Díganme la verdad
existe un tribunal
¿o yo y él lo soñamos
o yo y él lo inventamos?
Porque teníamos que decirle
tantas cosas a los demás .
Quiénes eran los magistrados
que nos escuchaban?
Pero ellos tenían una toga
que nos juzgaba.
Habían hijos, sí.
Y donde quedó ese
manto para cubrirnos
a los cuatro
de tanta injusticia?