El dedo en la llaga

poema de Amanda Berenguer

                         I
Cuando a la palabra le sobran las letras
y la verdad desnuda está en trance
de salirse de sí misma
de pie sobre los hombros de sutiles
intermediarios,
cuando reconocemos
cuando aprehendemos
cuando desciframos
cuando masticamos capullos de crisálidas

y escupimos sus tejidos envolventes,

cuando, estamos cerca,
del cuerpo nuclear del corazón,

entonces viento, fuego, sacudida,

vendaval, aluvión, llamarada,

entonces, Rafael Alberti, la poesía,

la vida verdadera,
enfrentamiento, respuesta, compromiso

refrendado

con los sellos de sangre de la lengua.

                           II

Para apurar el derrocamiento
de los últimos modelos de la sombra,
la soledad tramposa
acorralada en su madriguera
y enfurecida como pocas veces,
también los pájaros funestos
prontos a un despliegue
de terror intermitente,
para auspiciar el levantamiento
simultáneo de otra cosa
de verdad y vida y compañía,
para asumir la responsabilidad
de toda la batalla,
firmo esta noche
mi nombre partidario.

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