Un albañil
Ana Amorós

Despunta la madrugada
y ya está en pié.
Así el sol se anuncie
o el frío cale los huesos,
las manos callosas,
las manos sabias,
que irán moldeando
paredes y sueños.
El paso lento,
la voz ronca,
se antepone al frío,
nada le importa
si con su esfuerzo
asegura el pan 
y vuelve a su casa
sabiéndose fuerte,
sintiéndose libre...

Ana Amorós

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