Otra dimensión

poema de Amanda Berenguer

Un poema es una criatura espacialísima
que el poeta elabora con tan delicado y obstinado rigor
hasta el momento mismo en que siente
que se le escapó de las manos -
y entonces todas las vueltas lógicas que hacemos
sobre su texto son inútiles. Él
está en otra dimensión.

Dos mujeres me ofrecieron
una estampa de Jesús - ayer al mediodía.
Fue rarísimo lo que ocurrió.
“Está iluminada por el Espíritu Santo” - le decía

una a la otra mientras me miraba. Y yo les decía
que no creía en dios, sino en la divinidad
de la palabra - y que “entre los pucheros anda el Señor”.

Hago ¿nuestra? cama de todos los días -

con el mismo cuidado que ponen los niños

cuando hacen un castillo de arena en la orilla del mar -

y luego viene la ola y se lo lleva - así se deshace

y rehace cada mañana.

Hoy miré, besé
el retrato de mi madre, y no supe -
¿dónde estaba mi madre? Nos miramos cara a cara y ella
salía de la foto - y ella salía desde dentro mío
y se encontraban en un lugar del vidrio transparente -
que nos separaba y nos unía - ¿dónde estábamos?

La ley de los conjuntos - rachas de felicidad

o lo contrario - el tránsito en las calles -

las estrellas en el cielo - las hormigas en el sendero -

no existe tránsito uniforme de los hechos.
Un día luminoso y azul hasta el infinito -
es de mañana - cerca de mediodía -
aquí - desde este jardín interior - miré el cielo -
¡ah! el azul - la infinita altura - vértigo del tiempo -
tan fuera de órbita - celeste - intensa atracción -
pensé en ti - un beso tuyo en mi boca -
una fruta hija del cielo cayó entre mis labios -
y eras tú - y eras tú - besando mi aliento -
y eras tú viva en la mañana - rodeada de amigas
que vienen a beber en nuestro jardín -
y eran tus labios sobre mis labios.                              

Ir a índice de poesía

Ir a índice de Amada Berenguer

Ir a página inicio

Ir índice de autores