c) Limites - Aunque Montevideo como
departamento
data de la época artiguista (1816), y aparece en la división
administrativa llevada a cabo durante el gobierno de
Joaquín Suárez (1827), sus límites actuales fueron precisados en 1835, durante el gobierno de Manuel Oribe,
segundo Presidente Constitucional de la República;
a propuesta del Cabildo montevideano, Artigas dispuso
que el país se dividiera en seis departamentos, figurando
entre ellos el de Montevideo y extramuros, hasta la línea
de Peñarol (vale decir, de extensión bastante menor a la
actual). La organización de 1827 elevó a nueve el número
de departamentos: Montevideo, Canelones, Maldonado,
Cerro Largo, San José, Colonia, Soriano, San Pedro (Durazno) y Paysandú (este último comprendía todo el territorio ubicado al Norte del río Negro). Precisados los límites actuales, en 1835, Montevideo se mantuvo aún como
un departamento de muy exigua extensión, pero en cambio albergando un alto porcentaje de la población del país,
debido al hecho de incluir en su área a la ciudad de Montevideo, la
única gran ciudad del Uruguay, y que actualmente contiene el 44% de la población total de la República.
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Foto cuenca del río Santa
Lucía |
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El espacio montevideano está separado al
Oeste,
del departamento de San José, por la porción final del
Río Santa Lucia, quedando la Isla del Tigre bajo la jurisdicción del departamento antes citado. Al Norte y al Este,
Montevideo linda con el departamento de Canelones,
del cual está separado por la porción final del arroyo Colorado (tributario del R. Santa Lucía) y su afluente, el arroyo
de las Piedras (este último, en toda su extensión). Entre
las puntas del arroyo de las Piedras y la del arroyo Toledo,
el limite esta marcado por una divisoria que sigue a la
Cuchilla Grande, y luego dicho límite está determinado por el
citado arroyo Toledo, que se pierde en los Bañados de Carrasco, donde un
canal artificial, algo oblicuo a la dirección meridiana relaciona la
porción final del curso de este arroyo, con la inicial del arroyo
Carrasco el que oficia como emisario del exceso de aguas de los Bañados
de Carrasco, alcanzando el Plata, donde forma una barra caracterizada
por sus frecuentes fluctuaciones, en plena costa arenosa.
Todo el Sur del departamento está bañado por las aguas del Río de la
Plata, las que entran al Oeste en conflicto con las aguas aportadas por
el rio Santa Lucía, teniendo lugar allí un régimen hidrológico de
"estuario secundario", siendo los factores principales de la mezcla de
aguas, los vientos y las consecuentes mareas eólicas que ellos
determinan, y en condiciones especiales las turbulencias de descarga del
propio R. Santa Lucía, cuando este está crecido. Las mareas eólicas
suelen provocar un ascenso de varios metros de las aguas respecto al
nivel habitual, quedando inundados en esta oportunidad los bañados
parcialmente salinos que bordean al Santa Lucía.
"Lo que en la historia se ha llamado Término y Jurisdicción de
Montevideo" con límites fijados por P. Millán el 24 de Diciembre de
1726, al mismo tiempo que se llevaba a cabo oficialmente la fundación de
Montevideo, corresponde a un territorio mucho más amplio que el que
abarca actualmente el departamento de Montevideo, ya que se refería a
toda la cuenca del Santa Lucía (de más de trece mil kilómetros cuadrados
de extensión), más importantes porciones de los departamentos de San
José y de Canelones con desagüe hidrográfico en el Plata, y aún un
pequeño territorio del departamento de Maldonado, regado por el arroyo
Solís Grande y algunos de sus tributarios. |
Los actuales límites del departamento de Montevideo, si bien son
patentes del lado Este, no lo son al Norte y Este (respecto al
departamento de Canelones) donde se interponen diversos elementos
geográficos más difusos (bañados, lomos de cuchilla, pequeños arroyos,
barra fluctuante del arroyo Carrasco)
d) Características geográficas generales - De las características
geográficas peculiares que ofrece el departamento indicaremos las
siguientes:
1 - Exigua extensión territorial (menos de 550 kms. cuadrados).
2- Elevada densidad de población. Considerando una población total del
departamento estimada en 1.300.000 habitantes, la densidad media areal
sería de cerca de 2400 habitantes por km. cuadrado (Canelones 70,
Colonia 19, San José 16, Maldonado 16). La densidad media de la
población de todo el país es de unos 15 habitantes por km. cuadrado.
3 - Estructura geológica y relieve relativamente complicados y litoral
costero bastante recortado.
4 - Predominio del relieve de penillanura, pero con algunas áreas
netamente llanas y anegadizas (bañados del Santa Lucía, del Pantanoso y
de Carrasco).
5 - Exceptuando al río Santa Lucía, la red hidrográfica del
departamento se compone de una serie de pequeños arroyos y cañadas, en
parte afectados por la acción humana (regularizaciones, aterramientos,
etc.), incluyendo polución.
6 - En el litoral costero abundan las puntas pedregosas, algunas de
forma peninsular (Punta Yeguas), y las playas en forma de arco o media
luna. En algunas de las puntas, se asientan establecimientos
industriales (en Punta Brava, se levanta un potente faro). Las playas
del departamento han sido modificadas a veces en forma marcada por la
acción humana (incluso explotación de arenas, como aconteció en la
porción Oeste del litoral).
7 - En el relieve, presencia de dos destacados testigos de erosión (monadnocks)
representados por el Cerro de Montevideo, de 136 m. de altura, y el
Cerrito de la Victoria, ambos constituidos fundamentalmente por rocas
metamórficas (anfibolitas).
8 - Incidencia marcada del hombre sobre la vegetación natural que ha
quedado muy transformada, reduciéndose los antiguos campos graminosos y
chircales, los montes franjas fluviales, los matorrales de
espina de la cruz y de chirca de monte, los pajonales de bañado;
en cambio se ha llevado a cabo una destacada forestación
artificial, se mantienen muchas tierras bajo cultivo (vid,
frutales, hortalizas, forrajes, etc.) y se han introducido
muchas plantas exóticas, incluyendo malezas. Por otra parte, la
urbanización, el trazado de la red caminera y carretera y otras acciones
humanas han determinado una evidente regresión de la vegetación natural.
9 - Una buena parte del área departamental ha sido afectada por la
mencionada urbanización, ocupando Montevideo con sus barrios, suburbios
y núcleos satélites, prácticamente la tercera parte de la superficie
total.
10- Marcada transformación general del paisaje primitivo por acciones
antrópicas de gran alcance (desecamiento parcial de bañados, fijación y
recubrimiento de arenales y médanos, apertura de canteras,
canalizaciones, trazado de rutas y de puentes, construcción de obras
portuarias, establecimiento de parques y forestación en general,
desmontes y terraplenes, instalaciones industriales y obras edilicias,
campos deportivos (incluso estadio), tierras de labor, erección de la ex
fortaleza del Cerro, etc.
11- En contraste con las áreas urbanizadas o intensamente aprovechadas
para el cultivo, existencia de bañados marginales relativamente extensos
(Santa Lucía, Carrasco) en parte aprovechados ya para forestación. |
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Al fondo
el Cerro de Montevideo. El edificio alto, a la izq. es
la Torre de las Comunicaciones de ANTEL, a su derecha se
ve parte del Palacio Legislativo |
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12- Convergencia en Montevideo de gran número de vías de comunicación
del país (ferrocarriles, carreteras, etc.).
13 - Acusada concentración del esfuerzo industrial del país, con gran
número de establecimientos ubicados dentro de la ciudad, en los
suburbios y otros puntos o zonas del departamento (por ejemplo, a lo
largo de la ruta 1; en la zona costera, etc.).
Por otra parte, la particular macrocefalia de la ciudad de Montevideo,
confiere al departamento características que este no tendría si no
mediara dicha causa. Se trata de la capital de la República, y una
ciudad de funciones múltiples desde las de índole económica (comercial,
industrial, de comunicaciones) hasta la cultural (educacional,
universitaria, turística, etc.). Los cambios rápidos en relación a las
formas de utilización del suelo, tanto en las zonas urbanizadas como en
las extraurbanas, contrastan sin embargo con la estabilidad de algunas
zonas de bañados, donde los procesos de recuperación han sido aún poco
marcados. Tales zonas, cumplen sin embargo alguna función en relación a
la conservación de la fauna y flora autóctonas; en estado más deprimente
se hallan ciertos elementos geográficos que sufren los efectos de la
polución (arroyo Pantanoso y otros) o limpiar las playas deterioradas
parcialmente por la anterior explotación de arenas y rodados (Pajas
Blancas).
II - Estructura geológica
a) Generalidades - Dijimos anteriormente que la estructura geológica del
departamento de Montevideo es complicada. Efectivamente, en un área
relativamente pequeña se dan numerosas formaciones caracterizadas por
materiales diferentes; además dentro del llamado Basamento Cristalino se
dan distintos tipos de rocas de diverso origen, y grandes líneas de
fractura y de falla presiden los rasgos tectónicos del departamento. Las
líneas de dislocación son en parte concordantes con el trazado del Santa
Lucía y los cursos de los arroyos Miguelete y Pantanoso, pero
discordantes respecto al trazado general de la costa, donde por otra
parte, la esquistosidad de algunas rocas metamórficas imprime su propio
rumbo a sendas porciones del litoral (por ejemplo en la saliente donde
se halla la Ciudad Vieja, en la Costa del Cerro, en Punta Yeguas, etc.).
Parte de las dislocaciones están asociadas a la "fosa" tectónica del
Santa Lucía, ya que después de La Barra (Santiago Vázquez); las rocas
cristalinas se hunden en el Rincón de la Bolsa (S. José) bajo un
apreciable espesor de sedimentos. Por otra parte, la ciudad de
Montevideo, se ha extendido sobre un "pilar" (horst) cristalino, el cual
deja de ser perceptible al Este de los Bañados de Carrasco. Faltan en la
columna estratigráfica montevideana los terrenos de las eras Paleozoica
y Mesozoica, pero estos últimos existen en profundidad, aunque sin
llegar a aflorar (formación Migues, del Cretácico). En cambio están muy
extendidas las formaciones Precámbricas del llamado Basamento
Cristalino, que son muy patentes en el litoral costero, en el Cerro de
Montevideo, en el Cerrito, etc., y los integrantes de la mayoría de las
formaciones Cenozoicas y del Pleistoceno, así como los materiales
superficiales recientes del Cuaternario.
Gran parte del departamento está recubierto por limos de la formación
Libertad, que recuerdan al limo pampeano de la Argentina, y hacia el R.
Santa Lucía por los representantes (también limos y areniscas muy finas)
de Fray Bentos cubiertos parcialmente por sedimentos de la formación
Raigón. Integrantes de ambas formaciones aparecen en otros puntos del
departamento. En los bañados dominan materiales recientes (cangrejales
del "slikke", etc.) apoyados sobre formaciones más antiguas.
b) Columna estratigráfica - Analizándola en forma inversa, y
abreviada, la columna estratigráfica montevideana se compone de las
formaciones geológicas siguientes:
1 - Basamento Cristalino - Término usual pero incorrecto con el
que se designan las formaciones presumiblemente precámbricas, que
comprenden en general rocas cristalinas antiguas de diverso origen, a
veces asociadas para constituir verdaderas "series". Sólo un apreciable
número de dataciones de edad absoluta podrían aclarar la cronología de
esta entidad geológica, en la que se engloban granitos, como los de La
Paz; gneisses granodioriticos, como los de Pajas Blancas; las
anflbolitas, como las del Cerro y las del Cerrito; y además,
micaesquistos, diques de pegmatitas, aplitas y lamprófidos, y otros
materiales interesantes.
2 - Ya indicamos que los integrantes de la formación Migues, cretácica,
existen en el subsuelo del departamento, pero sin llegar a aflorar.
3- Formación Fray Bentos, probablemente del Mioceno (era
Cenozoica), compuesta por limos y areniscas muy finas, con nodulos
calcáreos. Estos terrenos sedimentarios pueden verse formando a veces
barrancas en la zona donde se halla el Parque Lecocq (La Barra), en
Melllla, junto al A°. Colorado, al NO de los Bañados de Carrasco, etc.
En grandes extensiones están recubiertos por los integrantes de la
formación Raigón y a veces directamente por la de Libertad.
4- Formación Raigón, tal vez del Plioceno, comprendiendo
principalmente margas arcillosas y a veces arenosas, con coloraciones
variadas pero generalmente grisáceas, en contraste con los limos de Fray
Bentos, marrón rojizos o róseos. Aparecen en las barrancas que bordean
los bañados del Santa Lucia, y en la Cuenca del A°. Pantanoso; también
en Capurro y se hallan con frecuencia al realizarse excavaciones en las
zonas urbanizadas de Montevideo.
5 - Formación Libertad, del Pleistoceno, con limos, en parte
cineríticos y con concreciones calcáreas (sobre todo al nivel de las
llamadas "lodolitas"). Se trata de depósitos en gran parte de origen
eólico, que en Montevideo cubren áreas proporcionalmente grandes.
Coloración marrón amarillenta a rojiza, pudiendo verse los integrantes
de esta formación con frecuencia cuando se realizan excavaciones en la
propia ciudad de Montevideo y sus suburbios. Sus afloramientos pueden
verse por doquier (Malvín, pie Sur del Cerro, etc.). Los suelos
derivados de esta formación se abarrancan con relativa facilidad.
6 - Depósitos correspondientes a la Transgresión del Vizcaíno,
con acumulaciones subfosilíferas a veces abundantes, ubicadas entre unos
cuatro y cinco metros (a veces más) del nivel actual del Plata. Existen
tales depósitos en La Colorada-Pajas Blancas, Dique Nacional, Boca del
A°. Pantanoso, Punta Carretas. Se trata de una formación cuaternaria
relacionada con los cambios de nivel de origen glacioeustáticos; en la
zona inmediata al Parque Lecocq, se ubican al pie de las barrancas,
sobre una plataforma de abrasión creada a expensas de la erosión de
limos de la formación Fray Bentos.
7 - Depósitos recientes, y materiales superficiales actuales y
subactuales diversos: arenales, franjas de rodados, médanos, aluviones,
fango de los cangrejales ("slikke"), acumulaciones vegetales en proceso
de turbificación, etc.
Los integrantes del Basamento Cristalino, determinan las porciones más
elevadas del departamento: Cerro de Montevideo (136 metros), Cerrito de
la Victoria (70 metros) ambos de anfibolitas y rocas asociadas, en
general metamórficas; en la zona granítica de La Paz y las puntas del
arroyo de las Piedras, en la Cuchilla Grande, el terreno llega a
alcanzar la cota de 80 metros; también aquí el Cristalino llega a
aflorar o está cerca de la superficie.
c) Los integrantes del Basamento Cristalino - Pueden ser
agrupados en granitos de La Paz, que son macrogranitos generalmente de
dos feldespatos y listones característicos de biotita, con cuarzo
medianamente abundante. Son explotados intensamente para bloques,
pedregullo y "balasto" (material producido por desagregación natural).
Uno de los feldespatos ofrece casi siempre un color cárneo muy
característico; en cavidades miarolítlcas, la roca suele ofrecer bellos
cristales de pertita, cuarzo obscuro y albita, y a veces berilo. Existen
en la zona también granito hornbléndico y diques de pegmatitas, aplitas
y numerosos enclaves de granito porfiroide.
Metamorfitos de la Serie de Montevideo, en la que se integrarían
gneisses, anfibolitas, micaesquistos, esquistos actinolíticos, etc.
Estas rocas aparecen cortadas por diques numerosos (generalmente
pegmatiticos, con gruesos cristales de muscovita en el Dique Nacional, y
de biotita en la Colorada); en tales diques se presentan algunos
minerales curiosos como la turmalina negra, y en los micaesquistos
abundan los granates. Algunos diques se presentan como pegmatitas
gráficas de hermoso aspecto. En Pajas Blancas y otros lugares, los
esquistos ofrecen un bello listado por las inyecciones llamadas "lit-par-llt",
y frecuentes pliegues ptigmáticos (pliegues de pequeño radio de
curvatura, evidenciados en los filones de cuarzo, aplitas, etc.).
El Cerro de Montevideo está constituido fundamentalmente por anfibolitas
(unas veces macizas y microcristalinas, otras veces con esquistosidad
más aparente); no se trata de rocas volcánicas, sino metamórficas. Al
pie del Cerro, hacia el Sur se observan micaesquistos, pizarras
carbonoso-calcáreas, cloritoesquistos y de todo un séquito de rocas
filonianas, incluyendo sobre todo pegmatitas, aplitas y lamprófidos.
Hacia la boca del Pantanoso aparecen cuarcitas manganesíferas, que
existen en otros puntos del departamento, y que fueron alguna vez
explotadas para extracción de minerales de manganeso.
En numerosas canteras se han explotado algunos de los Integrantes del
Basamento Cristalino con relativa intensidad, para cordones de veredas,
bloques para pavimentación, pedregullo, balasto, piedras lajas para
revestimientos, etc. En la Villa del Cerro y en otras localidades se
utilizaron en ciertas épocas bloques chatos de anfibolita para
construcciones de paredones limítrofes de propiedad, para aceras y otros
usos. Topónimos como arroyo de las Piedras, Piedras Blancas, arroyo
Canteras, La Colorada (que se refiere en parte a la coloración de la
arena de playa y en parte a la roca vecina, una pegmatita biotíticacdn
minerales de hierro, muy rojiza) se relacionan con los materiales
integrantes del Basamento Cristalino. También resulta importante el
Basamento Cristalino como base de asentamiento para las construcciones y
otras obras humanas; sus integrantes, procedentes principalmente de las
antiguas canteras de La Teja, permitieron la erección de las
infraestructuras del Puerto de Montevideo, de las escolleras, etc. En la
construcción de' rutas, parques, jardines, etc. han sido empleados
ampliamente los "balastos" (productos de desagregación de granitos y
gneisses), y el pedregullo, en las obras de hormigón.
Resulta curioso que desde época tan temprana como la tercera década del
siglo XIX, gracias a la pericia del viajero F. Sellow, que llevó
muestras a Alemania, se conociera la naturaleza anfibolitica del Cerro
de Montevideo.
III - Rasgos geomorfológicos
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Imagen
aérea de Santiago Vázquez |
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a) Sectores geomorfológicos de Montevideo - La exigüidad aparente
del ámbito montevideano, parecería oponerse a que en el
departamento pudieran reconocerse verdaderos sectores
geomorfológicos o unidades de relieve. Sin embargo la propia
complejidad de la estructura induce una sorprendente variedad en
los relieves. Quien subiera por las laderas empinadas (hasta
cierto punto) del Cerro de Montevideo, parcialmente pedregosas,
notaría un profundo contraste al pretender desplazarse por las
partes anegadizas, y aún no consolidadas de los fangales o
cangrejales ("slikke") de los Bañados de La Barra (Santiago Vázquez)
afectados por las mareas eólicas más altas del Plata, que invaden
periódicamente el Santa Lucía, y se propagan por los dominios de los
esteros a lo largo de "tidal creeks" (arroyos de marea), tales como los
arroyos o cañadas de San Gregorio, de las Muías, de Melllla, etc. Los
depósitos de bañado aparecen prácticamente horizontales sobre vastas
áreas, mientras que las pendientes son bien aparentes en el Cerro de
Montevideo, aún a lo largo de la Avenida Viacaba (antigua Avenida de los
Panoramas) que trepa hasta cerca de la cima, ubicada a unos 136 metros,
y coronada por la ex fortaleza General Artigas (hoy Museo Militar), con
faro de alcance de 32 millas.
Lo cierto es que gran parte del suelo del departamento está ondulado por
la presencia de cuchillas, ramas de la Cuchilla Grande (que por
tradición es llamada Inferior para esta parte del país). De esta rama
Sur de la Cuchilla Grande, que se hace terminar prácticamente en la
propia Ciudad de Montevideo (Avenida 18 de Julio, marcando la divisoria
y luego la Ciudad Vieja, hasta la punta de San José). Pero aparte de las
ramas de esta cuchilla (la cual penetra en el departamento en las puntas
del arroyo de las Piedras) entre las cuales se destaca la Cuchilla de
Pereira que se dirige hacia Punta Espinillo, y la Cuchilla Juan
Fernández, que separa las cuencas de los arroyos Pantanoso y Miguelete,
ondulan el departamento la masa prominente del Cerro de Montevideo ("monadnock")
ó testigo de erosión anfibolítico, la más pequeña del Cerrito de la
Victoria, y ondulaciones costeras (Pajas Blancas, Punta Gorda, etc.),
así como barrancas, que las formaciones sedimentarias forman junto al
borde de los bañados (barrancas de Lecocq, de Melilla, etc.). Los
bañados por si mismos son una expresión de un relieve particular,
prácticamente llano.
A pesar de esta variedad de formas, y realizando una agrupación por
semejanza y en función del origen, los micro sectores geomorfológicos
reconocibles en Montevideo son los siguientes: |
1 - Cerro de Montevideo, y sus alrededores inmediatos, ondulados.
En el propio cerro la dirección estructural dominante (esquistosidad) es
aproximadamente de Este a Oeste, y el buzamiento de las anfibolitas es
generalmente de unos 60° hacia el Sur.
2 - Bañados de La Barra, desarrollados junto al Río Santa Lucía
Inferior, pero separados de los bañados del A°. Colorado, por una masa
tabular sedimentaria, cuyas barrancas alcanzan prácticamente en un punto
las márgenes fluviales. Vegetación halofítica puebla estos bañados, que
en los sectores recientes muy fangosos constituyen el "slikke"
(cangrejales) y en los más antiguos y elevados el "schorre" (tierras
salinas con pajonales bajos halof¡ticos).
3 - Bañados del Colorado, antes citados, con el A°. Colorado y
otros "tidal creeks" (arroyos de marea) menores, adonde llegan ya con
mayor dificultad las influencias de las aguas salobres del Plata.
4 - Cuchilla de Pereira, cuya divisoria de aguas se orienta hacia
Punta Espinillo. El paisaje general determinado por las lomadas de esta
cuchilla se aplana hacia el Oeste, en dirección de los bañados del Santa
Lucía, donde se desarrollan terrenos sedimentarios de las formaciones
Fray Bentos y Raigón, que terminan junto a los citados bañados formando
espectaculares barrancas, que pueden observarse desde la Avenida L.
Batlle Berres, en las proximidades de Santiago Vázquez, localidad que se
levanta sobre una antigua isla cristalina, hoy perfectamente ligada a
tierra firme. Las vertientes meridionales de la cuchilla son en cambio
gnéissicas, y las rocas suelen aflorar en los valles y llegan a
dificultar el libre transcurso de las cañadas, viéndose con frecuencia
afloramientos rocosos.
5 - Cuchilla Juan Fernández, rama de la Cuchilla Grande
intercalada entre los arroyos Pantanoso y Miguelete, delimitando la
divisoria de aguas de dicha cuchilla las cuencas de ambas corrientes
fluviales. Viejos topónimos como la Cuchilla, Belvedere, Bella Vista,
etc. se refieren al terreno elevado determinado por la presencia de esta
cuchilla y que permitía abarcar una hermosa vista en dirección de la
Bahía de Montevideo. Hoy toda esta zona está densamente urbanizada.
6 - Cuchilla Grande, separando su divisoria de aguas las puntas
de los arroyos de las Piedras y Toledo, y separando luego las cuencas
del arroyo Miguelete y de los tributarios de los Bañados de Carrasco
(arroyo Manga y otros). Dicha divisoria transcurre a más de 90 metros en
la zona donde separa a los arroyos de las Piedras y Toledo, para decaer
algo en altura en las puntas del arroyo Miguelete (menos de 80 metros),
reduciéndose las cotas luego a unos 60 metros, y en la masa algo
separada de la cuchilla, que constituye el Cerrito de la Victoria, la
altura del relieve vuelve a ser de 70 metros, pero se reduce a 45 metros
en el Obelisco (erigido en memoria de los Constituyentes de 1830), y
supera apenas 20 metros en la Plaza Independencia. La cuchilla se
asienta sobre masas cristalinas integrantes del "pilar" o "horst",
bloques alargados separados por fallas, que en conjunto tienen un rumbo
Suroeste, aproximadamente. Tales masas cristalinas aparecen recubiertas
en las porciones menos salientes por espesores apreciables de limos de
la formación Libertad, como puede observarse cuando se realizan
excavaciones en la Ciudad de Montevideo. Las masas cristalinas
dificultarían la apertura de un subterráneo, pero al mismo tiempo
conformarían una potente y rígida infraestructura.
Aunque habitualmente se hace terminar la Cuchilla Grande en la
"península" donde se asienta la Ciudad Vieja, una rama importante de la
misma, con granitos gnéissicos en su subsuelo, se orienta hacia Punta
Carretas, haciendo la zona inmediata a la misma bastante alta y muy
panorámica. Lomadas orientadas hacia el Este, hacia los bañados de
Carrasco, determinadas también por la presencia de masas cristalinas en
el subsuelo, hacen bastante ondulada en esa dirección la vertiente
Oriental de la cuchilla.
7 - Bañados del Pantanoso, pequeña entidad geomorfológlcade la
Cuenca del A°. Pantanoso, pero sumamente anegadiza y de difícil
recuperación, sugiriéndose que el área sea utilizada para localización
de establecimientos industriales o alguna finalidad que no sea la del
poblamiento simple. Parte de los terrenos de esta llanura anegadiza son
salinos y gleizados, arcillosos en los horizontes inferiores. La
recuperación de estos y otros bañados del departamento urge no sólo
porque se interponen como tierras impropias para toda utilización
inmediata, sino que son lugares favorables para la cría de mosquitos,
por el estancamiento y fácil polución de las aguas, etc. Pero en el caso
de los bañados de Carrasco, que no son salinos, pueden desempeñar un
importante papel como reservas de fauna y flora autóctonas, y área de
forestación racional.
8 - Rincón de Melilla, masa seudotabular, asentada sobre capas
sedimentarias de Fray Bentos y Raigón, con suelos relativamente espesos,
y bien cultivados. El área está comprendida entre los bañados del
Colorado (al Norte) y los de La Barra (al Sur), vinculándose al Este con
la zona más pedregosa próxima a La Paz, donde existen canteras de
granito y explotación de "balasto".
9 - Franjas de litoral costero, bastante variadas, pudiendo
distinguirse en el conjunto pequeños sectores: a) litoral Occidental, en
gran parte pedregoso, con playas arenosas deterioradas en parte por la
antigua explotación de arena; entre Punta Yeguas y el Cerro, el litoral
ofrece notables puntas pedregosas de aspecto peninsular, algunas
utilizadas para emplazamiento de establecimientos industriales, entre
ellos el Frigorífico Nacional; b) Bahía de Montevideo, seno resguardado,
pero al mismo tiempo un gran problema de futuro para Montevideo por su
tendencia a la colmatación y al polucionamiento; c) litoral Oriental,
con playas tradicionalmente famosas (Pocitos, Ramírez, Malvln, Carrasco)
y algunas puntas (Punta Gorda, Carretas) y senos (Puerto del Buceo). |
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Un tramo
del arroyo Pantanoso |
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A lo largo de esta franja litoral se observa un relieve muy variado, con
playas arenosas, cordones de cantos rodados, rocas modeladas por el
oleaje actual o del pasado (elevadas respecto al nivel actual del
Plata), barrancas, dunas (en gran parte fijadas y recubiertas de restos
vegetales de bosques artificiales de eucaliptos, pinos, etc.), barras
arenosas emergidas y a veces soldadas a la costa, cangrejales (sector
del Pantanoso y La Barra). La transformación de esta franja litoral por
la acción humana ha sido bastante intensa y se realizan siempre grandes
esfuerzos para preservar la belleza de las playas, así como la limpieza
de las mismas.
El conocimiento de los sectores geomorfológicos Tiene una gran
importancia tanto para la planificación de la futura utilización de las
tierras del departamento, incluso para asentamientos urbanos, como para
explicar ciertos detalles de la hidrografía, y en los problemas
concernientes a inundaciones, drenaje, polución, etc.
b) El Cerro de Montevideo - Especial destaque en la geomorfología
de Montevideo, merece el Cerro, cuya constitución petrográfica general y
altura indicamos anteriormente. Este "monadnock", "hartling" o testigo
de erosión se divisa desde grandes distancias y el faro giratorio que
posee en la cima envía sus rayos por un espacio amplísimo favoreciendo a
la navegación. Viviendas pobres de la Villa del Cerro, y otras más
confortables de la zona donde se halla el Barrio Casabó, trepan por sus
laderas. Una vieja ex fortaleza corona su cima, y a gran altura se halla
un parador turístico. De lo alto se distingue un panorama espléndido de
la ciudad de Montevideo, de los alrededores de la misma, de la bahía y
las puntas pedregosas y playas del litoral Occidental. En la ladera Sur
se ha creado un parque (el de Vaz Ferreira). En torno del cerro se
ubicaron y aún existen algunas chacras que aprovisionaban a Montevideo,
extendidas a través del llamado hoy Rincón del Cerro, todavía de gran
producción. Un frigorífico gigante, hoy en proceso de desmantelamiento,
y el Dique Cibils (hoy de la Armada) aparecen en la llamada Punta de
Lobos.
Hacia el Este, entre la Bahía y la masa anfibolitica del Cerro se
extiende la Villa del Cerro, de características calles onduladas y a
veces de fuerte pendiente, la que por mucho tiempo fue y sigue siéndolo
hasta cierto punto, un suburbio obrero de Montevideo, afectada hace
algunos años por la crisis de la industria frigorífica de la que se ha
repuesto en parte. Por extensión esta villa ha rodeado también al cerro
del lado Norte.
Llama de todas maneras la atención, de que aún siendo el Cerro un
mirador maravilloso, y el único elemento de relieve realmente elevado
del departamento no se le haya integrado a un turismo más activo y a una
urbanización (incluyendo parques, mejora de las playas, etc.) más
eficiente. Creemos firmemente que la explotación de las posibilidades
que ofrece el Cerro para el turismo y la recreación ha sido realizada en
escala muy exigua, y deberá ser intensificada.
IV - Red fluvial y litoral costero
a) Régimen fluviomarino del Plata. Montevideo tiene un amplio
litoral costero desarrollado sobre el Río de la Plata, gigantesca masa
formada de agua por la conjunción de los caudales de los ríos Paraná y
Uruguay (más otros tributarios pequeños) y sometida a un régimen
fluviomarino muy particular, que hace que frente a Montevideo, el Plata
presente habitualmente aguas salobres, variando esta salobridad con
mucha frecuencia. Evidentemente se trata de una fluctuante mezcla de
aguas de origen continental o fluvial (aguas dulces del Paraná y del Río
Uruguay) con las aportadas por la lengua salina de origen marino que se
desliza en sentido contrario pero a mayor profundidad, favoreciéndose la
mezcla por la acción del oleaje, la marea, y las turbulencias de
descarga y originadas por las fricciones contra el fondo y las orillas.
En un sentido general el viento es el factor determinante del proceso de
mezclas.
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Estuario
del Río de la Plata |
El conocimiento de este régimen fluviomarino es importante, ya que la
inmensa masa de contaminantes y de residuos varios que bajan por el río,
no alcanzan siempre al océano sino que son retomados con frecuencia por
la lengua inferior de agua de origen marino, quien retorna tales
productos río arriba, principalmente a la zona media del álveo frente a
la cual se halla Montevideo. Piénsese en la inmensa cantidad de
residuos, de aguas servidas, etc. que salen de Buenos Aires (que con los
alrededores encierra más de ocho millones de personas, y gran número de
establecimientos industriales), los que proceden de la propia Montevideo
(de casi un millón y medio de pobladores), las materias residuales que
provienen de las tierras de labor, de los centros urbanos menores, etc.,
las que aportan los ríos Paraná y Uruguay de una inmensa cuenca, y se
tendrá una vaga idea de lo que el Plata debe recoger de tantos y tan
variados contribuyentes, para aplicar la ley ya muy conocida de que la
principal función de los ríos es llevar "la tierra al mar"; pero en este
caso no se trata sólo de tierra, sino de materias indeseables, algunas
peligrosas, otras tan sólo molestas; y el rio al encontrarse con la
lengua salina de origen marina reduce su corriente, la detiene y aún la
invierte parcialmente formándose en mitad de su álveo una inmensa nube
de materiales finos ("bouchon vaseux") que pueden ser fangos
contaminados, que se depositan frente a nuestra ciudad amenazándola de
diversas maneras (contaminación balnearia, encenagamiento de puertos,
reducción de riqueza pesquera, etc.).
Por otra parte, si bien las corrientes de descarga normales del Plata se
dirigen hacia el mar, las corrientes de deriva litoral provocadas por el
oleaje oblicuo, suelen marchar en sentido contrario, y transportan
materiales finos y arenas a lo largo de la costa del Este al Oeste. Y
todavía, en forma local, en la propia Bahía de Montevideo (que es parte
integrante del Plata), por cierto grado de estancamiento y ausencia de
una libre conexión suficientemente amplia con el río, se produce la
acumulación creciente de residuos procedentes de Montevideo en forma
directa, y los que aportan los arroyos Pantanoso (este ya de aguas
francamente polucionadas) y el Miguelete (que se va pareciendo cada vez
más al anterior). La bahía, y especialmente la zona portuaria inmediata
son dragadas en forma continua, y los residuos son entregados al Plata
(sin haber por el momento otro remedio) para que los lleve a distancia,
misión que, según acotamos anteriormente, resulta a veces difícil de
llevar a cabo, ya sea por el régimen fluvlomarlno, ya por los efectos de
la deriva litoral. No olvidemos que el Plata tiene una profundidad media
de sólo 5 metros y que el desplazamiento de las aguas fluviales hacia el
océano se realiza con extrema dificultad. Pero la ineficacia del rio
sólo es tal si la cantidad de residuos resulta muy grande; de ahí que
haya que pensar en recuperar a éstos, y evitar echar sin discriminación
toda clase de materias contaminantes en esa aparentemente inmensa masa
de agua, que vista a cierta escala es una lámina de agua muy delgada
desplazándose por una llanura de fango y arena.
El propio canal de acceso a Montevideo debe ser dragado periódicamente y
ni pensar que los grandes petroleros puedan llegar a entrar en nuestro
puerto y menos de llegar a los muelles de Ancap (Administración Nacional
de Combustibles, Alcohol y Portland) donde se halla instalada una gran
Refinería de Petróleo.
Todo bañista sabe que junto a Montevideo las aguas platenses son
salobres; en un momento dado puede haber en la superficie entre 3 y 15
gr. por mil sales, y a ocho metros de profundidad de 10 a 20 gr. por
mil. En las proximidades de la Isla de Flores se han registrado máximas
de hasta 22 gr. por mil en la superficie y 32 por mil en el fondo (se
trata de aguas que recuerdan las de mares bastante salinos). Cuando hay
mucho viento y fuertes turbulencias de agua la salinidad se uniformiza
bastante entre el fondo y la superficie, y los fangos coloran al río con
el característico tono de "café con leche". Los cambios bruscos de
salinidad pueden provocar la mortandad de diversos organismos marinos
poco resistentes a tales cambios (stenohalinos). Esta salobridad
platense explica la presencia de bañados salinos en La Barra y el
Pantanoso Inferior; allí las aguas platenses hacen periódicas
incursiones, y al evaporarse las aguas de intrusión, las sales aportadas
se concentran por evaporación hasta un grado muy elevado, permitiendo
sólo el desarrollo de plantas halófitas tales como Juncus acutus,
Spartina montevidensis, Salicornia fruticosa, etc. conocidas por todos,
sobre todo el junco por sus tallos punzantes.
La salinidad de las aguas platenses favorece la precipitación de los
sedimentos finos, pero ocurre que precisamente mucha cantidad de estos
se depositan en la sección del álveo donde se halla Montevideo.
A pesar de estas dificultades del Rio de la Plata, no debemos olvidar el
hecho de que se trata de un entronque bastante eficiente entre los
dominios continentales y los netamente oceánicos, ampliando nuestro
litoral costero y contando en su porción Este con playas que poco deben
envidiar a las oceánicas, por lo menos en todo lo que significa la
compensación por accesibilidad, distancia y economía.
De los bancos arenosos que afectan el álveo platense, dos se hallan
directamente frente a Montevideo: son el Inglés y el de Arqulmedes. La
marea lunisolar en Montevideo genera una amplitud de desniveles de unos
40 centímetros, pero la provocada por los vientos puede rebasar los 4
metros (4m.70 en 1923).
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Vista
aérea de los humedales del Río Santa Lucía.
18 de marzo de 2009. Foto 0023FMCPNM.CMDF.IMM.UY |
b) El Río Santa Lucia y sus tributarios montevideanos
Si bien mucho más modesto que el Río de la Plata, el Santa Lucia
resulta para Montevideo un gran río, sobre todo porque en la zona donde
se une al Plata, se abre desmesuradamente, intercalándose en ese espacio
la Isla del Tigre, sedimentaria, y en jurisdicción de San José. De unos
220 km. de recorrido total, el Santa Lucia afecta Montevideo por espacio
de menos de 10 kilómetros, presentando en general, orillas arenosas o
arenoso-fangosas bajas, salvo en algunos puntos, incluyendo la colina
cristalina (antigua isla) donde se eleva Santiago Vázquez, y donde un
gran puente de acero asegura las comunicaciones de Montevideo con el
departamento de San José y otras zonas del Suroeste y del Oeste del
país. Cuando las aguas platenses invaden impelidas por las mareas
eólicas los terrenos bajos que bordean al río estos se inundan y reciben
aguas salobres, de las cuales derivan sales por ulterior evaporación y
concentración; de ahí que en tales terrenos existe un mundo de plantas
halófitas que ocupa vastas áreas; además las aguas remontan los llamados
arroyos de marea ("tidal creeks") internándose tierra adentro a grandes
distancias del río. Entre estos arroyos de marea, el principal es el
arroyo Colorado, limítrofe con Canelones, y que a su vez recibe
al largo arroyo de las Piedras, que continúa hacia el Este dicho
límite. Masas tabulares de la formación limoso-areniscosa de Fray
Bentos, marginan estos bañados con espectaculares barrancas y
promontorios sedimentarios, cubriendo los materiales integrantes de la
formación Raigón las partes más altas. El Colorado recibe a la larga y
complicada 3, y el de las Piedras a la Cañada del Dragón, que
discurren por terrenos llanos. En forma directa van al Santa Lucia los
arroyos San Gregorio, Cañada de las Mulas (rectificada y canalizada,
destinada a fines turísticos), las de Pajas Blancas (el nombre se
refiere a los pajonales del "penacho" o Cortaderla selloana), la del
Peral, de las Conchas (se refiere a los subfósiles de la trasgresión del
Vizcaíno), del Pajonal, etc.
Estos "arroyos de marea", modifican su régimen de aguas de acuerdo con
la situación imperante, pudiendo en un momento dado ser salinas (con
fauna estuárica) y otras veces prácticamente dulces (con fauna fluvial
típica). Sus desbordes periódicos determinan el depósito de fangos que
van creando los barrizales orgánicos llamados "slikke" donde abre
innumerables galerías y da fijeza a los materiales el cangrejo
Chasmagnathus granúlala. Estas tierras reciben materiales
posteriores, sobre todo restos de vegetación y elevándose gradualmente
forman el "schorre" cubierto de pajonales bajos y juncales punzantes,
donde suele medrar el apereá (Cavia pamparum) y otros roedores,
que transforman la vegetación en materiales que concurren a Incrementar
la capa de suelo.
El Santa Lucia no sólo presenta junto al Departamento de Montevideo una
gran amplitud (el puente de acero de Santiago Vázquez tiene 540m. de
largo, y en la zona donde se halla la isla de los Pescadores, las
orillas opuestas
del río distan casi 2 km.)
sino que también, en forma irregular, ofrece profundidades apreciables
(hasta de quince metros), aunque en los accesos externos (islote del
Arriero Grande) las profundidades decaen a poco más
de 2ó3
metros).
El Santa Lucia provee de
agua potable a Montevideo,
pero las tomas de agua y demás instalaciones para
tal efecto se hallan en el departamento de
Canelones (localidad de Aguas Corrientes). El río tiene además
importancia turística, incluyendo navegación
deportiva, pesca, etc.
c)
Tributarios de la Bahía de Montevideo —
Se trata
fundamentalmente de los arroyos Pantanoso (unos 14
km. de largo) y el Miguelete (20 km.), ya que el
pequeño Arroyo Seco, se ha hecho poco
visible a causa de la urbanización.
Tanto el Pantanoso
como el Miguelete resultan corrientes fluviales de gran trascendencia
para Montevideo, ya que drenan (o pretenden
hacerlo) las aguas de cuencas relativamente
extensas y afectadas parcialmente por una
creciente urbanización. Tal drenaje se ha visto perturbado,
a pesar de los cuidados que se han prodigado, por
la multiplicidad de todas clases de obstáculos que los arroyos,
sus tributarios y las aguas de escurrimiento
pluvial encuentran hoy en su recorrido.
Estas dificultades de drenaje se han visto
reflejadas por un lado en la lentitud de las
corrientes, el estancamiento de las aguas, las inundaciones sorpresivas,
en la incapacidad del transporte de diversos
residuos, que en cantidades cada vez mayores y a
veces sin discriminación se echan en las aguas o se
abandonan junto a los cauces. El Miguelete, nace a unos 80 metros de
altura, pero cruza por zonas intensamente urbanizadas; el Pantanoso, que
se inicia a unos 40 metros, debe transitar
después del Paso de la Arena, por terrenos
muy bajos que terminan por ser, a partir del Paso de la
Boyada, verdaderos bañados salinos, convirtiéndose
la corriente fluvial en arroyo de marea ("tidal
creek").
Ambos arroyos no
sólo recorren según se ha dicho zonas
urbanizadas, sino también las Industriales, sobre
todo el arroyo Pantanoso. Toda clase de residuos se
agregan a los domiciliarios, y a raiz de tales impactos, ambas
corrientes fluviales, y especialmente el Pantanoso
tienen sus aguas altamente polucionadas,
despidiendo los fangos depositados, durante
las bajantes y en épocas calurosas olores
fétidos. Diversas obras de regularización se han llevado a cabo para
mejorar la situación fundamentalmente en el
arroyo Miguelete, obteniéndose resultados alentadores.
El Pantanoso baja de
la Cuchilla de Pereira, cruza la zona
urbanizada y bien arbolada de Lezica, y contornea la
masa granito-gnéissica elevada donde se levanta la
vieja Tablada, cruzando luego por primera
vez el Camino de las Tropas; en el Paso de
la Arena tiene en sus cercanías diversos establecimientos industriales
(fábricas de aceite, cartón, recauchutage,
etc.), y luego recibe desde la zona donde se
hallan los restos del antiguo Parque Tomkinson a la Cañada Bellaca, la
que como otras similares tiene aguas
polucionadas. Después de su segundo cruce
del Camino de las Tropas, entra en una zona anegadiza,
junto a la cual se levantan establecimientos
frigoríficos, fábricas de jabón y de cola,
astilleros y varaderos, y en torno de la
cual en otras épocas, no muy lejanas actuaron
los saladeros (Tabarez, Peña, etc.). Para
utilizarlo como acceso a esta zona
industrial se creó un canal, por el que
transita ahora el arroyo, quedando abandonado el brazo
primitivo; en la desembocadura en la bahía, se
halla la Isla del Bizcochero, en carácter de
"tómbolo" (unida habitualmente a tierra por una lengua de arena). Más al
Este se levanta la Refinería de Ancap, sus
numerosos depósitos tanques, y se ven las canteras de gneiss y otras
rocas, de donde se extrajeron materiales
para la construcción del Puerto de
Montevideo.
El Miguelete sale de
la Cuchilla Grande y recorre extensas zonas
de chacras y mixtas, internándose luego en
una amplia zona urbanizada, donde se le debe cruzar por
puentes; pasa cerca del aeródromo Boizo Lanza,
bordea el Cementerio del Norte, y se interna
por un espacio apreciable dentro del tradicional Prado. Antes y después
de este gran parque cruza por zonas
industriales donde hay fábricas de tejidos,
industria química, electrónica, elaboración de aceites, etc. Cerca de su
desembocadura en la bahía, donde aparece muy
polucionado se levantan la Refinería de
Petróleo de Ancap, Plantas de Alcoholes,
Fábrica de Fertilizantes, etc.
El principal contribuyente
del Miguelete es el largo
y tortuoso arroyo
Mendoza
largo de unos nueve
kilómetros, que recorre una zona de chacras y de poblamiento
aún no muy denso, pero en proceso de constante
urbanización. Este fenómeno de regresión de chacras, causará
en el futuro dificultades en relación a la escasez
de espacios y de aprovisionamiento de Montevideo en verduras
frescas y a precios convenientes; con frecuencia
gente pudiente compra chacras para destinarlas a zonas de edificación;
habría que ver en todos los casos hasta qué punto
esto es deseable. Otros tributarios menores del
Miguelete, son las cañadas de Pajas Blancas,
de Casavalle, etc. que a veces llegan a
causar sinsabores por sus inundaciones,
aunque por otra parte contribuyen a asegurar el drenaje
de las aguas pluviales y el arrastre de diversos
tipos de residuos.
d)
Tributarios
de
los Bañados
de
Carrasco - Los
Bañados de Carrasco
ocupan actualmente
una amplia área que en otras épocas fue
seguramente una bahía poco profunda, que fue
siendo cerrada por barras arenosas sucesivas, y luego se colmató
progresivamente principalmente por el avance eólico de las arenas, los
aluviones aportados por los arroyuelos
tributarios y los avances de la vegetación
cuyos restos han llegado a formar capas
de
turba, o
materiales en proceso
de
turbificación.
Actualmente las serles
de
barras forman una amplia
banda arenosa intercalada entre los bañados y el Plata, recorrida por
el arroyo
Carrasco,
que oficia de
emisario de los bañados, comportándose como
un arroyo de marea, habiendo sufrido en
tiempos modernos los efectos polucionantes
determinados por el exceso de residuos que recibe en
zonas de mataderos, carnicerías y lo que los
propios bañados le entregan procedentes de tributarios que pasan por
zonas industriales y zonas pobladas.
En conjunto los
Bañados de Carrasco constituyen una llanura
anegadiza, que ocupa algo más de 10 km. cuadrados, con abundante
vegetación hidrófila palustre: junco común (Sclrpus
californicus), camalotes (Pontederia,
Eichhornia), junco bravo (Scirpus
giganteus), cardilla de bañado (Eryngium
pandanifolium), espadaña (Zizaniopsis bonarienses), totora (Typha
latifolia), lirio acuático (Iris
pseudocorus), penacho (Cortaderia selloana), Incluyéndose
algunos arbolillos propios de bañado: el ceibo
(Erythrina crista-galli), el curupi de
bañado (Sapium montevidensis), el Sarandi colorado (Cephalanthus
glabratus), la chirca de bañado (Eupatorium
tremulum), etc.
Entregan sus caudales a
estos bañados, por el Norte,
el largo arroyo
Toledo
que traza el limite entre
Montevideo y Canelones; por el Oeste se vierten los arroyos
Manga,
bastante largo,
Chacarita y Canteras (este último
fuertemente polucionado a raíz de los desperdicios industriales y
domiciliarios). Estos cursos de agua transitan por
una zona mixta de urbanización y de chacras
(algunas de ellas conocidas por sus sandías,
frutillas y tomates). La acción humana, en
relación a la desecación parcial de los
bañados, su forestación y su uso agrícola ha sido intensa;
grandes plantaciones de sauces, álamos, eucaliptos,
etc. se han agregado a la flora natural; se
han hecho además
canalizaciones para facilitar los
drenajes. Pero del lado Oeste, los bañados reciben importantes aportes
de substancias indeseables. La forestación con coníferas, eucaliptos y
acacias ha adquirido gran alcance en la zona Sur, zona ideal para
turismo, habiéndose trazado amplios parques.
e) Tributarios directos del Plata -
Se trata en general de pequeños arroyos o de cañadas, muy conocidos y a
veces muy apreciados localmente. Aquí solo mencionaremos el arroyo o
cañada de Pajas Blancas, hacia el Suroeste del departamento,
llamado así seguramente por la vegetación de penacho (Cortaderia). En la
zona existe una surgencia que se utiliza para envasar agua de mesa. En
el litoral Este alcanza al Plata el arroyo Malvín, que discurre
por terreno ondulado, densamente poblado. Todos estos arroyuelos cumplen
su misión natural de realizar el drenaje del exceso de aguas pluviales y
el de llevar los residuos al Plata; pero en dicha misión hallan hoy
innúmeras dificultades, entre ellas los obstáculos que el hombre mismo
ha creado para su libre transcurso con toda clase de obras, y por otro
la excesiva cantidad de desperdicios que se arrojan en sus cauces.
Tratándose de arroyos que van a desaguar en zonas balnearias es urgente
que los ayudemos en su misión, por lo menos arrojando la menor cantidad
posible de residuos en sus aguas, sobre todo cuando se trata de
substancias contaminantes o malolientes.
f) Litoral costero - Al ocuparnos
de la geomorfologla del departamento indicamos las distintas secciones
en que puede ser dividido, dadas sus características y posición, el
litoral costero desarrollado sobre el Plata. Aquí solo agregaremos de
que se trata de una línea de costas muy irregular, que recuerda a la de
Maldonado, aunque en Montevideo las playas, aún siendo numerosas son de
extensión más modesta. La semejanza con Maldonado estriba además en la
alternancia de las playas arenosas con las puntas pedregosas, pero en
Montevideo dominan las playas en forma de media luna, presentándose sólo
la de Carrasco como playa en forma de banda.
En el sector costero Occidental se suceden
de Oeste a Este, las playas de La Colorada, de Pajas Blancas,
de Punta Yeguas, del Frigorífico Nacional (muy descuidada)
y del Cerro. Algunas de estas playas han sufrido los efectos de
la anterior explotación de arenas y rodados, pero aún actualmente no han
merecido los cuidados necesarios, a pesar de su importancia local como
elementos del turismo balneario. En el litoral Este, se suceden, entre
otras, las playas Ramírez (inmediata al Parque Rodó), Pocitos,
Buceo, Malvín, Playa Honda, de los Ingleses,
Playa Verde, Carrasco, esta última de extensión indefinida
hacia el Este, a pesar de los cambios de nombre, ya que forma una
inmensa banda arenosa cortada sólo por las bocas de los arroyos. Algunas
de las playas mencionadas como Pajas Blancas, Malvín, etc. son dobles;
otras forman simples "ansas" (arcos de gran curvatura subtendidos por
puntas pedregosas) que es el caso de las playas Ramírez, Buceo, etc. Las
playas del Este principalmente, son objeto de periódica limpieza, pero
aún así sufren los efectos de los depósitos fangosos de diversas
procedencias, incluso los aportados por la deriva litoral. Los efectos
mencionados se sienten sobre todo en las playas Ramírez y Pocitos, donde
de todas maneras se reúnen en las temporadas enorme número de bañistas
(uruguayos y extranjeros). En algunas de tales playas se ha evitado la
evasión de arena, con plantaciones, entre ellas las realizadas con la
gramínea autóctona Spartina ciliata (Playa Verde).
Entre las más importantes puntas salientes
destacaremos al Oeste la de Espinillo, y luego un grupo de puntas
peninsulares (Yeguas, Tigre, Sayago y del Cerro). Más al
Este, la Ciudad Vieja, con su península determina la punta de San José.
Pero la saliente que se interna
más en las aguas platenses es Punta Brava (o Carretas) provista
de faro, siendo destacable también el promontorio de Punta Gorda,
rocoso. Algunos islotes (Gaviotas, del Mono) y un tómbolo (Punta del
Descanso) aparecen en este litoral.
V - Clima, vegetación natural y suelos
a) Rasgos climáticos - Solo diremos
aquí que Montevideo, dada su situación, su proximidad al océano y otras
características geográficas, tiene clima templado (prácticamente
subtropical), subhúmedo, siendo perceptible la influencia marina, que
incide sobre todo moderando el régimen térmico estival aunque sin dejar
de influir en el invernal. La temperatura media es de 16°5, diferente en
sólo 2 grados de la de Rivera; siendo las medias de Enero y de Julio de
unos 22°5 y 10°5 respectivamente, significando la diferencia entre ambas
cifras que la ciudad tiene un clima moderadamente marítimo, algo menos
húmedo promedialmente que el de Punta del Este, pero más húmedo que el
de Salto. Como ocurre en el resto del pais, la variación del tiempo
meteorológico es bastante irregular, con frecuentes cambios bruscos de
temperatura y baja efectividad de las precipitaciones. Los cambios de
tiempo están regidos fundamentalmente por la interacción por un lado de
los vientos cálidos y relativamente húmedos procedentes del NE (viento
"norte"), y por otro por las réplicas del aire del Pacifico (invasiones
polares y "pampero" este último con dirección predominante del SO). Son
frecuentes también las invasiones de aire marítimo llamadas Sudestadas
(causando la Sudestada permanente grandes lluvias, en contraste con el
Pampero relativamente seco y fresco).
Un ejemplo de cambio brusco de temperatura
fue el del 25 de febrero de 1912, con un salto de 14°5 en menos de una
hora. La temperatura mínima absoluta (al abrigo) ha sido de unos cinco
grados bajo cero, y la máxima ha superado los 43°.
Los vientos son frecuentes y a veces de
gran fuerza y larga duración. Por ejemplo el temporal de Julio de 1923
(días 10-12) fue de una violencia extraordinaria, con ráfagas de más de
150 km. horarios, y por su duración provocó la elevación de las aguas
platenses en más de 4m.50, causando las olas diversos daños en las zonas
costeras (vientos del cuadrante Sur). El temporal del 8 de Julio de
1935, fue más breve, con viento del Oeste, pero alcanzó similares
velocidades y aportó una granizada espectacular.
El régimen de brisas es conocido en
Montevideo, refrescando la brisa marina en verano toda la franja
costera, en profundidades de varios kilómetros. La humedad relativa
media de Montevideo es de 73 a 74%, y las precipitaciones superan
anualmente los 1000 mm. Pero según dijimos las lluvias son irregulares;
por ejemplo en 1914, parecen haber caído más de 2300 mm. y en 1892 sólo
440 mm. Existe una diferencia de unos 300 mm. con respecto a la
pluviosidad media de Rivera, favorecida por lluvias más abundantes.
Las estaciones más lluviosas son el Otoño
(Marzo-Abril) y la Primavera (Setiembre), recibiendo menos
precipitaciones el Verano (principalmente Febrero). Pero la caída de
agua se hace muy irregular a través de los años. Así por ejemplo, en
Enero de 1953 cayeron en Montevideo casi 450 mm. de lluvias, mientras
que en Enero de 1950 se registraron 4 mm. La nebulosidad, mínima en
Verano, es acusada en Invierno, siendo la media de 5.3 (representando 10
el cielo cubierto), similar a la de muchas localidades del Mediterráneo
europeo. Se producen en el área de Montevideo entre 20 y 30 de niebla
por año, llegando a causar dificultades a la aviación. Las heladas, dada
la proximidad al Plata son poco frecuentes, aunque en el interior del
departamento llegan a registrarse entre 10 y 20 heladas por año. La
nieve en cambio es prácticamente desconocida, no asi el granizo, que
afecta periódicamente a los frutales y verduras, daña los invernaderos
de los floricultores y destroza los vidrios de las claraboyas (con
ganancia de vidrieros). Finalmente, aunque no exista nada definido en
ese sentido, el tiempo suele cambiar con frecuencia en períodos que
abarcan siete días invasión de aire húmedo (con viento Norte), pasaje de
un frente (generalmente con lluvias) y llegada del Pampero (que "limpia"
la atmósfera y refresca el ambiente)... lástima que ese período sólo se
cumple en determinadas épocas que podríamos llamar "normales".
b) Vegetación natural - Debido al progresivo poblamiento,
urbanización, trazado de rutas, remoción de suelos, apertura de
canteras, talado, quemas y otras acciones antrópicas, la vegetación
natural y los suelos del departamento han sufrido modificaciones
profundas, siendo a veces difícil reconstruir las condiciones existentes
en el pasado. D. Mariano Berro ha tratado de reeditar la flora arbórea
que existió en el Cerro de Montevideo en la época de los
descubrimientos, la que en parte conocemos por el relato de viajeros,
sobre todo los naturalistas, que coleccionaron vegetales, y también por
los remanentes o relictos que todavía existen en algunos lugares, de una
flora que hoy ya pertenece al pasado. En el citado cerro, existe
actualmente un relicto de espina de la cruz (Colletia paradoxa),
todavía común en las cercanías de Pajas Blancas; al pie del cerro, cerca
de la costa se ven espinillos y algún pequeño ceibo, aportados hasta
allí por el oleaje oblicuo platense con fuerte viento y marea alta. En
el arroyo o cañada del Talita, se ven todavía surgiendo de las fisuras
de las rocas, alguno que otro tala, y en la costa arenosa se puede ver a
veces a la chirca de monte. Es posible que tales arbustos y arbolillos,
junto con el molle, el coronilla, algún blanquillo y tal vez el curupí
medraran en la zona; coronilla, molle, tala y otras especies pueden
verse todavía junto a las barrancas de La Barra y Melilla; además a lo
largo de una parte por lo menos de los arroyos Colorado, las Piedras,
Toledo, Miguelete, Pantanoso, etc. quedan remanentes del monte franja, a
donde concurrían los antiguos pobladores de Montevideo a procurarse de
leña, tan escasa en la zona. En lo alto del cerro se han implantado
artificialmente algunos arbolillos criollos: coronilla, molle, tala,
caroba (este último nunca existió al parecer en el Cerro).
La pradera natural, con abundante espartiilo (Stipa charruana) o
flechilla, campeaba por el departamento, cubriendo los pastos incluso
una buena parte del Cerro de Montevideo. La chirca de monte (Dodonaea
viscosa) que hoy puede verse en los arenales de Carrasco y de La
Colorada, ocupaba cubriendo grandes extensiones el área litoral. Aparte
de la urbanización que hace desaparecer prácticamente la flora original,
en las áreas de cultivo se ha producido una regresión de la flora
indígena, sustituyéndola toda clase de malezas y especies exóticas de
diversas procedencias.
Actualmente se pueden distinguir en el departamento los siguientes tipos
de vegetación:
1 - Pastizales, que en general contienen sólo una parte de la
vegetación natural, invadidos muchas veces por el pasto Bermudas (Cynodon
dactylon) gramínea conocida en los jardines por su agresividad.
Abundan en estos campos varias especies de flechillas (Stipa,
Piptochaetium, Aristida) y gramíneas de mejor calidad como
Stenotaphrum secundatum, y algunos Paspalum, Bromus,
etc. En algunos de estos pastizales se han desarrollado chircales de
Eupatorium buniifolium, y carquejales (Baccharis trímera,
B. articulata). Pueden verse en las cercanías de Pajas Blancas,
Sanguinettí-P. Espinillo, Toledo Chico, Melilla, etc.
2 - Vegetación de los arenales y dunas, puede observarse esta
vegetación en gran parte de la franja costera del Plata, ampliándose
mucho en Carrasco, donde pastizales algo ralos de Elionurus candidus,
prolongan esta vegetación hasta muy al interior del departamento. Junto
a las playas y en los médanos (más o menos fijados, y muchas veces
forestados por acacias, pinos, etc.) se ven el pasto dibujante (Panicum
racemosum), Senecio crassiflorus (de llamativas flores
amarillas y vello blanquecino), la gramínea Spartina cílíata, la
tembladerilla (Hydrocotyle bonariensis), el algodoncillo o junco
de copo (Androtrichium tryginum), no faltando a veces la Marcela
(Achyrocline satureioides) y la lengua de vaca (Rumex
cuneifolius).
3 - Vegetación de los bañados salinos, a la que nos hemos
referido ya al hablar de los Bañados de La Barra. Las especies
halofíticas (resistentes a la salinidad) características de tales
bañados son Juncus acutus (junco punzante), espartiilo de bañado (Spartina
montevidensis), yerba de vidrio (Salícornia fruticosa), el guaycurú (Limonium
brasiliense) y el pastíto salado (Distichlis spicata). En el borde de
tales bañados se instalan el penacho, que llama la atención por sus
espigas blancas, las cardillas, etc.
4 - Vegetación de los bañados no salinos, que ya hemos descrito
al hablar de los bañados de Carrasco, la que aparte de contener totora,
juncos, cardillas, cortadera o penacho, etc. incluye ceibo, sarandí
colorado, chirca de bañado, curupí de bañado, acacia mansa colorada (Sesbania
punicea) y sauce criollo (Salix humboldtiana). Achiras (Canna
glauca), camalotes, lirio de bañado (Iris pseudocorus)
completan esta flora, que da excelente protección a la fauna indígena,
sobre todo aves acuáticas.
5 - Vegetación del Cerro de Montevideo, compuesta por unas 150
especies diferentes, incluyendo tunas (Opuntía monacantha, y
otras), macachines (uno de ellos Oxalis macachin), pequeñas
mimosas, gran número de gramíneas. Destacaremos la presencia de la
compuesta de bellas flores doradas (Schechtendalia luzulifolía),
la azucena roja (Hippeastrum bífidum) en el pie Sur del Cerro, la
quina de campo (Discaria longíspina), las orquidáceas Bípinula y
Chloraea, que surgen del suelo.
6 - Especies de los terrenos baldíos o que medran en las paredes
viejas. Las ruderales de los terrenos baldíos comprenden paicos (Chenopodium),
yerba carnicera (Conyza), y el exótico tártago (Ricinus).
Algunas de estas plantas son medicinales como las tres antes citadas, y
además la yerba meona (Amarantus muricatus, Euphorbia
ovalifolia). En las paredes cuarteadas surge con frecuencia el palán-palán
(Nicotiana glauca) y se aterra la graciosa "beso porteño" (Linariacymbalaria).
7 - Malezas diversas, que pululan en zonas cultivadas, campos
deteriorados, siendo algunas viarias (se propagan a lo largo de las vías
de comunicación) figurando entre estas últimas el popular hinojo, la
cicuta y la bella pero molesta flor amarilla (Solidago chilensis).
Entre las malezas citaremos el cepa caballo (de todas maneras
medicinal), el abrojo grande, el yuyo colorado, la verdolaga
(comestible), el terrible chamico (Datura) tóxico igual que la cicuta,
el duraznillo negro (Cestrum parquí) venenoso, los cardos,
figurando entre ellos el cardo de Castilla (Cynara cardunculus)
de bellas flores. La cardencha (Dipsacus) fue introducida para
cardar la lana.
c) Suelos - Durante mucho tiempo, y las acciones continúan
todavía, las tierras del departamento de Montevideo, fueron excelentes
aprovisionadoras de verduras, frutas, forrajes, etc. figurando entre
estos últimos la alfalfa, aunque en épocas más remotas todavía, fueron
utilizadas- para pastoreo, surgiendo con el tiempo cabañas y tambos que
se beneficiaron de las pasturas naturales y los forrajes producidos.
Aunque algunas de tales tierras conservaron en parte sus propiedades,
otras se empobrecieron y aún se decapitaron, perdiendo por erosión los
horizontes superiores numiferos en suelos derivados principalmente de
los limos de la formación Libertad. Muchos de tales suelos recuerdan a
los vertisoles, y en general se trata de suelos de pradera muy
modificados, a veces moderadamente profundos, pero casi siempre
arcillosos, salvo en zonas próximas a la costa. De los limos de Fray
Bentos podrían haber derivado suelos mejores, pero los integrantes de
esa formación geológica están cubiertos en grandes extensiones por
margas arcillosas y arenosas de la formación Raigón, de la que surgen
suelos demasiado arcillosos y pesados.
Otras porciones del departamento tienen suelos h¡dromórficos,
principalmente en los Bañados de Carrasco (histosoles y suelos propios
de bañados a veces turbosos). En zonas anegadizas salinas, los suelos
recuerdan a los solonchaks (y los solonetz) y muchos de ellos son
gleizados. Los suelos poco evolucionados o azonales se dan en arenales
costeros (psamosoles), el Cerro de Montevideo y zonas pedregosas (litosoles,
regosoles pedregosos) y en las escarpas de barrancas poco cubiertas de
vegetación (Lecocq, Melilla). La forestación de vastas áreas con pinos,
eucaliptos, etc. tiende a cambiar las primitivas condiciones de algunos
suelos aportándoles materia orgánica, y en algunos casos haciéndolos más
ácidos (pinares de Carrasco).
VI - Uso de los suelos; producción agrícola
a) En un departamento que
sólo tiene 550 km. cuadrados (es decir 55 mil hectáreas), y donde la
ciudad de Montevideo ocupa con sus barrios y suburbios alrededor de un
tercio de la superficie, y donde en zonas que se consideran rurales los
caminos y viviendas ocupan más de 2000 hectáreas, donde hay bañados,
arenales y pedregales de utilización difícil para fines agrarios,
resulta lógico suponer que la pecuaria y la agricultura carezcan de
importancia, dado el exiguo espacio con que cuentan. Sin embargo la
producción agrícola montevideana tiene real importancia, sea por la
producción de frutas y verduras, sea por la de forrajes, de vid y por la
forestación y los productos que de ésta derivan. Existe entre nosotros
un insuficiente conocimiento acerca del esfuerzo agrícola que realiza
Montevideo, si bien esta producción está mantenida en muchos casos
gracias a una alta tecnifícación, riegos, aplicación de fertilizantes,
insecticidas, etc.
En 1966 había en el Departamento 2874 explotaciones agrícolas, con unas
22.500 hectáreas, siendo la población trabajadora rural de poco de más
de 7 mil personas (en 1970, estos números se redujeron algo, pero no en
forma notoria). Ciertamente que la primera vocación de los campos
montevideanos no fué la agricultura y menos la viticultura y la
fruticultura, hoy bastante prósperas, sino la pecuaria, desde la época
de las vaquerías, hasta la de los saladeros, cuyo número en el
departamento fue bastante crecido: los había en La Teja, en la Villa del
Cerro y en el litoral Occidental del departamento. Actualmente, desde el
punto de vista del pastoreo de animales, Montevideo carece de
importancia, ya que sólo cuenta con unos 1000 lanares y unos 7000
vacunos, de los cuales unos 1900 son vacas lecheras; en cambio ha ido
progresando paulatinamente el número de porcinos, que siendo 6.300 en
1951, alcanzaron la cifra de casi 13.500 cabezas en 1970, teniendo
Montevideo más porcinos que cualquiera de los departamentos que se
mencionan a continuación: Artigas, Treinta y Tres, Salto, Flores,
Maldonado, Durazno. Pero sobre todo hay que destacar la producción
montevideana de aves de corral, figurando en sexto lugar entre los
productores de gallinas, el segundo de pollos; y el cuarto por el número
de huevos de ave. Este desarrollo granjero se realiza en un departamento
minúsculo comparado con los demás de la República. El número de equinos,
utilizados para silla, carreras, trabajos agrícolas, para tiro, etc. es
de alrededor de 2.800.
b) Producción agrícola - Si bien se cultivan en el departamento algunas
plantas cerealeras, la producción se destina principalmente para fines
forrajeros y alimentos concentrados para aves, porcinos, vacunos
lecheros, etc. Se cultivan el maíz, la cebada cervecera, el trigo, la
avena, el alpiste, la avena y la cebada forrajera. Son importantes los
alfalfares y los cultivos de gramíneas forrajeras diversas. Además se
obtienen patatas, boniatos, tomates, sandías, melones, zapallos y toda
clase de verduras, de hortalizas y de legumbres. La vid ocupa alrededor
de 4200 hectáreas, siguiendo Montevideo a Canelones en este tipo de
cultivo, aventajando ampliamente a San José y a los otros departamentos.
Los frutales abarcan unas 4000 hectáreas (Canelones 11000, Salto 6500,
Paysandú 5000). Por la extensión destinada a los cultivos hortícolas
Montevideo figura en el tercer lugar entre los departamentos que
componen la República. Hasta 1951, Montevideo rivalizó con Canelones en
la producción de manzanas. Otras frutas de apreciable producción son las
cítricas, los duraznos, las ciruelas, las peras, los membrillos y las
frutillas. Todas estas consideraciones acerca de la destacada posición
de Montevideo en el esfuerzo agrícola del país, nos mueven a pensar que
debería realizarse toda una prédica para salvar las chacras existentes,
librándolas en lo posible de la urbanización, para conservar el gran
cínturón de verdura que todavía rodea a la ciudad y se introduce con
benéficos tentáculos entre los suburbios que se alargan junto a las vías
de tránsito de mayor importancia (ferrocarril, rutas nacionales).
La mayor parte de las explotaciones montevideanas son de 10 o menos
hectáreas, muestra de todo lo que se puede hacer aún en pequeños
predios, aunque esto no resulte muy económico; debería aminorarse el
minifundio pero salvaguardar las tierras aumentando su productividad.
Actualmente por las llamadas "mejoras" tales como existencia de
galpones, tajamares, molinos, piquetes, potreros con aguadas, Montevideo
se destaca bastante. Con respecto al abonado de las tierras agrícolas,
reciben ese beneficio el 50% del total (contra 6% en Rivera, 11.5% en
Durazno, y aún 42% de Canelones). En cuanto a las tierras regadas,
principalmente de producción hortícola, viñedos, cultivos de patatas,
etc. representan una proporción elevada de la extensión de tierras
cultivadas. La forestación ha alcanzado en el departamento importancia
destacada (Carrasco, Punta Yeguas, La Colorada, etc.).
Seguramente que la presión de la urbanización creciente hará retroceder
a muchas áreas dedicadas hoy a la producción agrícola. Pero por lo menos
habría que evitar la ocupación edilícia o industrial de las mejores
tierras, aquellas que todavía están en condiciones de mantener una
fuerte y continua producción; por otra parte, la forestación debería ser
intensificada, sobre todo sobre áreas hoy poco utilizadas o demasiado
arenosas. Incluso la localización industrial debería orientarse, como en
parte se ha hecho, fuera del departamento. Por otra parte los suelos
deteriorados deberían recuperarse por lo menos parcialmente.
VII - Población y aglomeraciones urbanas del departamento
a) Evolución de la población montevideana. La ciudad de Montevideo fue
fundada por orden de Zavala el 24 de diciembre de 1726. Su crecimiento
fue al principio muy lento, y en 1778, contaba incluyendo sus
alrededores con 4270 personas (de las cuales 2903 eran blancas, y las
demás, indios, pardos y negros). En 1829, la población total del pais se
calculaba en 74.000 personas, de las cuales unas 14.000 vivían en
Montevideo.
Terminada la Guerra Grande se practicó un censo (1852) que arrojó para
el Uruguay 131.969 habitantes, siendo censados en el departamento de
Montevideo 33.994 personas de ese total (26% de la población del país
vivia pues en Montevideo). Para 1862 se atribuía a Montevideo (todo el
departamento) una población de 70.078 personas, teniendo toda la
República 281.500.
Un censo prácticamente completo de la población se levantó en 1908, y se
obtuvo la cifra para toda la República de 1.042.686 habitantes, de los
cuales pertenecían al departamento de Montevideo 309.231 (es decir, el
29.7% de la población total). De estos habitantes 861.464 eran
orientales y 181.222 extranjeros; pero de estos últimos 94.100 residían
en Montevideo.
La inmigración, hoy relativamente poco importante, el éxodo rural, el
crecimiento vegetativo que fué en otras épocas mayor que el actual, la
industrialización, etc. permitieron que la población de Montevideo
aumentara con rapidez, aletargándose ese crecimiento en los últimos
tiempos. El censo de 1963, que atribuyó a todo el pais 2.592.563
habitantes, mostró que residían en Montevideo 1.202.890 personas, de los
cuales 1.154.465 vivían en la ciudad y sus suburbios (la población rural
era entonces de unas 44.258 personas); otros habitantes poblaban núcleos
urbanos menores alejados de la ciudad (núcleos satélites: Santiago
Vázquez, Pajas Blancas, Abayubá); incluyendo a estos últimos en la cifra
dada para la ciudad y sus suburbios, la población no rural era de
1.158.632 personas.
Finalmente el censo de 1975, asignó al país una población de 2.763.964
personas, de las cuales correspondían al departamento de Montevideo
1.229.748. Como se ve entre 1963 y 1975, la población montevideana
aumentó muy poco.
Actualmente se puede asignar al departamento más de 1.250.000 personas,
pero cuando se habla del Gran Montevideo, se supone que se integran en
el conjunto áreas urbanizadas como las de La Paz, Las Piedras, Toledo,
etc. abarcando localidades que están fuera del ámbito del departamento.
Aún así la población urbana del Gran Montevideo, no rebasaría mucho a
1.300.000 personas.
b) Aglomeraciones urbanas - No cabe duda que la única gran aglomeración
urbana del departamento de Montevideo, es la propia ciudad de
Montevideo, que concentra alrededor del 44% de la población total del
país, extendiéndose la zona urbanizada por un tercio del área del
departamento. Existen otros núcleos de población pero ellos son muy
pequeños, y además existen núcleos satélites (que dependen en alguna
forma de Montevideo) ubicados incluso fuera de los límites
departamentales (en los departamentos de Canelones y San José). De esa
manera las aglomeraciones urbanas montevideanas podrían clasificarse de
la manera siguiente:
1) Ciudad de Montevideo (con sus diversos barrios)
2) Cinturón suburbano de Montevideo (la "banlieue")
3) Núcleos satélites dentro del departamento (Pajas Blancas, Santiago
Vázquez, Abayubá).
4) Núcleos satélites extradepartamentales (La Paz, Las Piedras, Toledo)
La signación de la calidad de núcleo satélite extradepartamental no es
siempre muy clara y debería ser demostrada en cada caso, teniendo en
cuenta que Montevideo ejerce una innegable acción no sólo sobre tales
núcleos, sino sobre toda la República. Uno de los grandes problemas que
el Uruguay debe resolver es precisamente crear nuevos polos o zonas
directrices, que sin escapar a la total influencia de la capital,
ejerzan la suya propia sobre las áreas más inmediatas o sobre los marcos
regionales donde desarrollan su actividad.
De los núcleos satélites ubicados dentro del departamento se destacan
Santiago Vázquez (que habitualmente es llamado La Barra), ubicado sobre
una colína de rocas cristalinas, junto al río Santa Lucía o mejor en su
desembocadura en el Plata, donde un gran puente de acero asegura las
comunicaciones con el Suroeste y Oeste del país, y por vía Colonia con
Buenos Aires (ruta 1). Su puerto es apostadero naval de embarcaciones
menores, en general de índole turística (yates, lanchas de motor, etc.)
existiendo un canal artificial vecino para deportes acuáticos. Santiago
Vázquez fue hace algunas décadas el lugar de faena de ganado para el
aprovisionamiento de Montevideo; allí se hallaban los mataderos que
aseguraban el abasto de la capital. Una línea férrea que ya no existe,
transportaba los productos (por Belvedere) hasta la propia ciudad.
Actualmente Santiago Vázquez oficia como centro turístico y carretero
(cuenta con estaciones de nafta, talleres, hotel, restaurantes, etc.).
Otro núcleo destacable es Pajas Blancas, núcleo residencial y pesquero,
que cuenta con dos amplias playas, algo deterioradas por la explotación
anterior de arena, pero con amplia forestación en las zonas inmediatas.
De una surgencia se aprovecha el agua, que es envasada y destinada al
consumo como agua de mesa. Viven en Pajas Blancas unas 900 personas.
Abayubá se encuentra junto a La Paz, pero en jurisdicción de Montevideo.
Cerca de ella se encuentran la Maltería Nacional, los talleres de OSE,
existen algunas canteras y hay zonas de chacras.
De los núcleos extradepartamentales mencionaremos para San José al
llamado Delta del Tigre, en cuyas proximidades se encuentran varios
importantes establecimientos industriales; y para Canelones, a La Paz,
Las Piedras, ambas consideradas como ciudades dormitorios de Montevideo,
Toledo, Suárez, Colonia Nicolich, alcanzando las influencias hasta
Pando, Cerrillos y otras localidades, incluso balnearias como Shangrilá,
Lagomar, Solymar y aun el Pinar.
Como dijimos anteriormente el gran núcleo urbano del departamento es la
propia Ciudad de Montevideo, capital de la República Oriental del
Uruguay, pero al mismo tiempo gran centro polifuncional, extendido en
forma de abanico abriéndose del Noroeste al Noreste, con disposición
tentacular a lo largo de las lineas férreas y las principales rutas
carreteras, tendiendo a progresar hacia el Este por la zona balnearia.
La ciudad comprende por un lado los barrios, algunos con funciones
relativamente especializadas (por ejemplo el Centro, es comercial;
Pocitos, residencial y balneario; Ciudad Vieja, comercial y portuario;
Arroyo Seco, industrial). Por otro lado los suburbios, extendidos en
forma irregular, formando una periferia amplia y a veces con espacios
aún poco urbanizados; incluye núcleos como Villa del Cerro, industrial y
en parte residencial, La Teja, con las mismas características; Carrasco,
residencial y turístico; Colón, Piedras Blancas, Maroñas, etc. El numeró
de barrios y suburbios es demasiado grande como para poder mencionar
aquí a todos, y un plano de Montevideo, podría facilitar esa nómina. El
crecimiento rápido del cinturón suburbano ha obligado a agregar nombres
y cambiar las nomenclaturas anteriores.
VIII - Expansión montevideana y funciones urbanas
a) Expansión montevideana. Actualmente y en torma resumida el área
propiamente urbana de Montevideo, quedaría limitada al espacio
comprendido por el Río de la Plata, una porción del recorrido del arroyo
Míguelete a partir de la Bahía, y luego una serie de calles y avenidas:
Dr. José M. Silva (Cementerio del Norte), Caminos Chimborazo y Corrales,
20 de Febrero, Isla Gaspar, Rambla Euskal Erría y Rambla Concepción del
Uruguay.
Los antiguos límites estaban marcados por el Bulevar Artigas (a partir
de las cercanías de Punta Carretas) y Propios. Pero en sus inicios la
ciudad se desarrolló dentro del marco que hoy contiene a la Ciudad
Vieja, cuyo damero es algo oblicuo respecto a la ciudad desarrollada
posteriormente más al Oeste, a partir de la calle Ciudadela (delineada
por J.M. Reyes). Más allá de la calle Ejido la "Ciudad Nueva" así
marcada, dejó lugar a la "Novísima", cuya expansión en el siglo que
corre se hizo con sorprendente rapidez. Por el crecimiento de la ciudad,
en forma a veces tentacular, y por el desarrollo propio de los suburbios
y núcleos satélites, estos llegaron a integrarse en una connurbación
única uniéndose sólidamente a la capital; pasó esto con Sayago, luego
con Peñarol, Colón, y la propia Villa del Cerro, y por el Este con
Malvín y Carrasco.
Demás esta decir que la expansión montevideana se realizó con cierto
desorden afectando la urbanización zonas que no deberían ser edificadas,
pululando los cantegriles que después resultaban difíciles de erradicar
o de transformar. Al decaer la intensidad de la expansión y al
utilizarse nuevos métodos y tácticas reguladoras, se consiguió orientar
en parte dicha expansión, y en tiempos relativamente recientes se han
hecho esfuerzos con miras de mejorar los barrios pobres dotándolos de
diversos servicios esenciales, y construyendo viviendas confortables
("viviendas económicas") cuya expresión máxima puede verse hoy en el
Parque Posadas, en la zona del Prado.
Todavía resulta poco aceptable que algunos núcleos poblados densamente
se consideren pertenecientes a la zona suburbana, como ocurre por
ejemplo con Belvedere, que poco difiere del Paso del Molino, que al Este
del arroyo Miguelete se considera como parte de la ciudad propiamente
dicha. Pero estos problemas se van resolviendo paulatinamente y las
riendas del progreso edilicio parece que van cayendo en buenas manos.
b) Funciones urbanas - Montevideo es en primer lugar una metrópolis,
prácticamente en el sentido corriente que se da a esa expresión. Es
capital de la República Oriental del Uruguay, y es además un centro multifuncional, ya que en escala más amplia que cualquiera de las
ciudades del pais es centro político, administrativo, comercial y
financiero, industrial, portuario, de comunicaciones, cultural y
universitario, turístico, residencial, etc. Algunas de estas funciones
son fáciles de advertir pues se expresan aún en los mapas, que aún
siendo mudos muestran como Montevideo se entronca con una red radial de
ferrocarriles y carreteras que parten de la capital, con el resto del
país. Las vías principales convergen en Montevideo (no sólo
ferrocarriles y carreteras, sino líneas aéreas, de navegación,
telefónicas, etc.). Montevideo concentra el 70% del esfuerzo industrial
del país, es ampliamente el principal puerto de importación, y figura a
bastante distancia de los demás puertos nacionales como exportador. El
dominio en las decisiones políticas es por otra parte muy conocido;
hasta hace poco en Montevideo se hallaba radicada la única Universidad
del país; sólo en tiempos recientes se ha alentado el funcionamiento de
cursos universitarios en el Interior. A pesar de existir centros
especializados en turismo, Montevideo recibe más turistas que cualquier
localidad de la República.
La situación de centro dominante y macrocefálica, han sido para
Montevideo virtudes dictadas por la historia; fueron otros hombres los
que permitieron que esas características tuvieran lugar. Nuevos hombres,
pueden orientar en mejor sentido los acontecimientos históricos, pero
antes de hacerlo, deben conocer el pasado y aprender de él, y sobre todo
el presente, para sopesar lo bueno y lo malo, y sobre esa base real y de
tipo prospectivo, encauzar los hechos por mejores sendas, para conseguir
más rápidamente un mayor bienestar de toda la población.
Nota: El autor desea destacar que no entró a realizar un estudio a fondo
de la Ciudad de Montevideo, por no haber sido ese el objetivo de su
disertación. |