Orígenes

 poema de Nancy Bacelo

De "Hay otros mundos pero vivo en éste" (1993)

Estuvo no sé cuantos cientos de años

sentada en el orillo de una calle cualquiera

en un lugar perdido.
Golpeó el pasto temprano (número veinte de zapatos?).
Agua de los ojos humedeció vestidos que

nadie le podía arrancar pegados a la

fobia que da el miedo constante.
Caía la fiebre sobre la infancia y no supo

más que temblar con los fantasmas

disfrazados de gente en la familia.
Hasta en la lluvia vio pasar en vuelo
vestiduras y cuerpos
ajenos al mundo en que habitaba.
Ciertos caballos se desbocaron temprano

en los límites tibios de sus años.
Poco sabía de tanto malograr el nivel que da el entendimiento.

Pero igual intuyó -como después lo supo-
que el tiempo iba a pasar entre fantasmas y caballos
entre el agua tibia de las lágrimas
y el no saber adonde sacudir el fuego
que le empañaba la marca de la mano
donde estaba escrito el mensaje
del territorio de ¡a serenidad.

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