No escribo para el olvido,
escribo para el amor.
No sé quién se aferrará a mi letra
ni quién me olvidará primero.
De olvido y tierra
preparamos la muerte.
De amor y de terrón
levantamos la vida.
De amor fue el lazo
de la primera blusa
y el brillo
de la primera estrella.
Dijo el poeta:
mi madre trabajó para el olvido.
No se puede negar
que el viento barre
nombres y recuerdos.
Si los poetas
escriben para el olvido
la modestia se cuela antes de tiempo:
De igual manera
la convidada de piedra
llegará a la cita
para el olvido, el odio o el perdón.
(Para lo que quiera Dios)
Con estas letras me despido.
Tiene el natural encanto
del tiempo
sobre el papel en blanco.
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