Lluvia

poema de Orfila Bardesio

                                                                           A Francisco Espínola

Las venas caen sobre la selva pura.
sobre el sol qua el trigal levanta de la tierra con sus manos,

sobre blancos que corren como himnos,

apurados, a celebrar la espuma,
sobre los coros de la vid radiante,

ofreciendo al azul, en la colina,

la promesa de un vino generoso.

Las venas juegan con viejos mascarones

sobre el agua encrespada,

y el capitán construye
en altamar desierta el arca donde gualda sus temores,

de previsores nácares labrada.
Como las glicinas con el secreto de las casas,
Como la primavera con las lilas.
Como la carrera con los ciervos,

las venas juegan con las cosas

que parecen diferentes.
Pero sus brillos callan sobre luces heridas.
sobro dolorosas materias tristes,
sobre rincones olvidados que el desprecio oscurece.

Como niños huérfanos piden un tallo a la gracia,

porque solo una fuente puede tocar sin morir

los rostros de la alegría.
—Una fuente en las venas,

no las venas.—