Amadis de Gaula en la ruta de Don Quijote
Amadís de Gaula (Libro I). Portada de la edición de Roma (1519) |
“Amadís de
Gaula” es una novela de caballerías, es decir de hechos y andanzas de
caballeros, que para serlo debían cumplir un ritual complejo y jurar un código
que llegó a alcanzar veintiséis artículos, relacionados con el servicio
de Dios, de su rey y su patria, de los débiles, de las mujeres en
general, el mantenimiento de la palabra dada, la cortesía y la humildad,
so pena de ser expulsado de la Orden. Esta comenzó a formarse a partir
del Siglo X y continuó por lo menos hasta el XII, y luego, ya en
decadencia, siguió dando un ejemplo que fue a menudo seguido en las
guerras posteriores, aunque ya no existieran caballeros andantes. No debe
olvidarse que en la Guerra de los Cien Años, en instantes previos a las
batallas, los adversarios se saludaban quitándose los sombreros, y como
muestra de cortés heroísmo se decían: -“Tirad primero, caballeros
franceses”. Y éstos replicaban: -“Tirad primero, caballeros
ingleses”. En una época, sin embargo, de tremenda inseguridad personal,
había también dueños de castillos que eran verdaderos bandidos, que se
apoderaban de los que pasaban cerca y los encerraban en mazmorras. Para paliar tantos desmanes surgió la Orden de Caballería, al principio escrita por calígrafos y con ilustraciones de bellos colores. Tras el invento de Gutenberg, la xilografía sustituyó a las miniaturas y la imprenta a los amanuenses. En ese clima apareció “Amadís de Gaula”.
Síntesis del libro Hijo
de unos amores secretos del rey Perión de Gaula y la princesa Elisena, es
puesto en un arco, en un episodio inspirado en el de Moisés. Lo recoge el
caballero Gandales y lo cría como a su propio hijo, Gandalín. Se le
llama entonces simplemente “el Doncel del Mar”. Cuando, más tarde el
rey Perión, vuelto de una guerra, se casó con Elisena, nada sabían de
la suerte del niño. El
autor de la novela insiste mucho en la varonil belleza física del Doncel,
que es educado por Gandales en las estrictas normas de la caballería,
junto con Gandalín. Más adelante, enviado a otro reino, el del rey
Lisuarte, se enamora de la princesita Oriana, a cuyo servicio se le pone
como paje. Como Oriana se ha fijado también en el Doncel, aprovecha el
hecho de estar de visita el rey Perión de Gaula, a quien pide haga
caballero al Doncel, a lo que accede sin saber que se trata de su propio
hijo. |
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Realizado
el ceremonial, empiezan diversas hazañas de Amadís; y más se acrecienta
su renombre. Gandalín lo acompaña como escudero. Y así, de aventura en
aventura llegan al castillo de Arcalaus el encantador. Los encuentros que
a través de la novela tienen ambos, hasta un final en el que queda mejor
Amadís, simbolizan la eterna lucha entre el bien y el mal, la virtud y el
vicio, la hidalguía y la deslealtad. Amadís
penetra en el castillo de Arcalaus, maltrata a los guardianes que cuidan
las mazmorras y libera a cantidad de caballeros y damas a quienes el
encantador tenía prisioneros. A la mañana siguiente llega Arcalaus,
combaten largamente y cuando el Doncel del Mar está por vencer a su
adversario, éste retrocede hasta una cámara mágica. Al entrar en ella
Amadís, cae al suelo víctima del hechizo. Arcalaus viste sus armas y se
ufana de haber derrotado y muerto a tan fuerte caballero, lo que causa
consternación entre sus amigos y por supuesto en Oriana, a la que el
hechicero logra raptar. Pero el elemento sobrenatural se acentúa en la
obra. Urganda, hada que lleva el apodo de “la Desconocida”, deshace el hechizo que pesaba sobre Amadís, el cual torna a sus aventuras. En campo abierto combate con Arcalaus y rescata a Oriana. Esta entonces, es la que da los primeros pasos para premiar a Amadís, porque la moral caballeresca no era la moral burguesa. Si un caballero se hubiera deshonrado de abusar de su triunfo, la doncella, por sí misma, frecuentemente se ofrecía en galardón, segura de que su galán le sería siempre fiel. De ellos va a nacer Esplandián, que será motivo de otra novela de caballerías.
Más
adelante, a causa de una espada y un anillo dejados en el arca por Dioleta
y reconocidos por Perión y su esposa, el “Doncel del Mar” se
convierte en Amadís de Gaula. Dentro
de sus múltiples aventuras destaca la de la ínsula Firme. Quien penetra
en su castillo encantado hasta la cuarta cámara y soporta en la oscuridad
la multitud de golpes invisibles que le daban armas encantadas, vencería
ese hechizo y se convertiría en señor de esa ínsula. Amadís triunfa
donde tantos habían fracasado. Y también pasa bajo el Arco de los
Amadores, que hacía sonar una música, si el caballero o la dama hubiesen
sido fieles a la fe jurada. Sin embargo diversas intrigas entre las cuales
había jugado su papel Arcalaus hicieron creer a Oriana que Amadís la había
dejado por otra mujer. Tras pruebas falsas, Oriana le escribió a Amadís
una carta muy dura en sus términos, ordenándole que nunca se presentara
ante ella. Amadís
queda atónito y lleno de dolor decide renunciar al mundo; deja a su
escudero y amigo Gandalín el gobierno de la ínsula Firme, llega a la
orilla del mar, se despoja de su armadura y pasa a morar en un islote
donde vive un ermitaño, islote llamado la Peña Pobre. Ahí pasa el tiempo y un día sabe que Oriana está desesperada de la injusticia que ha hecho a Amadís sin saber si ha muerto o no. Entonces
deja la Peña Pobre y vuelve a la lucha, pero de incógnito. Viste
armaduras negras y se hace llamar Beltenebros. Sus hazañas empiezan a
comentarse como antes se hacía con las de Amadís y en una liza, en la
que combaten caballeros, contra encantadores y gigantes, en el momento de
vencer, se levanta la celada y se hace reconocer como Amadís. En el libro
IV es cuando Amadís tiene su tremendo combate con el Vestigio, de hórrida
descripción. Al fin, Amadís y Oriana se casan.
El discípulo manchego Aunque
el héroe cervantino cita hazañas de muchísimos caballeros, a quien
tiene más presente es a Amadís de Gaula, pues repite casi todos los
hechos que hemos seleccionado. Se hace armar caballero, aunque en una
posada se cree castillo; lucha contra gigantes (que sólo son molinos de
viento) hace penitencia en Sierra Morena como Amadís en la Peña Pobre;
deja la ínsula Barataria a Sancho, su escudero, desdeña lo que cree amor
de Maritornes porque no puede faltarle a Dulcinea, episodio también de
Amadís, lucha en el castillo del moro encantado como Amadís en el de
Arcalaus, aunque con menos fortuna... Lo que en un libro está escrito en
serio, en el otro en broma, si es que se trata de broma. Pero en el fondo de todo ¡cuánto sabía y cómo admiraba Cervantes las novelas de caballerías! Y especialmente el Amadís, de los pocos que se salvaron de la hoguera tras el escrutinio realizado entre el cura y el barbero en la casa de Don Quijote. |
Amadís de Gaula y la literatura caballerescaPublicado el 15 abr. 2016
Conferencia de Mª Carmen Marín Pina en
el ciclo Caballeros, pícaros y pastores. La novela que leyó
Cervantes y la que escribió, con motivo del IV Centenario de la
muerte de Cervantes. 29 de marzo de 2016 |
Amadís de Gaula: Quinientos años de libros de caballerías |
Quijote: Biografía de un libro |
por Hyalmar
Blixen
Diario "Lea" - Montevideo
19 de octubre de 1988
El 10 de octubre del año 2006 se efectuó un homenaje al Prof. Hyalmar Blixen en el Ateneo de Montevideo. En dicho acto fue entregado este, y todos los textos de Blixen subidos a Letras Uruguay, por parte de la Sra. esposa del autor, a quien esto escribe, editor de Letras Uruguay.
Ver, además:
William Shakespeare en Letras Uruguay
Hyalmar Blixen en Letras Uruguay
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