El laúd en el bosque

poema de Orfila Bardesio

                                                                                                                                                          A Esther de Cáceres

 

 

¡Oh Sol que no puede permanecer callado en la noche!

¡Fuego que no descansa en sus llamas!
¡Príncipe Joven que regala al amigo

los Tesoros del Reino de su Padre!
¡Mar que no puede reprimir sus olas!,
¿dónde llamar sino a Tus Puertas
para pedir el blanco con que extender las naves?,
¿a quién invocar sino a la Luz

que no pudiendo demorarse es roble?,
¡a Ti, Fuente de las Fuentes, nombran las aves
por tu impulso en seguida levantadas de la penumbra!,
¡a Ti, Pudorosa Raíz de las manos,
recuerdan los corderos y las hormigas
de materia invisible!,
¡a Ti, el espejo con una pausa que desaparece,

con una voz sin peso,
naciendo de tu calor silencioso se aproxima

y suplica con hilos de tus propios sonidos:
"¡Que las sequías no detengan mi cara!,
¡que corra a mi día en cien mil ciervos libres por la llanura

¡sin que ninguna muerte quiebre un ciervo!,
¡que las sombras no impidan al aire
labrar en mi pecho las geometrías de las estrellas!,
¡que mis ojos lleguen al fondo del mar sin auxilio!,
¡que en los surcos agudos que me envíen las flechas
salten irresistibles lianas que conduzcan
volando al propio tirador
hasta las hierbas donde nacen sus brazos!,
¡que los cirios no enciendan mi mañana!,
¡que no entierren cerrados cementerios

las golondrinas que frecuentan mis huesos!,
¡frente a las hojas no pierda árbol,

frente a la orilla, océano,
frente al castillo, lámpara, frente a la tierra, cielo,

frente al color, cenizas!,
¡que de los ruidos venga mi rostro

limpio a sus palabras, de llantos,

de paciencias doradas, pastor secreto!,
¡oh amarillo que no pudiendo contenerse

navega en ecos de innumerables hebras!,
¡no permitas que una distancia consiga

no ser tocada por mí!
¡Niño que siempre juega porque no es culpable de nada!,
¡si quedara una hoja en tus bosques,

que no hubiera sido levantada por mí,

recuérdamelo antes de que lleguen las noches!”.
                                                                          1946.

 

Orfila Bardesio
Revista Entrega de La Licorne 2ª Época Año I Nº 1 - 2
Montevideo, noviembre de 1953

Gentileza de Biblioteca digital de autores uruguayos de Seminario Fundamentos Lingüísticos de la Comunicación Facultad de Información y Comunicación (Universidad de la República)

 

Ver, además:

 

             Orfila Bardesio en Letras Uruguay

 

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