Solo una añoranza ella mantenía
que llamaba al romance simple angelical,
decía de besos sensuales y abrazos,
de tibias caricias del saber amar
de trémulos labios y bocas ansiosas
y sábanas blancas en cálidas noches
de franco temblar…
Unas manos recias y un pecho soñado
y brazos enormes y en su plenitud
palabras amantes y promesas dadas
le dieron confianza y decidió decir… SI
Vislumbraba el rostro del amor lejano,
al fin ya sus ruegos le oyeron decir;
“…como no quererte tanto bienamado,
si solo pensarte me hace feliz…”
Entre dudas vanas que logra la distancia,
y la piel lejana que le pone a mil,
descubre sus ganas, tristes postergadas,
y sonríe perpleja ante su sentir.
- “No se cómo hacer que me sientas aunada,
no se contagiarte mi ansiedad de ti,
quiero liberarte de esas tus palabras,
y a la vez asirte y no dejarte ir”.
- “Pero si tenerte significa yugos
y herida mi alma el dejarte ir,
prefiero mi cielo que el tiempo se encargue,
y que el destino escrito NOS AMARRE AL FIN”. |