lara se inició en 1977 en la Compañía Infantil de Raúl
Lomez en Teatro del Círculo. En 1988 se integró al elenco de Artistas
Asociados de Hugo Blandamuro. Participó en el ciclo El Gran Teatro del
Mundo en Canal 5 con dirección de César Charlone Ortega. En 1981 ingresó
a la EMAD. En 1983 debutó con la Comedia Nacional bajo dirección de
Alberto Candeau. En 1985 y 1986 recorrió el país como protagonista de M´hijo el dotor
de Florencio Sánchez junto a Sara Otermín bajo la dirección de
Gustavo Adolfo Ruegger. En 1987 ingresa al elenco estable de la Comedia
Nacional. Fue nominado dos veces al premio Florencio como mejor actor de
reparto Los compadritos, 1991 y La ópera de dos centavos, 1998
y una como actor principal por su trabajo en Damas y Caballeros de
Jacobo Lagsner con dirección de Jaime Yavitz, en 2004. En 1994 debuta
como director con El cuarto de Verónica de Ira Levin. En 1998
dirige El té de los jueves de Loleh Bellón. En 2002 dirigió Turcaet
de Alain René Lesage al frente del elenco de la Comedia Nacional. "Lo
que emerge de la trama de El Lector por Horas es la filosofía de sandios
respecto a ese universo extraño que es el mundo de las experiencias
y las sensibilidades ajenas que habitan las almas de los receptores,
los lectores visuales, donde la evocación de paisajes, acciones y
personajes de la narración se une a la experiencia propia para crear una
imagen interior de un mundo externo que quizás ni exista" Pablo Ley El País de Madrid. Sábado 23 de enero de 1999 |
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