Triple comparación internacional-comunitaria: introducción a la cultura culinaria de Zhongshan en el Barrio Chino de Lima, en estudio comparado con el Barrio Chino de La Habana.

Autor: Xu Yuheng (Manolo), estudiante de la Maestría en Estudios Lingüísticos del Español como Lengua Extranjera. Facultad de Español para no Hispanohablantes, Universidad de La Habana.

Tutor: Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez, Profesor Titular de la Universidad de La Habana.

 

Resumen

China y Latinoamérica tienen una relación histórica profunda y larga. Especialmente Perú y Cuba, a la vista del proceso de inmigración, se tratan de dos países de los más antiguos que recibían los inmigrantes chinos en Latinoamérica. Durante tantos años, millones de inmigrantes chinos vinieron a estas tierras occidentales trayendo consigo sus propias costumbres folklóricas, culinarias, idiomáticas, etc. En el proceso de adaptación medioambiental los inmigrantes chinos absorbían la cultura autóctona, y a la vez, influenciaban culturalmente a la sociedad donde se encontraban, especialmente en el sector culinario y lingüístico por medio del gran barrio chino en el que se concentraban. Sin embargo, en cuanto a la influencia cultural dejada por los chinos, no todos los inmigrantes tienen la misma gravitación, porque entre ellos, los de la Ciudad de Zhongshan ocupan la mayor proporción y desempeña un papel dominante.

Además, aunque el Barrio Chino de Lima y el Barrio Chino de La Habana constituyen comunidades importantes para los “nuevos habitantes”, no tienen un mismo nivel de desarrollo en vista de la cultura culinaria e influencia lingüística. En este trabajo, motivado por los conocimientos que he podido adquirir sobre la Antropología urbana cubana, se analiza sistemáticamente la influencia culinaria y lingüística ejercida por los inmigrantes chinos, más específicamente, los de la Ciudad de Zhongshan, Provincia Cantón, y en específico, cómo se conforman la identidad y patrimonio cultural de Zhongshan en el Barrio Chino de Lima a través de la alimentación. Además, se realiza una comparación entre el Barrio Chino de Lima y el Barrio Chino de La Habana con el foco de la cultura culinaria.

Desarrollo

La llegada de los primeros inmigrantes chinos al Perú marcó un momento crucial en la configuración histórica y cultural del país. Esta “nueva” población no solo significó, como señala Rodríguez Pastor (1996), un mestizaje biológico, sino también una transculturación chino-peruana, la cual se vio principalmente reflejada en el aspecto culinario.

Antes de pasar a analizar la influencia de la cultura culinaria hay que tener claro qué es la cultura culinaria. En cuanto a la definición de la culinaria, hay mucha. Sagrario Benayas (2012) revela la relación entre la culinaria y el medioambiente: “la culinaria es el reflejo del aprovechamiento que una sociedad hace del medio físico- los productos del terreno-, del ecosistema, el clima y la estación.” Sofía Indira (2010: 125) dice: “Toda nueva inserción cultural trae consigo modificaciones y nuevos elementos listos para ser acogidos como propios o para ser re-significados en sus usos.” y “las influencias culinarias chinas no solo nos ofrecieron la posibilidad de un nuevo menú, sino también una variedad de insumos que luego pasaría a constituirse como elementos claves de la vida culinaria cotidiana peruana.”

Según señala Indira, las principales “verduras e insumos que lograron insertarse en la biodiversidad peruana” son jengible o kion, canela china, cebolla china, col china, culantao o arvejitas chinas, tau sí, el ajo, salsa de tamarindo, tofú, el sillao o salsa de soya, pasta wantán. Los inmigrantes chinos aplicaron los ingrendientes de origen chino pero transformaron la manera gastronómica adaptándose al “ecosistema, clima y estación” peruano, en consecuencia, este “aprovechamiento” de insumo chino en ambiente peruano se convirtió en una parte importante de la dieta cotidiana de los peruanos. Incluso desde el punto de vista lingüístico, podemos también darnos cuenta de la idea de Sagrario. En Perú algunas palabras españolas referentes a la culinaria (por ejemplo wok[1], siyau[2]) se pronuncian de la manera cantonesa porque los inmigrantes aprovechan el lenguaje de origen ambiental chino y lo aplican en el nuevo ambiente lingüístico.

Otros estudiosos definen la culinaria como “una forma creativa de preparar los alimentos y depende mucho de la cultura, en términos de conocimientos respecto a los alimentos, su forma de prepararlos, así como de los rituales sociales establecidos alrededor de la comida.” Couceiro (2010) señala la esencia de la cultura culinaria: “(...) que a mi modo de ver asuma la cultura culinaria como el sistema de valores en torno a la ingestión de alimentos”.

Para Zhang Zhanhong (2008), profesor de antropología de la Universidad China de Hongkong, el valor más importante que contiene el alimento es el valor de simbolización. En su trabajo Antropología Culinaria plantea varias ideas sobre este dicho valor:

1. Por ejemplo, en el Antiguo Testamento la expulsión de Adán fuera del Jardín del Edén por un bocado de la manzana prohibida; en Deuteronomio, la clasificación de “limpio” y “no limpio” del alimento reflejan que el significado simbólico que contiene el alimento es más complejo que el práctico.

2. Diferentes culturas materiales representan distintos códigos simbólicos. En algunos ritos folklóricos chinos, al repartirse el alimento a dios/fantasma/antepasados, nos daremos cuenta de la relación entre la sociedad real y la fuerza sobrenatural.

Además de Zhang, Sofía Indira también analiza el simbolismo de la cultura culinaria china en su trabajo: “Sin embargo, debe entenderse que la tradición culinaria china no solo se trata de la comida chifa (...) sino de una filosofía de vida y un conjunto de principios y procedimientos gastronómicos ligados a sus tradiciones y filosofías ancestrales.”(Indira, 2010: ii)

Mary Douglas (1966), basándose en la interacción entre alimento y cuerpo, planteó la conceptuación de alimento para entender el cuerpo y la importancia del simbolismo cultural del alimento. Además, el mismo Sagrario (2012) afirma el valor de simbolización en su trabajo diciendo que: “La culinaria es, además, un acto pleno de simbolismo.”

Además del valor de simbolización, el alimento tiene otro valor cultural muy importante: valor de identidad. Sobre la identidad cultural, muchos autores expusieron sus ideas. Couceiro (2009: 337) define la identidad como “valor o conjunto de valores que nos permiten identificar un fenómeno (...) de otro en determinados aspectos, de aquí su relatividad.” Olga Lucía (2000: 73) planteó: “El concepto de identidad cultural encierra un sentido de pertenencia a un grupo social con el cual se comparten rasgos culturales, como costumbres, valores y creencias.”

De acuerdo con estudios antropológicos y sociológicos, “la identidad suege por diferenciación y como reafirmación frente al otro” (Olga Lucía, 2000: 73) El arroz es el mejor ejemplo en la cultura culinaria, por cuyo sentido al llegar a Perú los inmigrantes chinos chocaron fuertemente con la cultura culinaria peruana por la gran diferencia de la costumbres alimentarias. Los hacendados peruanos casi no comían arroz mientras, los culíes chinos comían mucho. Por lo tanto, para satisfacer su necesidad, los amos empezaron a cultivar arroz, o a importarlo desde países extranjeros. Más tarde, cuando los chinos consiguieron su libertad, comenzaron a participar en la industria de proveere insertar el arroz como un componente muy importante en la comida que vendían. Por último, los peruanos lo aceptaron y justamente el arroz se convirtió en una de las identidades desde los inmigrantes chinos.

“La identidad cultural de un pueblo viene definida históricamente a través de múltiples aspectos en los que se plasma su cultura, como la lengua, instrumento de comunicación entre los miembros de una comunidad, las relaciones sociales, ritos y ceremonias propias, o los comportamientos colectivos, esto es, los sistemas de valores y creencias (...) Un rasgo propio de estos elementos de identidad cultural es su carácter inmaterial y anónimo, pues son producto de la colectividad”(González Varas, 2000: 43).

El pensamiento de González devela perfectamente la relación entre la cultura culinaria y la identidad cultural indicando un elemento superpuesto: un sistema de valor, con el que define Couceiro (2009: 335) la cultura en su Antropología urbana cubana de que esta tesis parte. En el caso de los inmigrantes de Zhongshan, ellos hablan la misma lengua, establecen una gran cantidad de ateneos comerciales para comportarse colectivamente. Sin ninguna duda, el instrumento de comunicación más importante aplicado por los inmigrantes de Zhongshan es el alimento. Durante la Fiesta de la Primavera, los inmigrantes se invitan mutuamente a comer en casa para fortalecer las relaciones sociales; en la víspera del año nuevo, ellos celebran un rito ofreciendo el alimento al dios o a sus antepasados a fin de agradecer sus bendiciones. Todo esto demuestra la identidad cultural de los inmigrantes de Zhongshan.

Sobre la relación entre la alimentación y la identidad, Duhart (2004) afirma:

“La alimentación constituye un elemento central de nuestra cultura y de nuestra identidad, y que este aspecto alimentario se materializa en productos, en técnicas de cocina, platos y modos de consumo que los integrantes de una cultura consideran como propios y se distinguen como típicos por los demás.”

A esto el estudioso lo define como “Identidad Cultural Alimentaria”.

Couceiro (2010) también plantea una idea muy interesante sobre la identidad cultural: “Las instituciones generan su propia cultura culinaria e interactúan con la identidad de sus comunidades”. Con respecto a las instituciones, cabe señalar los numerosos “chifas[3]” en el Barrio Chino de Lima. Como un portador muy importante los “chifas” indiscutiblemente aportan la ética en la sinología desde este barrio.

Couceiro (2010) nos ofrece otro enfoque importante al valorar la cultura culinaria: “Lo novedoso estribaba en (...) comprender la cultura culinaria como (...) patrimonio de las comunidades. Hay que definir bien el patrimonio culinario”.

Por parte de Garufi (2016), “El concepto de patrimonio culinario regional engloba a las producciones alimentarias y a las cocinas regionales, articuladas a través de las actividades de preparación y consumo de alimentos y contextualizadas en un entorno ambiental y sociocultural específico.” Además, “El patrimonio culinario regional expresa el perfil productivo de cada región, su medio ambiente, historia y cultura” y “es una expresión de la cultura popular enraizada en toda la comunidad”.

Sobre la pregunta de ¿Qué comprende el patrimonio culinario de una región? El mismo autor también nos da la respuesta: “el patrimonio culinario (...) abarca a sus alimentos y platos más representativos y las actividades que las enmarcan”. En su opinión, el patrimonio culinario se puede tomar como “un hilo conductor de variadas actividades de animación sociocultural para acercarse al modo de vida del lugar desde una perspectiva netamente placentera, que no se limita al descubrimiento de nuevos sabores, sino que comprende también la valorización de las actividades de producción y del contexto donde se preparan y se consumen los alimentos.” Por último Garufi (2016)nos indica la importancia de la promoción del patrimonio culinario regional mencionando: “(...) puede favorecer la preservación de las identidades locales y también a los sectores económicos relacionados con la producción y elaboración de alimentos.”

Para Francesc (2016), “El patrimonio culinario es un elemento de comunicación cultural, y en ello se manifiestan tanto las tradiciones propiamente culturales como las idiosincrasias naturales de un lugar.” En su opinión, “la gastronomía tiene un valor inmaterial”. Afortunadamente, en el año 2010 la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoce formalmente la gastronomía como una categoría dentro del Patrinomio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Se trata, indudablemente, de un gran progreso de los estudios sobre cultura culinaria en el mundo.

Francesc (2016) señala que el patrimonio cultural inmaterial es un importante factor del mantenimiento de la diversidad cultural frente a la creciente globalización. Couceiro (2009) también devela que el patrimonio cultural vivo es instrumento esencial para promover el respeto a la diversidad cultural y la creatividad humana. Desde las ideas de los estudiosos es fácil darnos cuenta de que como patrimonio cultural inmaterial, la cultura culinaria tiene mucho que ver con la diversidad cultural.

Existen muchas definiciones sobre la diversidad cultural. Según la UNESCO, la diversidad cultural se trata de multiplicidad de formas en que se expresan las culturas de los grupos y sociedades. Estas expresiones se transmiten dentro y entre los grupos y las sociedades. Otros profesionales (anónimo, 2012) definen la diversidad cultural como la variedad de diferentes culturas dentro de un grupo de personas o una sociedad. Este tipo de diversidad se refleja, por ejemplo, en la existencia de diversos grupos étnicos en una determinada área. En el caso del Barrio Chino de Lima, conviven varios grupos étnicos: los limeños, los chinos de diferentes regiones chinas, etc. La comprensión y reconocimiento de la diversidad cultural por parte de los inmigrantes chinos en el Barrio Chino de Lima llevan a un enriquecimiento cultural, respeto mutuo y mejor convivencia social.

En muchos casos la diversidad cultural de una sociedad se puede manifestar a través del lenguaje por medio de distintos idiomas, dialectos o acentos en una determinada zona. Por otro lado, puede existir una gran diversidad lingüística o variedad de idiomas dentro de una misma cultura o sociedad. La diversidad cultural y lingüística es una de las características de muchas de las sociedades actuales. Los fenómenos de migración de distintos grupos de población y el aprendizaje de idiomas contribuyen a esta expansión y diversificación. En el Barrio Chino de Lima existe una gran diversidad lingüística. Podemos conocerla a través de los numerosos léxicos españoles de origen chino, más específicamente del cantonés, referentes a la comida china. Estos léxicos ya indiscutiblemente han formado una parte importante e indisoluble de la cultura culinaria de los inmigrantes chinos en la “colonia china limeña”. Por lo tanto, cuando analizamos la influencia culinaria de Zhongshan, no podemos olvidar ni ignorar la influencia lingüística porque esta se trata de una importante parte de la cultura culinaria de Zhongshan y a través del lenguaje, se manifiesta la cultura culinaria.

Hay que caracterizar profundamente Zhongshan (véase: Anexo No. 1) y el Barrio Chino de Lima (véase: Anexo No. 1 y 3) para contextualizar bien este trabajo. Desde 1854 muchos chinos, que huyeron y se libraron de la esclavitud, vinieron y se establecieron alrededor del nuevo mercado de la Concepción que se construía en una agradable zona cerca del centro histórico ocupado por los monasterios y residencias coloniales. La mayoría de los “nuevos habitantes” se dedicó a la industria de proveeren esta zona,y poco a poco el mercado se iba convirtiendo en un centro de atracción para los chinos, donde vivieron y se establecieron sus asociaciones y ateneos más importantes. Sobre el origen del dicho barrio, Sofía Indira (2010) explica:

Los alrededores del Mercado Central limeño se convirtieron en el nuevo eje de interacción, socialización y trabajo de los chinos, como fue, principalmente, el caso de los restaurantes orientales y/o chifas. Como respuesta a esta expansión demográfica y comercial por parte de los inmigrantes chinos, se constituyó el Barrio Chino en Lima.

En su opinión, el Barrio Chino de Lima es “el espacio sociocultural más representativo de la comunidad china”.

Según Couceiro (2009: 327):

(...) las comunidades adquieren carácter más complejos, sobre todo aquellas que reflejan los grados más metropolitanos y cosmopolitanos de una nacionalidad o de varias. Ello fundamenta la urgencia de implementar la Antropología Urbana (...) Dichas comunidades urbanas suelen asimilar y reflejar en un nuevo contexto en que transculturan, los valores culturales de comunidades rurales, urbanas y suburbanas que les preceden y de aquellas con las que en alguna medida se interrelacionan, bien sea por su inmediatez geográfica, histórica, social y cultural o por las imágenes que de cualquier forma les llegan, lo cual las convierte en valiosas portadoras del patrimonio transculturado de tal región concreta, a estudiarse por cada comunidad y valor cultural.

El Barrio Chino de Lima, como señala Sofía Indira (2010), se trata de unas “respuestas sobre una expansión sociocultural” (pág. 50), y además, constituye un producto complejo transculturado, tanto en la comida mezclada como en el “chispañol” que hablan. El gran valor transculturado que tiene el Barrio Chino de Lima, nos urge implementar el estudio de la Antropología al menos desde la experiencia urbana (véase: Couceiro, 2009) sobre esta región, especialmente sobre su cultura culinaria. En cuanto al “estudio de la Antropología desde la experiencia urbana”, cabe explicarse el significado de la Antropología urbana. Couceiro (2009: 333) define la Antropología urbana como antropología de ciudad e indica:

Su objetivo reside en la interacción entre el espacio urbano y el crisol de problemáticas y caracteres que identifican a las comunidades que en él se desenvuelven, por lo que dicho espacio no queda reducido a un mero escenario sino que concibe la ciudad como ente vivo en desarrollo orgánico, con sus regularidades propias, a aplicar casuísticamente en cada una y en cada comunidad dentro de la ciudad.

La Antropología urbana es también una asignatura de carácter bien comparativo. Gómez afirma: “(...) la antropología (...) tratando de descubrir, prioritariamente, los elementos compartidos y las diferencias” (2010, 2) y “la verificación se realiza mediante el trabajo de campo, a partir de una observación que sea lo más participante posible, para llegar a una conclusión basada en la comparación sistémica.” (2010, 9)

Como otra comunidad china importante en Latinoamérica, el Barrio Chino de La Habana tiene una experiencia histórica parecida al Barrio Chino de Lima. La emigración china hacia Cuba comenzó en 1847, igual que el caso peruano, muchos trabajadores de origen cantonés fueron llevados bajo contrato y trabajaron junto a los esclavos africanos en las plantaciones agrícolas. A finales del siglo XIX, la inmigración china se asentó en lo que fue el cuchillo de la Calle Zanja y la Calle de los Dragones donde, a partir de 1874, pusieron en marcha comercios y espacios dedicados a diversos servicios, como tiendas, fondas, lavanderías, etc. Desde entonces, el Barrio Chino de La Habana se convirtió en el principal asentamiento poblacional de los inmigrantes de esa nación en el Caribe.

En cuanto a la cultura culinaria, los inmigrantes chinos en Cuba también hicieron muchos aportes. Como afirma Gabriel García Márquez (como se citó en Rafael Lam, 2010): “la huella de los chinos en Cuba se hace tangible en recetas culinarias”. Aparte del escritor colombiano, el chef de cocina Gilberto Smith también explica que los chinos crearon en Cuba comidas típicas que no existen en ningún lugar del mundo, como el arroz frito.

Antes de 1959, en el Barrio Chino de La Habana, existían numerosos restaurantes chinos, entre ellos, El Pacífico era el más famoso. De acuerdo con el director del Casino Chung Wah, Alfonso Chao(como se citó en Rafael Lam, 2010), en aquellos tiempos, el itinerario más común de los turistas que venían a la isla era: pasar la mañana en la playa de Varadero; la comida en El Pacífico por la tarde, y el cabaret Tropicana en la noche. Sangalo (2013) atribuye el aporte culinario de los inmigrantes chinos a la buena adaptación medioambiental afirmando: “(...) muchos de esos chinos se ‘cubanizaron’ (...) le hicimos aportaciones a sus ingredientes, para lograr lo que conocemos actualmente.” En Perú pasó lo mismo.

Sobre la influencia lingüística, podemos también darnos cuenta de muchas similitudes entre los dos barrios. Rafael Lam (2013) afirma que en el idioma, la influencia cultural de China es significativa. Sergio Valdés (como se citó en Rafael Lam, 2010), en el libro Lengua nacional e identidad, ha recopilado una serie de expresiones generadas al calor de la convivencia con los asiáticos.

Algunas de ellas son: "Búscate un chino que te ponga un cuarto" (Buscar una pareja). "No creo en velorio chino" (Desconfianza). "Ponerla en China" (Ponerla difícil). "Quedarse en China" (No entender). "Mi china" (Expresión de cariño). Y además, denominaciones como naranja china, frijolitos chinos, salsa china... Palabras como “chulampín”, vinculada a la voz de chulo, por corrupción idiomática del nombre de un mandarín chino del siglo XX: Chu Lam Pin. Además, la influencia lingüística se puede entrever por medio de los periódicos en chino, entre ellos, se destacan Kwong Wah Po (el único periódico cubano que se edita en idioma chino desde el Barrio Chino de La Habana.), Man Seng Yat Po, Hun Men Kon Po, Wah Man Sen Po.

Sin embargo, entre dichos dos barrios, figuran también muchas diferencias. El éxodo masivo de los comerciantes a causa de las expropiaciones realizadas en los primeros años de la revolución, el cierre obligatorio de la mayoría de las sociedades fraternales, regionales, profesionales, patronímicas y comerciales, la desatención de las tradiciones, la desaparición física de casi todos los inmigrantes debido al paso de los años, han terminado por convertir al Barrio Chino de La Habana en una especie de ciudad fantasma.

En cuanto a la cultura culinaria, en el Barrio Chino de Lima se quedan mucho más restaurantes chinos que el Barrio Chino de La Habana. Según los datos estadísticos, en la actualidad, en el Barrio Chino de Lima hay más de 3000 restaurantes chinos mientras que el Barrio Chino de La Habana tiene muy pocos. Además, en los restaurantes chinos del Barrio Chino de Lima, se tergiversan en gran medida las tradiciones gastronómicas chinas, o sea, la “identidad cultural alimentaria”.

Pero según Alexis Claro Li (como se citaron en Cairo y Chang, 2014), administrador de un pequeño restaurante, los restaurantes chinos en el Barrio Chino de La Habana sufren “la pérdida de las tradiciones”, y “al ser gestionados por personas ignorantes de la culinaria asiática, ofrecen platos y productos que nada tienen que ver con la cultura china, ni siquiera con la cocina criolla que se hacía en las fondas de los años 50”.

Al mismo tiempo, el Barrio Chino de La Habana no ha logrado mantener la diversidad lingüística. En el Barrio Chino de Lima, en la actualidad, todavía circulan varios periódicos de idioma chino, por ejemplo, Ch’iao Pao, La Voz de la Colonia China, etc. Mientras tanto, casi todos los periódicos en chino en el Barrio Chino de La Habana terminaron la publicación.

Por estas razones se analizará prioritariamente el Barrio Chino de Lima como contexto importante y muestra adecuada para el estudio de la cultura culinaria e influencia lingüística de los inmigrantes de Zhongshan. Mientras tanto, por ser “relativamente menos desarrollado” y tener “menos identidad  cultural alimentaria y diversidad lingüística china”, el Barrio Chino de La Habana no va a ser el foco principal del estudio de la cultura culinaria china, no obstante, siendo un referente cultural, todavía sirve para hacer la comparación con el Barrio Chino de Lima.

En la cultura china local del Barrio Chino de Lima, los inmigrantes de Zhongshan es el grupo étnico más influyente. De acuerdo con el Informe de los Inmigrantes de Zhongshan en Centroamérica y Sudamérica(2010), redactado por el Buró de Asuntos Exteriores de Zhongshan, entre los inmigrantes chinos en el Barrio Chino de Lima, 95% viene de Cantón, y los inmigrantes de origen de Zhongshan ocupa la mayoría. Además, según este informe, los inmigrantes de Zhongshan alcanzan una influencia más llamativa entre los inmigrantes chinos en Perú.

En el sentido político, el creador (véase: Anexo No.2) de la Sociedad Central de Beneficencia China del Perú, una de las instituciones más importantes dentro de la colonia china limeña, es de Zhongshan; en el sentido económico, los inmigrantes de Zhongshan cuentan con una gran cantidad de ateneos comerciales y chifas; en el sentido cultural, se celebran cada año muchas actividades culturales, por ejemplo, el campamento cultural de verano[4] para los adolescentes de origen chino, como bien señala el informe oficial: “los inmigrantes de Zhongshan (...) en general, tienen un alto nivel del desarrollo cultural”.

En este momento, es imprescindible agradecer al tutor e inspirador de esta tesis Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez. Sus trabajos de Antropología Urbana Cubana y de la cultura culinaria, asientan una base teórica y metodológica muy importante para la presente memoria escrita, a la que le son muy sustanciosos para aplicarlos casuísticamente como estudio de caso en la cultura culinaria Zhongshan-Lima. Su experiencia cubana ha rectorado al extender a este estudio de caso Perú-China, y así lograr modestamente aportes prácticos y teóricos, experiencia necesaria y novedosa que sienta pauta para futuras investigaciones en esta dirección o incluso, para situaciones similares en otros países, siempre casuísticamente, como ha sido el camino trazado y existosamente demostrado por la Antropología urbana cubana.

En la actualidad, mucha gente todavía entiende la cultura culinaria en un nivel muy superficial, o sea, solo la considera meramente comida, producto e ingrediente, alimentario sin ver su valor cultural. Muy pocos estudios trabajan la cultura culinaria como una identidad y patrimonio cultural. Además, aunque muchos expertos ya están bien conscientes de la influencia de la cultura culinaria de los inmigrantes chinos en el Barrio Chino de Lima, la influencia de los inmigrantes de Zhongshan todavía no se ha logrado valorar suficientemente, por ejemplo, la influencia lingüística suya suele ser ignorada. La investigación sistemática sobre la cultura culinaria de Zhongshan en el Barrio Chino de Lima y el estudio comparativo entre dos barrios chinos en una cultura culinaria barrial en Lima y La Habana tienen hasta el momento un escaso desarrollo, lo que evidencia la falta de conciencia sobre este aspecto tan vital de la cultura popular.

Inmediatos derroteros de esta línea investigativa, exige determinar contrastes de influencias de Zhongshan en el Barrio Chino de Lima y en el Barrio Chino de La Habana en materia de la cultura culinaria.

Bibliografía

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Anexo 1 mapa del Barrio Chino de Lima y de Zhongshan  

 

Ubicación del Barrio Chino en Lima

Mapa del Barrio Chino de Lima

 

Ubicación de Zhongshan en Cantón

Mapa de la Ciudad de Zhongshan

Mapa de la cultura culinaria de Zhongshan

 

Anexo 2 Presentación de Zheng Zaoru

Zheng Zaoru, también conocido como Zheng Yuxuan, viene del Pueblo Haotou de la Ciudad de Xiangshan (actual Ciudad de Zhongshan). En el año 1851, se convirtió en un exitoso candidato en la examinación imperial en el nivel provincial. En 1854, fue nombrado el jefe del secretariado del gabinete por sus esfuerzos por reprimir una rebelión. Más tarde, consiguió el reconocimiento de Zeng Guofan y Li Hongzhang (famosos políticos chinos a finales de la Dinastía Qing) y empezó a contactar con los asuntos exteriores. En 1869, fue nombrado presidente del Buró General del Manufactura y Maquinaria de Jiangnan y se encargó de suprevisar la fabricación de las armas, máquinas y barcos. En 1881, fue destinado a misión diplomática a Estados Unidos, España y Perú. En el último país, creó la Sociedad Central de Beneficencia China del Perú, la cual se encargaba desde 1882 de brindar diverso apoyo solidario a los miembros de la colonia china peruana.

Anexo 3 Elementos chinos en el Barrio Chino de Lima

En 1850, los inmigrantes chinos empezaron a agruparse en el área alrededor del Mercado Central, luego llamado La Concepción. Durante el periodo colonial español, el área era conocida como Calle Capón, porque era la locación del mercado para cochinos castrados.

La consolidación de una comunidad étnica china fue estimulada por la presencia, desde 1860, de muchas casas comerciales establecidas por las compañías importadoras chinas de Hong Kong y California. Estas incluyeron la Wing Fat Co., la Wo Chong Co., o la Wing On Chong Co. Comercios pequeños ofrecieron servicios a la población china, por ejemplo, lavado, zapatería, restaurantes y bodegas. Dentro de muy corto tiempo los inmigrantes chinos habían establecido gran cantidad de sociedad de beneficencia y templos, siempre de acuerdo con el lugar de origen. Por ejemplo, la Asociación de Ku Kong Chao fue establecida en 1868 por inmigrantes de zona rural de Cantón, la Sociedad Pun Yui por inmigrantes cantoneses en 1887, y la Sociedad Tung Sing en 1898 por inmigrantes de Hakka.

Los valores idénticos pueden verse en la religión, culinaria y lengua de los inmigrantes chinos. El Barrio Chino tiene un origen de ingredientes chinos y un cubo de cocina china. Lima cuenta con más de 6000 restaurantes chinos, llamados “chifas”. Algunos de los más renombrados y venerables están en el Barrio Chino. El San Joy Lao, por ejemplo, fue el primero establecido antes de 1920. Entre otros chifas notables en el barrio figuran el Salón China, Wa Lok, y Sala Capón. En Barrio Chino también hay varios templos y oráculos, como el oráculo de Guangong, donde se le rinde culto a la deidad protectora de los negocios, el hogar, y la justicia.

Este oráculo se trata del templo taoísta más conocido y frecuentado por los limeños, perteneciente a la sociedad Tung Sing, que es el más antiguo de Sudamérica (1868). Aquí también se ve el antiguo oráculo del I-Ching a la manera tradicional. Varios periódicos en chino son basados aquí. La Voz de la Colonia Chinaes publicado cada martes, miércoles, viernes y sábado. Ch’iao Paoes publicado tres veces a la semana y circulado a otras ciudades peruanas. Man Chin Po, el periódico en chino más antiguo de América, publicado cada miércoles y sábado desde 1911, pero terminó su publicación en 2002.

[1]La sartén de fondo redondo versátil originaria de la región de Cantón

[2]Un tipo de aceite picante

[3]Los restaurantes chinos. Para los especialistas, el Chifa es el producto de una calmada fusión entre la cocina de inmigrantes chinos y la cocina criolla formada a partir de ingredientes originarios del Perú y aquellos traídos por los conquistadores españoles al Perú luego del siglo XVI.

[4] Actividad cultural celebrada desde 1985 por el Buró de Asuntos Exteriores de Zhongshan. Se celebra cada año en la Ciudad de Zhongshan para que los adolescentes de origen chino conozcan la casa natal de SunYatsen, la historia migratoria y la cultura de su pueblo natal.

 

Xu Yuheng (Manolo) estudiante de la Maestría en Estudios Lingüísticos del Español como Lengua Extranjera. Facultad de Español para no Hispanohablantes, Universidad de La Habana.

Tutor: Dr. Avelino Víctor Couceiro Rodríguez, Profesor Titular de la Universidad de La Habana.

 

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