El último libro de
Enrique Casaravilla Lemos Suplemento dominical de El Día Año XXXVI Nº 1890 Montevideo, 14 de setiembre de 1969 pdf
El autor de "Partituras secretas" leyendo sus poemas en una reunión a la que asisten Eugenio D'Ors, Cúneo, Dieste, Furest Muñoz, Montero y Parra del Riego |
Enrique Casaravilla Lemos entregó su vida a la poesía, en una larga y tensa dedicación absoluta, extrañísima, a lo largo de muchos años. Todo lo del mundo le interesaba en graves registros; y todo lo del mundo era para él motivo de cantos, de, meditación, de tenaces ejercicios por expresar la realidad total. Era capaz de valorar todos los refinamientos estéticos que en el mundo se dan; y vivió pobre, en medios sórdidos que milagrosamente pudo sobrellevar. Era capaz de ternura, de sentimiento cordial, familiar; y pasó la mayor parte de sus años solo como en desierto. Podía amar la radiante luz del triunfo y de la gloria: fue capaz de soportar sin resentimiento la incomprensión y el olvido más injustos. Pero de esas capacidades y de estos renunciamientos nació su gran Poesía; allí se apoya el secreto de su Arte: en el sacrificio, la pobreza aceptada, la ascesis no sólo impuesta sino consciente y voluntaria. Había publicado sus libros Las Fuerzas Eternas y Las formas Desnudas, revelándose en ellos como un gran poeta, que la crítica más seria recibió con respeto, con admiración, con gozosa amistad cordial. . Yo lo recuerdo tal como lo conocí en aquel tiempo, en imágenes inolvidables. Junto a Juan Parra del Riego, cuyo ímpetu noble estaba ya quebrado bajo la sombra de la enfermedad, en la proximidad de la muerte. Los dos poetas poblaban el aire de aquella primavera de 1925 con su gracia generosa con su exquisito don y su alma plena de fe en el Arte y en la Vida. Casaravilla decía allí, mientras el hermoso Nocturno de Causa se daba en alucinantes reflejos y sombras, sus versos tocados de sensibilidad, de intrepidez y de misterio. Era el misterio de la adoración —una de las claves más poderosas y secretas de la Poesía. Y va aparecía la doble raíz —que Alberto Zum Felde mostró magistralmente: “Su misticismo, dijo el autor del Proceso, es de fuente cristiana y viene corriendo por los cauces ocultos de su alma —desde su infancia religiosa o desde más lejos todavía— como los ríos subterráneos entre las rocas. Su dionísismo es también do raíz biológica, aunque tenga relación literaria con Nietzche, e cuyo contacto ha cobrado en gran parte esa conciencia de su imperio que él trajo y que en los siglos pasados nunca hubo." Y los dos acentos aparecían ya, distintos y concertados en el Casaravilla de esa primera época resplandeciente. Aparecían con los medios expresivos adecuados, con distintos registros sonoros, con estructuras sabiamente elegidas y elaboradas. Y su voz iba del verso tierno, simple, a la orquestación compleja, rica y sostenida en firmes estructuras.
Haré temblar a mi ritmo la
tierra. Antes de alejarme en el abierto horizonte
dispersaré oros de júbilo y
pétalos y palmas de regocijo; Y esta exaltación que recuerda acentos de Withman y de Sabat Ercasty, dentro de un registro característico y de un pulso muy propio, se apacigua en los tonos tiernos, en los matices sutiles, en los medios expresivos arraigados en el sentimiento y el sueño. Y es el tono de los bellos poemas de amor: de aquella increíble letanía en que la sencillez y el poder expresivo se juntan. Así se dio en Parra del Riego la doble línea estilística, tan marcada, desde los Polirritmos a los idílicos cantos preciosos de Blanca Luz. También son variados los registros que responden a la fuente cristiana y la fuente pagana desde las aue se levanta el canto del Poeta. Mi conocimiento de esta gran alma y de estos versos nació en tal clima de amistad y sueño, junto al pensamiento austero y noble de los críticos que marcaron certeramente el valor singular de esta obra. Mientras Zum Felde la caracterizaba con lucidez, en páginas de notable valor —que se cuentan entre las más valiosas de su Proceso— Eduardo Dieste acompañaba las trances del poeta, apoyándolos con la serenidad y la gracia que hicieron de él un verdadero Maestro de Arte y de Alma. Tal vi a aquel Enrique Casaravilla joven, ardiente, y ya signado por la gran soledad. Después, más y mas acentuada la intensidad del alma, la pasión de la Poesía; más aislada la vida personal, él siguió entregado a sus poemas con una tensión extraña y sufrida en niveles heroicos, conmovedores. Eran, fundamentalmente, los mismos temas sagrados, o llevados a un aire sagrado: el amor a la tierra, el sentido religioso de la Vida, el impulso hacia lejanas zonas del sueño o de la Verdad Eterna, ligados por el milagro de la Poesía. Y era la misma pasión, concertada con una claridad de firmes líneas sostenidas. Aquella claridad latina con que había dicho en los primeros libros lo oscuro de su ser: Me llaman a su gracia pálida las bodas del cielo ¡pero yo amo la Tierra! Era también la misma capacidad para decir los melodiosos tonos o la orquestación compleja, tal como había aparecido en su “Celebración de la Primavera". Y se hizo, a través de años, sufrimientos y soledades, de intenso rigor experiencial, cada vez mas cierta y probada la afirmación de Zum Felde cuando refiriéndose al poeta lo califica como “el autor mas complejo y completo de su generación". Singular ejemplo: podemos ver en su ultimo libro los mismos caracteres sostenidos en pie, a través, de la riqueza temática, la experiencia personal, el poder del oficio. Una unidad triunfante es el signo de toda la obra; y también su prueba más viva. ***** Difícil fue la organización de este último libro, de precioso nombre: Partituras secretas. Ya eran los últimos días de Casaravilla Lemos. Y todo fue eminentemente dramático: fue como arrebatar de un incendio aquellos poemas, nacidos en los largos años de pasión acrisolada, de sacrificios Increíbles, de alta fe. No puedo recordar sin sufrir ese proceso. Difícil obtener los originales; difícil ordenarlos, puntualizar, aclarar las correcciones. Un diálogo paro mi inolvidable, con Alberto Zum Felde me ayudó en el trance. El poeta ya no estaba en esto, se había sumergido en un dolor profundo, en el silencio o el grito; en la desesperanza. Apenas se prestó, ante insistencias difíciles y cautelosas, a aclarar algunas dudas. El libro apareció a tiempo de que yo se lo llevase. El lo recibió sin alegría, sin interés, desde triste y raro entre sueño. Había vivido años con la esperanza de ver publicador estos poemas, había sufrido las engañosas promesas, las desilusiones, las trampas de un proceso cuyo recuerdo hace llorar. Pero ya estaba lejos de su libro, de su nombre, de su historia de creador; estaba solo en su desesperanza, en los trances angustiosos de su enfermedad, en los trances de la gran sombra... |
***** El último libro de Casaravilla Lemos contiene poemas fundamentales que, siguiendo la línea inicial de su obra, la hacen resplandecer en altos niveles de perfección y de intensidad, como expresión lograda de una personalidad original y poderosa. ¿En qué radicó este poder? En su sentido profundo de la libertad; en su amor a la tierra y a los héroes; en la fe en su destino eterno, y en su ser conflictual, magnético, de sagrado resplandor. Es decir, en la intensidad de su alma, que dominaba sobre toda esclavitud, sobre toda sujeción escolar, y de donde salía descubriendo su más secreta vida, y, a la vez, descubriendo soluciones estilísticas nacidas de este secreto fundamental del Arte por el que fondo y forma son una sola realidad inserta en el alma. Partituras secretas se publicó en 1967 en la colección Biblioteca de Cultura Uruguaya, gracias a la generosa intervención de Juan Pivel Devoto y a la apasionada insistencia — difícil y sufriente — con que algunos amigos pedimos que el libro fuera incluido en las ediciones oficiales. Otra vez fue un largo proceso en el que algo así como manos mendigas golpeaban sobre las duras puertas de un destino persistente y triste para pedir que hubiese un sitio donde los bellos poemas se entregaran en su radiante luz. Todavía este destino persistente y triste —que acompañó siempre los extraños signos de la vida heroica de Enrique Casaravilla— pone su mano sombría sobre tal resplandor. Y es que Partituras secretas está sufriendo un extraño cautiverio en el Instituto del Libro, de donde no salen las ediciones con la agilidad ajustada y necesaria. |
|
Es un silencio más, sobre tantos silencios que rodearon al poeta. El tesoro ardiente que se despliega en este libro puede resistir, como el mismo ser del poeta, todas las pruebas. Seguramente ha de vencer sobre esta nueva, última prueba: que un maravilloso libro ignorado, como tantos grandes libros, tantas vidas acrisoladas, tenga quo esperar, pacientemente, el tiempo exacto de su gloria inmarchita. Y otra vez el recuerdo de aquella apasionada presencia vuelve a cantar, como en los entrañables tonos de su voz: Yo estoy condenado a mi anticuo sufrir como el ojo a mirar cual la cima a romper la tormenta como el fuego a abrasar, iY la tierra me ríe y el cielo me protege! Yo estoy condenado a trabajos eternos ¡Cuándo pasará esta demencia me alza y me lanza! ¡Cuándo descansaré como la menos suave flor entre sus hojas! En el delicado acento del verso final se apacigua la ardiente voz profética del poema; vuelve la tierna delicadeza que patentiza en toda la obra, su íntimo ser y la conexión de su estética con el mejor romanticismo Bien señaló este doble don, en la poesía de Casaravilla, Eduardo Dieste, evocando para señalar la estructura y la gracia de los versos, la presencia del acueducto de Segovia. Pienso en aquella admirable página que el autor de Teseo escribió reiterando los conceptos que ya, sobre los primeros cantos del poeta planteara en otra época. Esa página escrita por el crítico ya al fin de su vida, según yo le pidiera para ilustrar una conferencia sobre Casaravilla Lemos, dice, con original belleza, el elogio de nuestro poeta en los niveles mas logrados de la crítica creadora, la del “crítico artista". Vuelve a considerar ahora la acertada comparación que allí se establece entre la obra de Casaravilla y el acueducto de Segovia. Al entrar en el secreto del ultimo libro del poeta recuerdo cómo la maravillosa presencia arquitectónica atraviesa campo y cielo: como sus arcos firmes se levantan, cerca de la tumba de Juan de la Cruz, con la firmeza invencible que nada turba, ni las nubes que van y vienen bajo esos arcos, ni la luz que se va amortiguando en los atardeceres sobre la antigua piedra... Ni el ruido ni el desorden que en el suelo van con el humano andar y las humanas faenas. Y aunque este contraste de la piedra firme y el desordenado movimiento de la calle lo Alto cuando luz y nubes se posan sobre sus imperceptibles tonos o su definido color. Sé yo que un aire de eternidad envuelve así el canto de Enrique Casaravilla Lemos. Es un canto casi desconocido, casi olvidado, pero glorioso en su ser original y profundo. Ante estos versos envueltos en sombra, vuelve el recuerdo de pasados días, de pasados diálogos; y oigo la voz de Juan Ramón Jiménez dirigiéndose a todos nosotros al comenzar su memorable conferencia de| Teatro Solís. Recuerda a Parra del Riego y dice simplemente, con toda la fuerza que su gran conciencia daba a sus expresiones: "¿Por qué tan olvidado?"... La pregunta, que ahora asocio al destino de Casaravilla Lemos, nos está llamando a una actitud justa y digna frente a los grandes creadores de canto solitario con el alma y la vida entregadas a una obra por la que, en un aire trascendente, el mundo se salva, nosotros nos salvamos, gracias al Espíritu. |
crónica de Esther de Cáceres
Publicado, originalmente, en: Suplemento dominical de El Día Año XXXVI Nº 1890 Montevideo, 14 de setiembre de 1969
Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación
Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República) y Biblioteca Nacional
Ver, además:
Enrique Casaravilla Lemos en Letras Uruguay
Esther de Cáceres en Letras Uruguay
Editor de Letras Uruguay: Carlos Echinope Arce
Email: echinope@gmail.com
Twitter: https://twitter.com/echinope
facebook: https://www.facebook.com/carlos.echinopearce
instagram: https://www.instagram.com/cechinope/
Linkedin: https://www.linkedin.com/in/carlos-echinope-arce-1a628a35/
Métodos para apoyar la labor cultural de Letras-Uruguay
Ir a índice de narrativa |
![]() |
Ir a índice de Juan Esther de Cáceres |
Ir a página inicio |
![]() |
Ir a índice de autores |
![]() |