Un rayo de sol se cuela por la rendija del alma
-con intrépida arrogancia y elegancia desmedida-
despabilando de a poco junto al castrado silencio
el somnoliento secreto de una ilusión reprimida.
Con un gorjeo estridente se desperezan los montes.
Florece el campo de sueños con pretensión renovada
y arde la piel de los pastos descongelando la escarcha
mientas el viento en suspiros retumba en la madrugada.
El horizonte sangrante que se desgrana en colores
tiñe de mágico encanto la ilusión aletargada
y en desprolijo desbande se desparraman las sombras
heridas por los destellos de la indómita alborada.
Un rayo de sol se cuela por la rendija del alma
despabilando el secreto de una ilusión olvidada
que sacudidas por fuertes ramalazos de esperanza
se despierta y se levanta como nunca deslumbrada.
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