El gran honor para Vernazza: 2 años con el Primer Premio

por Daniel Braquet

Desde 1931 los uruguayos tienen contacto casi a diario con su obra. Tiene un récord impresionante de distinciones en el máximo certamen de las artes vernáculas: el Salón Nacional; Eduardo Vernazza, crítico y dibujante de un matutino colega, acuarelista, pintor, desde hace pocos días el primer creador compatriota que obtiene por dos veces consecutivas gana el Primer Premio de Pintura. Desde los apuntes teatrales hasta la galardonada “Danza gris”, hay una filosofía plástica digna del mayor respeto. La trayectoria de Vernazza ha sido ampliamente difundida. Ganador de diecinueve recompensas en los Salones Nacionales, entre las que se incluyen dos Primeros Premios de Dibujo, otros tantos de Acuarela y, ahora,  los dos primeros premios consecutivos de Pintura avalan sobradamente su trayectoria. Hay que meditar sobre ese continuismo en el primer plano, a lo largo de los años, y sobreponiéndose a la opinión de Jurados de disímil integración y conceptos.

■ La nueva recompensa

Para Vernazza, esto de obtener premios en los Salones Nacionales debería ser casi una cuestión de hábito, sin embargo, no puede ocultar la satisfacción de esta nueva distinción.

"Para mí, y supongo que para cualquier artista, significa un inmenso honor ser distinguido en dos años consecutivos, por dos Jurados integrados en forma totalmente distinta como Primer Premio".

“Y más orgulloso me siento, cuando pienso que mi obra fue escogida en esta oportunidad como la mejor del Salón, y a él se habían presentado quinientas tres realizaciones que significan el esfuerzo de un gran número de artistas.”

■ Lo base, el dibujo

Quienes han seguido de cerca la trayectoria artística de Vernazza han notado una permanente evolución en su producción.

Del dibujante que hacía apuntes al acuarelista personal, pasando por una etapa de pintor con colores agrios hasta llegar a la serena madurez de hoy un largo camino de trabajo y superación ha quedado atrás.

"Es que yo no concibo la pintura sin el dibujo como base —define Vernazza—, así como no creo en la pintura “de grupos”.

"Es una verdad histórica que han existido grupos de artistas que se afiliaban a una corriente y de las que el mundo ha recibido grandes maestros”.

“Pero también es una verdad históricamente demostrada que esos maestros lo fueron por tener caracteres propios y trascender posteriormente esa corriente. Si no hubiera sido así habrían terminado encasillados e inidentificados”. .

■ Una generación errada

"Creo que ese fue el gran error de una generación. Olvidar el dibujo y encasillarse. Se dedicaron a expresarse exclusivamente por el color, y se fueron deshumanizando, terminando encasillados en grupos, sin aportar sus condiciones personales”.

"Eso indica que hubo un error de procedimiento. Yo no critico a la abstracción, que practiqué y practico, pero creo que la pintura debe tener siempre por base el dibujo”.

"Un artista que pinta sin concederle importancia al dibujo le está quitando de antemano peso a su obra”.

Y las afirmaciones de Vemazza son categóricas, rotundas.

No es de muchas palabras y prefiere respuestas concretas.

■ Una forma de crear

"Yo no creo en las pinturas a la que hay que recurrir a la literatura para defender. Tampoco creo que haya que trabajar para determinada exposición o concurso”.

“Quienes me conocen saben que trabajo todo el año ininterrumpidamente, y que cuando llega el momento en que tengo que participar de una muestra, individual o colectiva, rio tengo más que escoger de entre mi producción".

Y así es, porque cada vez que hemos visto alguna muestra de Vernazza, se ha podido comprobar que es un artista prolífero.

En 1975, poco menos de un mes después de ganar el Primer Premio de Pintura, el artista hizo en el Subte de Montevideo una exposición individual con más de veinte motivos de su producción de aquel año.

Ahora, ya tiene más de treinta obras terminadas correspondientes a 1976 y 1977.

Eso, sin contar los cientos de ilustraciones que ha publicado en el rotativo para el que continúa trabajando ininterrumpidamente desde hace 46 años.

■ Importancia del Salón

Consultado sobre la vigencia de muestras colectivas oficiales como los Salones Nacionales Vernazza contesta:

"Yo he escrito mucho sobre el tema y creo que mi posición es bien clara al respecto”.

"El Salón es vital para los artistas nacionales, y es fundamental que todos ayudemos a que siga existiendo”.

"Fíjese que el Salón nació en el año 1937 para estimular a quienes nos dedicábamos a este tipo de actividad. Era un momento en que no teníamos nada, y gracias a el pudimos contar con un respaldo”.

■ La vuelta al fígurativismo

Consultado sobre el resurgir de un figurativismo "rabioso" en Europa, Vernazza dice:

“Es lo que le expresaba al principio. No puede haber pintura sin dibujo como base, y tras una generación brillante que fue dejando de lado la forma para expresarse por el color, como los Picasso, Braque, Duffy, etc., vino una que se olvidó que 'los grandes maestros habían dejado de lado el dibujo después de dominarlo”.

"Ahora se está volviendo a lo que se creía pasado de moda. Son ciclos que se cumplen".

■ El futuro

¿Qué hay en el futuro de este sentencioso pintor? El mismo lo aclara:

"MI futuro es trabajar. Al próximo Salón vendré con mis obras, y si algún día saco el Gran Premio, aunque sé que después nunca más podré aspirar a recompensas seguiré viniendo a los Salones, si es que los organizadores opinan que mi obra vale, para exhibirla como un expositor más".

El mismo Vernazza de siempre. Un pasado de trabajo y un futuro igual.

Un hombre que ha mantenido incólumes sus conceptos a través de varias décadas, desafiando  con la vigencia de sus obras el paso del tiempo, de los Jurados, de los “lsmos”, de sus defensores y de sus detractores.

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