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Ayer nos unió el amor,
el de la edad en que todo se da sin pedir nada.
Una sonrisa dulce,
una mirada tierna
un balbuceo de palabras
suaves, dulces, apasionadas...
las pequeñas y grandes
asperezas del camino.
La sensación de creernos únicos
expedicionarios de la vida
e ir descubriendo
día a día
nuevos horizontes,
ciudades y playas.
La alegría suprema
de engendrar un hijo
y tejer para ella
miles de esperanzas,
ilusiones y sueños...
El dolor indescriptible
frente a su partida....
Hoy...continuamos el camino
por senderos diferentes
ya no es tu primavera
la que me despierta
en las mañana.
Ya no es mi geografía
la que tu velero busca por las noches
tres nuevos brotes
han nacido de tu roble
y en mi rosal
tres pimpollos nuevos
Pero aun así ...
de vez en cuándo
un sabor agridulce
me llena la garganta
y unas lágrimas inoportunas
me nublan la visión
entonces me pregunto
¿por qué?
Nadie contesta. |
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