Dos episodios del Kalévala
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Kalévala es una región de Finlandia y en
ese país, en la zona norte y cercana a la frontera de Rusia se han
conservado relatos muy antiguos, que se remontan al siglo VI, tras el cual
se han prolongado agregados que hicieron relatores, ahora anónimos, sobre
los diversos héroes de esa región. El Kalévala está escrito en lengua finno-úgrica,
que tal vez proceda de lejanas regiones de la zona del Volga y que se
extienda además o por lo menos se
aproxime al lapón, al húmaro, al estoniano. Aunque ocuparon el norte de Finlandia,
ocurrió que durante cierto tiempo, el sur fue conquistado por los suecos,
poseedores de una lengua aria. El primero que empezó a juntar esos viejos
textos, tan dispersos, fue Zacarías Topelius, aproximadamente en 1822. Y
eso causó entonces sorpresa, porque la literatura de Finlandia, hasta
aquel momento, era de origen ario. Se leía la literatura sueca y también
en esa lengua escribían los finlandeses hasta pasada aun esa fecha. Pero, sabido ese descubrimiento, ocurrió
que un médico, llamado Elías Lönnrot se interesó notablemente por ese
hecho y emprendió varios viajes, desde 1828 en adelante, para preguntar a
los aldeanos de esa zona, acerca de los diferentes relatos de diversos héroes;
una de cuyas figuras es Wainamoinen, la más interesante tal vez. ¿Y dónde nació ese héroe? Su madre , es
una deidad de la naturaleza, descendiente de Ukko, dios del espacio y del
cielo. Era una hermosa virgen llamada Luonnótar, que significa "Hija
de la Naturaleza", es decir, hija de Ylma, que es la deidad del aire.
Y como tal vivía Luonnótar en la región intermedia entre el cielo y la
tierra, durante muchísimo tiempo. Pero hastiada de ese andar de continuo
por las alturas, descendió en una ocasión hacia la zona del mar. El
viento impetuoso la arrastró hacia las
olas y el mar la fecundó. Luonnótar engendró un hijo, pero como no
sabía ella darlo a luz, iba de un lugar a otro, y el que estaba en su
vientre, se impacientaba por los años que allí permanecía. Luonnótar
suplica varias veces a Ukko, dios del cielo y del aire, pero nada logra.
Al fin, el hijo de ella, que es Wainamoinen, ya viejo, hastiado de no
aparecer fuera del vientre de su madre, logra abrirse paso por medio del
dedo sin nombre (es decir el anular, que ese pueblo finlandés del norte
no le daba nombre, sino sólo a los otros cuatro dedos). Lo logra cuando
ella descendió a un lugar rocoso. Liberado Wainamoinen, levantó los ojos
al cielo y lo que contempló entonces fue a Otawar, que es la Osa Mayor,
pero antes, aún liberado del vientre materno, debió ser arrastrado largo
tiempo por las olas marinas. El Viejo Wainamoinen (es decir, para aclarar
nació ya anciano, pues años y más años vivió en el vientre de Luonnótar)
vivió primero en una gran isla y luego pasó a la tierra firme. Allí
escuchó a Sampsa, dios de los campos, que deseaba fueran éstos
enriquecidos con una buena e inteligente vegetación, y lo ayudó cortando
la densa cantidad de árboles de aquella región. Sin embargo dejó en pie
a una inmensa encina, que está dedicada al dios Jumala, que es otro
nombre del dios supremo, es decir, de Ukko. Pero el árbol creció de tal
manera que tapó la vista al Sol y a la Luna. Surgió de la tierra un enanito dispuesto a
derribar ese árbol y Wainamoinen se sonrió de que él lo quisiera
golpear. Pero el enanito se convirtió en gigante e hizo caer a tierra el
inmenso árbol. Fueron entonces abatidos otros árboles, y
se plantaron vegetales para bien de los humanos. Sin embargo Wainamoinen
perdonó al abedul. El cuclillo le preguntó a aquél por qué había sido
perdonado el abedul, y la respuesta fue ésta: -"El abedul ha sido perdonado para que
tú tengas una rama para tu reposo y tu canto, canta pues, ¡oh hermoso
cuclillo, canta a plena voz, garganta de clarín, garganta de oro!. Haz
retumbar el aire, garganta de bronce. ¡Canta, sí, canta a la mañana
y a la noche y al mediodía! ¡Celebra mis bellas praderas, di
la dulzura de mis bosques, los tesoros de mis riberas, la
fecundidad de mis campos! Caminaba un día Wainamoinen y se le apareció
un joven de aspecto violentamente jactancioso y le cerró el paso.
Wainamoinen había resultado un excelente y famoso cantor y lo detuvo en
el camino ese joven que suponía ser mejor que él, llamado Joukahainen; y
le cerró el paso. El caso es que se produce la lucha entre ambos, pero
las fuerzas físicas e incluso mágicas de Wainamoinen hacen que fácilmente
su antagonista se hunda en un pantano del cual no puede salir. Para no
quedar hundido y en posibilidad de morir, le ofrece una hija de su madre,
es decir una hermana suya llamada Aino y ante esto lo libera Wainamoinen
de las fuerzas físicas y mágicas en las que estaba atrapado. Y le explica a su madre que para salvarse le
ha ofrecido su hermana a Wainamoinen. Pero cuando Aino sabe eso, decide
escapar; abandona su casa y se hunde en el mar pues prefiere ser pez a
mujer de un viejo. Colgó su camisa en una rama de mimbre y su vestido en
un chopo. Dejó sus medias en el suelo desnudo, sus zapatos en una roca,
sus perlas en la ribera arenosa y sus anillos en la arenosa playa. La madre al saber que su hija se ha hundido
en las aguas se pone a llorar y dice: -"Guardaos, ¡oh pobres madres!
Guardaos en esta vida terrestre de brizar a vuestros hijos, de alimentar a
vuestras hijas para unirlas a hombres que no hayan ellas elegido, como yo
he hecho con mi hija, mi paloma querida". "Wainamoinen fue presa de dolor. Lloró
a la doncella todos los atardeceres, la lloró todas las auroras y las
noches casi enteras. Lloró el funesto destino de Aino, su muerte en las
ondas húmedas de las olas profundas. Y partió con el corazón en la
garganta y los ojos anegados de llanto, hacia las costas del mar
azul" Wainamoinen, en fin, fue a pescar y un día
logró tras varios intentos pescar un pez raro, que Wainamoinen lo mira,
asombrado pero que se le escapa de nuevo, se hunde en las olas; reconoce
que es la muchacha que deseaba y le dice: "¡Oh hermana de
Joukahaimen; ven otra vez a mi lado!" Pero ella se hundió más lejos en las
aguas, y desapareció. Y pienso yo al escribir parte de este importante
relato del Kalévala: ¿qué derecho tienen los padres de querer casar a
sus hijos? Lemmikainen es otro de los personajes
importantes del Kalévala en la colección de narraciones recogidas por Lönnrot
en el norte de Finlandia. Lemmikainen
tiene otros apodos, por ejemplo el de Athi, es decir, el "de aguda
oreja" en el sentido de ser de oído fino. También se le dice
Kaukomieli ("el que suspira por los largos viajes”). Es un ser hermoso, pero notablemente
aventurero, y gusta mucho a las muchachas, que según parece, se le
entregan con facilidad. A veces se le dice "el hermoso". Vive
con la madre; del padre que ha fallecido ya, se sabe que era un buen
guerrero y también desde luego lo es su hijo. Curiosamente los grandes
personajes del Kalévala tienen poderes mágicos, que utilizan en sus
aventuras. Una de ellas es su desposorio. ¿Y quién era la esposa? Figura
en otro relato, pues es de saber que no tienen demasiada relación unos
con otros, ya que el Doctor Lönnrot los recogió de distintas fuentes;
iba de una región a otra, escuchando relatos de diversos hombres y
mujeres de Finlandia del norte y no sabemos en verdad cual es el primero y
cual el último. A esa esposa, Lemmikainen la había obtenido en una ocasión
en la que había viajado a la isla de Saari y si bien en ese lugar tuvo éxito
con muchas muchachas que se le entregaban, no lo tenía con la llamada
Kylliki, una rubia (casi todas lo son en el norte de Europa) pero ésta
era una doncella divinal de ilustre casa. Esta no gustaba de él o por lo
menos no le hacía caso, pues no era Lemmikainen de alta familia
"como lo era ella"; entonces él la raptó. Ella sintió gran
dolor y le suplicó que la dejara ir con su madre, pero él le dijo:
"¡Oh Kylliki, perla de mi corazón, dulce y querida amiga! No te
aflijas así. No quiero yo hacerte mal alguno. Tu te apoyarás sobre mi
pecho al comer, en mi brazo al pasear; cuando me detenga estarás a mi
lado y cuando duerma serás la compañera de mi lecho". Le elogia el
valor de su espada; al fin, Kylliki, aunque suspirando, le dice que si
quiere tener una esposa doncella como ella lo es, tiene que jurar no
emprender expediciones guerreras. Y él jura, pero... en fin... Un episodio a propósito de Lemmikainen es
el siguiente. Quiere ir a un banquete que se realiza en el lugar llamado
Pohjola, al cual no ha sido invitado. Cuando se prepara para el acto, la
madre (su nombre no aparece lo que es cosa bastante corriente en las
aventuras antiguas de distintos pueblos) le pregunta: "¿A dónde vas
hijo mío?" Curiosamente de la madre de los protagonistas casi
siempre se les dice "Anciana Madre". ¿Si a las madres de hoy se
les dijera "ancianas"? ¡Dios nos guarde! Bien: lo de ayer no es
hoy. Lemmikainen va a ese festín al que no se le
ha invitado, con cota de malla y armas de guerra a correr esa aventura. ¿En
qué va? Pues en un caballo de guerra, pero enganchado a un trineo. Sin
embargo, la madre trata de detenerlo y también la esposa. Ahora Lemmikainen se dispone a correr dicha
aventura. ¿Causa? Pues hay una fiesta de bodas como hemos referido, en la
lejana región de Pohjola y a él no se le ha invitado. Y va armado de
todas sus armas. Llega a la mansión ubicada en Pohjola, y la
encuentra cercada por una empalizada de acero, una barrera forjada de
hierro que se hundía en la tierra a una profundidad de cien brazas, y que
se elevaba hacia el cielo hasta una altura de mil brazos (es evidente que
la fantasía de los autores de textos antiguos no se detenía en nada). Va
Lemmikainen a entrar, pero la mansión estaba defendida por serpientes
negras; él las mató a cuchilladas, pero tras ellas había otra: una
serpiente larga como una viga del techo, gruesa como un pilar de la
puerta, que tenía cien ojos y mil dientes. Se detuvo ante ese ser
monstruoso. Pero luego recordó antiguas fórmulas mágicas y tras el
hechizo le dijo: -"¡Oh, negro reptil de las
profundidades de la tierra, larva teñida en los colores de la muerte, tu
que llevas en tu piel los colores de los brezales y de la tierra desnuda,
los colores todos del arco iris ¡apártate
del camino del viajero, deja libre el paso del héroe, deja a Lemmikainen
seguir su marcha hasta las bodas de Pohjola, hasta el festín de la
inmensa muchedumbre!". Pero, salteando detalles, es mal recibido, y
entre otras ofensas se le ofrece un cuenco grande de cerveza donde había
toda clase de bichos. El vio eso y con un anzuelo de hierro sacó uno tras
otro los bichos, y limpio ya todo, bebió el cuenco de cerveza. Y hace
otras magias dignas de ser leídas. Termina el relato en que salen a combatir el
dueño de casa con Lemmikainen; espada contra espada, y dejando de lado
muchos detalles, señalemos que al fin aquél fue muerto. "La vieja de Pohjola, arrebatada de cólera,
comenzó a ejercitar su mágico poder, e invocó a hombres armados
de cuchillas, héroes armados de lanzas: mil hombres, mil héroes,
para matar a Lemmikainen". Lemmikainen se apresuró a huir de Pohjola.
Ante el tremendo peligro no hallaba su caballo, y como tenía poderes mágicos
se transformó en un águila y en esa forma llegó a la casa materna; su
madre le preguntó lo ocurrido y él explicó el hecho de haberlo invitado
a beber en una vasija llena de alimañas y ahora lo quieren matar desde
Pohjola, de donde viene, y agregó: "Dime tu madre ¿a dónde debo
huir?. Ella recuerda que hay un lugar desconocido, donde jamás alguien ha
sido herido, "Pero antes has de prometerme en juramento eterno,
inviolable, que no irás a la guerra durante diez estíos aún cuando te
impulsara a ello el deseo del oro y la sed de riquezas". Lo prometió Lemmikainen bajo juramento, y
entonces la madre lo hizo subir a la barca de su padre y le dijo que más
allá de los nueve mares, en la mitad del décimo, hay una isla donde su
padre vivió tras duros años de guerra. Y hacia allí se encamina Lemmikainen y
llega al fin al mar azul, a la isla de las doncellas de Saari. Es bien
recibido por ellas, con las cuales pasó voluptuosamente los tres años
planeados y prometidos. Y tras esto vuelve a su casa, pero no la
encuentra, está destruida; cree que su madre había muerto, pero tras
muchas búsquedas halló las huellas de su madre en el suelo. Se había
escondido por el intento de venganza
de los de Pohjola. Ahora van a vivir de nuevo en otra casa
que hacen. Pero del lugar donde permaneció tres años dice: -"Si, grata era allí la vida, dulces
han transcurrido mis días. Un sólo obstáculo trababa mis placeres, los
padres tenían allí mucho miedo por sus hijas, temían que yo las
pervirtiera amándolas con exceso. Y por causa de las jóvenes vírgenes,
por miedo a esas mujeres hijas de mujer, tenía yo que esconderme... como
se esconde el lobo por miedo a la liebre, como se esconde el buitre por
miedo a las gallinas de corral... " Se ve que hay dos versiones distintas, pues
en ese mismo lugar había raptado y contraído enlace con Kylliki. Tendrían
que ponerse pues, en otro orden las dos narraciones. Claro; sin duda de
seres distintos que las narraban al Dr. Lönnrot, resultaron diversas
versiones. Desde luego que más adelante Lemmikainen se
une en amistad con Wainamoinen e Ilmarinen en otras aventuras. Lo importante en estos artículos es invitar a leer libros bastante desconocidos en este país. |
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por Hyalmar
Blixen
Suplemento Huecograbado "El Día"
25 de Agosto de 1965
Ver, además:
Hyalmar Blixen en Letras Uruguay
Editado por el editor de Letras Uruguay
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