El arte en la comunicación |
Presento primero el caso de José porque el mismo implica un cambio de conceptuación que creo necesario plantear y explicar desde el comienzo. Estábamos
en pleno gobierno democrático y en la Universidad, Risieri Frondizi
ensayaba ideas y planteaba iniciativas que se demostraron
no sólo prácticas sino también pioneras.
Una
de ellas, crear para los ya adolescentes repetidores que habían tenido
trastornos de conducta más o menos graves, cátedras especiales a cargo
de maestros que ofrecían al alumno, oportunidades, posibilidades, de
actividad normalmente fuera de curricula en una primaria y que eran artísticas:
coros, conjuntos musicales, artesanías, pintura…cuanto tendiera a la
creatividad y trabajo en equipo. No necesito destacar los fines
perseguidos, sí, el éxito alcanzado.
José se reintegraba a la escolaridad con un marcado tartamudeo que lo aislaba más que su propio carácter.
Venía
de robos pequeños pero reiterados y algún encontronazo con la policía,
vivía con su madre y un hermano en una sola habitación donde la madre
ejercía la prostitución. Tenía entre 13 y 14 años, es decir estaba en
el límite para la escolaridad primaria.
Se
mantenía aparte de todo, callado, no participaba, se diría que ni atendía.
Un
día, entra la Directora y dirigiéndose a la maestra le entrega un bombo
que terminaban de donar. La maestra vio la mirada de José y dirigiéndose
a él, le entrega el bombo pidiéndole que “se lo cuide”. Bien, José
no lo tomó, lo abrazó y a partir de allí, además de volver loco a todo
el mundo con sus ensayos de bombista, no se separó de él y pasó poco a
poco, a formar parte del conjunto de música folklórica ya formado, más
poco a poco hizo como los demás y cantó…Para fin de año, no sólo
participó en la fiesta final, sino que había dominado y/o perdido su
tartamudeo.
Ahora
bien, su amor al bombo se extendió a la comprensión de la maestra, pero
a ella, la probó. Un día se aparece en la casa particular de la “señorita”.
Ella no supo nunca cómo fue que consiguió su dirección, probablemente
alguna vez la siguió y le pide un préstamo de dinero. La maestra duda,
piensa, si le doy dinero y no me lo devuelve, retrocedemos al principio,
pero ¿ cómo me lo va a devolver si no tiene ingresos ¿ puede ser que lo
impulse a robar nuevamente…todo esto a la velocidad que implicaba un
rostro pendiente de sus reacciones, gestos una mirada que la conocía
porque llevaban viéndose diariamente casi un año…
Se
decidió y muy seriamente, tratándolo a nivel de adulto responsable, le
presta el dinero, pero le hace un plan de pago, exponiéndole las
dificultades que tendría y las formas en que podía salir adelante con el
asunto.
Bien,
no sabemos si José volvió a robar algo ese año, pero sí que devolvió
hasta el último centavo en la forma convenida.
Ahora
el punto es este. Por motivos conocidos este proceso se interrumpió, no sólo
el educativo sino el del Gobierno en general, pero aunque hubiera
continuado ¿adónde devolvíamos a José?. A la sociedad, ambiente y
circunstancias que lo habían condicionado y llevado a la delincuencia y
desajuste a tan temprana edad?. Y ahí es donde las cosas me definieron.
En los ejemplos que expondré a continuación, ruego que se tenga muy
claro que si bien no lo hacíamos entonces, tenemos hoy por hoy muy claro
que el mensaje educativo y liberador es trasmitirles que a esa sociedad
hay que cambiarla y que si permiten que se los retroceda a las mismas
circunstancias, seguramente perderán la batalla. Miguel: Centro
de Día en terrenos ferroviarios de la estación Victoria. Año 2001-2002.
Se daba de comer al mediodía, podían usarse baños, había ayuda
escolar, deportes, etc… y el Proyecto Arco Iris, una revista que vendían
estos adolescentes en los trenes y estaciones.
Yo
trabajé en este último proyecto. En mi primer contacto con Miguel, él
estaba drogado o bajo efectos residuales de alguna droga porque su
labilidad general le impedía quedarse quieto, concentrarse…no obstante,
hicimos contacto y yo me preguntaba qué podía ofrecer como “gancho”,
cuando supe que era salteño.
Miguel
tenía unos 18 años y según este primer intercambio, no había ido más
que hasta segundo grado y ni leía ni escribía.
2do.
Encuentro: viene con su novia. No está drogado. Pongo “ Guitarra de
Medianoche “ y les entrego la letra para que me ayuden a rellenar
algunos espacios-palabras-frases que yo no he entendido bien y se me
perdieron. Ambos los aceptan y lo hace con lo que queda demostrado para mí
que, segundo grado o no, Miguel leía y escribía correctamente. No hago
hincapié, sí en el hecho de que les encantó tanto música como letra,
siguiendo por ese camino abierto y fácil pregunto: ¿ y qué te gustó más
¿ qué verso elegirías? “ y eso de morir no se muere nunca/ vivir, es
eso la ley del hombre”. Como yo veía esto bastante metafísico
pregunto: ¿ y por qué? “ Claro, morirse es fácil ( claro que sí,
para ellos es fácil, de hecho a él lo mataron en ese mismo año ), vivir
es lo difícil.
No
necesito explicar esto, deslumbrante desde un punto de vista, clara
interpretación de realidad, circunstancias y vida y medida de una
inteligencia rápida, que no se engañaba y tenía una enorme capacidad de
improvisación, psicología, resiliencia y dolor, además de demostrarme
que tanto rebeldía como liderazgo eran casi naturales en él. Su novia,
algo mayor en edad, lo apoyaba y miraba embobada.
Miguel
no dejó de asistir cada vez que le fue posible a estos encuentros, pero
tampoco fue aceptado en el programa Arco Iris que exigía cumplir con
requisitos que no quiso o no pudo aceptar. A los pocos meses, después de
sufrir la muerte de dos de sus hermanitos en un accidente (uno de ellos,
su preferido) huyendo de la policía en la estación Olivos que por lo que
sabemos lo perseguía más por su aspecto – morocho de pelo largo y
vestimenta desprolija - un día de lluvia. Miguel saltó la vías en lugar
de usar el paso a nivel, en plena carrera resbaló y cayó sobre el tercer
riel electrocutándose.
La
conmovedora solidaridad de los compañeros del Centro, no hizo más que
reflejar la influencia que tuviera sobre ellos esta desgarrante manera de
encarar la realidad vivida por todos y esa
identificación que los llevó, a más de uno, a nombrar a sus
hijos como el amigo muerto. Juan Antonio: Le
decían Cirilo por el personaje de Jacinta Pichimahuida, lo cual nos dice
que era mulato, bastante
desfachatado, buen mozo, enamoradizo y buen coplero. Características que
junto con su inteligencia, la de toda la familia a decir verdad, estaban
también la hermana y el hermano menor, decía de hogar y contención,
además de herencia y medio ambiente: su padre era un uruguayo de
Tacuarembó, lamentablemente alcohólico en el tiempo que conocí y traté
a los chicos.
Por
qué elijo a Juan Antonio entre sus hermanos para este muestreo: lo
considero típico para explicar otra forma de la creatividad en esos
ganchos de comunicación que la establecen, favorecen, despiertan y hacen
crecer a los involucrados.
Tomo
algunos de los momentos que me guiaron a mí. Estábamos en rueda
intercambiando, entra una muy linda chica que no asistía a nuestro
proyecto y él se distrae, le dice algo y luego me pasa un papelito con
“ Zolezzi, no lo lea en voz alta “. Decía: te quiero/ te adoro/ yo
soy tu pirata/ tú eres mi tesoro”. Siempre por lo bajo, estaba junto a
mí, contesto: Mirá, te quiero, te adoro, lo dice cualquiera, pero esa
imagen del pirata es original y hermosa, seguí por ahí, a Deborah le va
a gustar…Casi de inmediato me devuelve: Te quiero/ te adoro/ yo soy tu
pirata/ tú eres mi tesoro/ si por ser pirata/ yo debo robar/ robaré tu
corazón/ para poderte amar”.
Por
supuesto, el poema se publicó en la revista y él estuvo pavoneándose
una temporadita, pero y esto es lo típico: tenía facilidad para la
versificación, no era ajeno a otra cualidades poéticas como sensibilidad
y una ruda delicadeza, no obstante, no le interesaba escribir. Se
enorgullecía también de otros logros ( no sólo él, es ejemplo típico
que representa en reacciones
y formas, lo que sucedió con casi todos los del grupo ) por ejemplo,
vender más número de revistas que sus compañeros. Con el tiempo y
siempre con la provocación de detonantes creativos variados, fuimos a
parar a un Atlas que llevé para ilustrar algo y ahí sí, como nuestro
amigo del bombo, Juan Antonio se enamoró. Buscaba con su dedo,
preguntaba, hasta llegó a provocarme con tal de usar ese Atlas…por
supuesto, quedó en sus manos “ para que lo estudiara o cuidara o viera
y me atrevo a decir por el final de esta historia, soñara “. Como su
hermana quedó con los poemas de amor de Neruda y me lo solía recitar
luego de memoria, y así… Abrevio:
Juan Antonio un buen día, se fue, viajó, a dedo por supuesto, y llegó
hasta nuestro sur donde trabajó por meses hasta que decidió volver,
siempre por cuestión de afectos y responsabilidad para con los suyos:
esta vez incluía a D. que, aunque se había casado con otro de los
chicos, esperaba su primer bebé y lo quería de padrino.
Por
que tan positivo este viaje?. Le permitió salirse de una fuerte
influencia si bien por el lado del cariño muy positiva del padre, por el
lado del alcohol, destructiva. Cuando comenzamos ni aceptaba el hecho de
que el alcohol lo cambiaba y ya era en él una fuerte adicción. En la
etapa que viajó su actitud había cambiado al respecto y sabía que tenía
allí un problema, aceptaba el hecho. Segundo: lo afirmó sobre sus pies.
Daba gusto oirlo relatar y “enseñar” a los otros, como había que
hacer para que se detuvieran los camioneros, adonde había que apostarse,
etc…Tomara o no en forma definitiva esa forma de manejarse y construir
un futuro, supo y trasmitió eso a los demás, que era posible hacerlo
que para ellos era posible hacerlo. He
tenido siempre como guía inicial en estos intentos, lo que expone magníficamente
el Cardenal José María Marini en su Carta Pastoral-libro, “ La Orla
del Manto “, aunque la tarea sea grupal y a veces por lo menos en las
iniciaciones, de mucha cantidad de personas, la comunicación debe ser
siempre un yo y un tú, un ir y venir que nos implique en totalidad,
porque – y ahí está la importancia de lo artístico en el juego –
cada palabra, gesto, música, mapa, color, diseño, canto…-es creación
en lo inédito del instante y el espíritu humano. ALGUNAS REFERENCIAS
GENERALES. Paulo
Freire, la experiencia de Barbiana en Italia
“ Cartas a una Profesora “ el libro de nuestro maestro rural de
escuela unitaria, Iglesias y mi propia escuela primaria que contó con
maestras llamadas “ las nietas de Sarmiento”porque habían sido
alumnas de Cecilia Borja y ella de las maestras que trajo Sarmiento al país
y otros “de facultad”, han sido mis fuentes. Pero voy a detallar a
través de un ejemplo del Cardenal Carlos María Martini, ex - arzobispo
de Milán, lúcido analista de estos temas de comunicación y tomo de “
La Orla del Manto”, una de sus cartas pastorales, el ejemplo de la mujer
que entre la abigarrada multitud que rodeaba a Jesús, toca la orla de su
manto.
Dice
Cristo: ¿Quién me ha tocado?. Y responde uno de los discípulos:
Maestro, la multitud te aprieta por todos lados y te estruja y tú
preguntas quién te ha tocado?.
Jesús
insiste: He sentido salir fuerza de mí.
Entonces
la mujer se adelanta, dice su enfermedad de muchos años y explica que se
ha acercado confiada, pensando: “Si logro tocar siquiera la orla de su
manto, quedaré curada”. (cf Mc 5,25-34; Lc 8, 42-48. Y
el autor analiza este pasaje desde tres enfoques:
La masa, la persona y la
comunicación.
La
masa: esa turba anónima que se arremolina en torno a Jesús.
Muchos
lo tocan pero no sucede nada. No hay intencionalidad siquiera. Nadie se
distingue. Nadie aparece con su rostro y un deseo propio en ese contacto.
Es
la imagen de las masas que se califican como usuarios pasivos, simplemente
receptores, sin participación.
Pero
entre esa masa comienza a emerger esa mujer, una persona. Tiene un
proyecto, una voluntad precisa, lo toca para algo, quiere
comunicarse con él, necesita algo de él.
Apoyada
en una gran fe, es esa fe indispensable, vive un fuerte proceso de
personalización y entra en contacto auténtico.
Esto
ha tenido lugar a través de la comunicación: proyecto, solicitud,
fe de ella y respuesta de Jesús.
Pero
a diferencia de otras ocasiones relatadas por los Evangelios en que la
comunicación es directa ( Jesús habla, ordena, toca ), aquí la orla del
manto, deshilachado y polvoriento, basta para establecer la posibilidad
del encuentro (los medios, nuestros diferentes métodos y, entre ellos,
todas las ramas del arte)
Resalto
que quien toma la iniciativa es la mujer ( alumno no maestro, si en esto
de la comunicación podemos señalar alumnos y maestros). Es decir, debe
existir ese fuerte deseo en el otro, suscitar aquello que los lleve a
volcarse poco o mucho hacia fuera en un contacto humano personal
imprescindible, fundamental.
Hay
en la comunicación un valor intrínseco que yo fundamento en el amor. La
comunicación establece entre los seres humanos relaciones de solidaridad.
Ese
impulso inicial de coraje y generosidad que implica ir hacia el otro, no
debe perderse, porque aquí como en todo de nuestra compleja realidad
cotidiana sumida en contradicciones, surrealismo y caos, la brújula que
oriente debe ser: “ No es cuestión de apagar la luz, sino de encender la noche “. Con lo cual señalo otra característica importante: lo simbólico, sobre todo en la abstracta expresión verbal, que lleva a aunar diferencias en pos de objetivos comunes y alcanzables. |
Graciela Zolezzi Faure.
Presentado y leído en Congresos.
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