Señorita encopetada

 
Yo era un niño, pero me acuerdo perfectamente de una señorita bien que alguna mañana que otra se tomaba una copita en nuestro negocio. 
Andaba muy bien vestida y la copa que tomaba era una cosa "de apuro"; tenía vergüenza que la descubrieran. Decían que era una mujer inteligente, pero la consideraban no muy normal, pues los vecinos del barrio no comprendían como una dama de su categoría, podía tomar en un boliche. 
Esta señorita tenía un apellido que no sé si puedo llamar ilustre, y era hermana de un abogado sumamente inteligente. La excusa de esta dama para tomar un poco de alcohol, era que al pasar por la calle Camacuá, para visitar unas amigas, aprovechaba la ocasión. Bastante floja la excusa. 
Una vez estando en la puerta de nuestro negocio un carro cervecero tirado por caballos percherones, le pidió al conductor si no tenía inconveniente en llevarla hasta su casa. El conductor accedió y la condujo hasta su domicilio que era en la ciudad vieja, en los alrededores de la Iglesia Matriz. Yo la vi subir al carro y la recuerdo con muchas enaguas, pollera larga y un sombrero con muchos adornos. Hubo dificultad en la subida, pues esos carros que aún existen, tienen el estribo de subida muy alto. ¿Vds. se imaginan quedaba esa señorita al lado de un conductor de carro cervecero? 
Esta cliente de poco gasto dejó de venir, pero yo crecí y mi padre me dijo quien era. La inicial de su nombre propio no la sé, pero su apellido es compuesto y comienza con las siguientes letras: V. F.

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