Seminario I.
3 - Segundo Congreso Europeo del CEISAL |
Introducción
al seminario ¿Por
qué les he convocado a esta reunión, y por qué
Ustedes han aceptado este desafío?
Pensé que era oportuno motivar un encuentro aquí, en el seno de
la Unión Europea y, más particular, en lo que fuera la Alemania Oriental
del bloque soviético, en Halle. Halle
es un lugar que geográficamente, pero también cultural y políticamente
hablando, está a la vez cerca y lejos de los principales centros
mundiales de dominación económica e ideológica del capitalismo. Todo lo
anterior se refleja, sin duda y de lleno, en la composición interna de
este Segundo Congreso Europeo. Nosotras las académicas mujeres, hemos
aportado esta vez y en su conjunto, cinco seminarios de temas específicos,
más una gran plétora de participantes y asistentes. Han sido también en
su enorme mayoría mujeres europeas a quienes hemos visto proveer con el
trabajo 'sucio',' doméstico,' el más duro y tal vez menos gratificante,
de las inscripciones, excursiones, quejas, cambios de dinero, detalles del
alojamiento, pago, y mucho más. Quisiera por ello citar, solo a guisa de
ejemplo, el aporte efectuado por la Dra. Susanne Schultz y las estudiantes
Eva e Irina, a la rutina diaria de este evento. En
resumen, asistimos en Halle a una situación similar y/o tan sólo
marginalmente mejor, que la que observamos en el Primer Congreso de este
tipo, dos años atrás, en Salamanca. Allí, en donde las mujeres casi
brillaron por su ausencia en puestos de responsabilidad, abundaban sin
embargo en los de apoyo. Entonces, en cambio, hubo apenas un solo
seminario de temas genéricos, el de Mujer
y desarrollo.
Pero
vayamos ahora al grano. Intento a continuación plantearles el tema de mi
presente investigación y enriquecer su contenido y proyección futuros a
resultado del debate que llevaremos adelante aquí en los próximos dos días.
He seleccionado para esta discusión, como pronto habrán de comprobarlo,
temas de candente actualidad y que comprometen en especial nuestra atención
en razón de nuestra respectiva pertenencia biológica sexual, y el
condicionamiento cultural construido en base a ella, lo que nos adscribe
como miembros, básicamente, de uno de los dos más grandes géneros
sociales, el femenino y el masculino.
Aquello que nos condiciona a ser mujeres u hombres,
respectivamente. Tal
vez la mayoría de los que estamos en esta sala, en donde claramente
predominan los miembros del género femenino, nos sintamos también un
poco mas allá de aquel otro condicionamiento primario de nuestra
existencia: el otorgado por el lugar adonde nacemos y por nuestra
ascendencia Es que por suelo
y/o por sangre hemos adquirido al nacer, casi todos los expositores de
este seminario, una nacionalidad latinoamericana. Sin embargo, por otras
razones político-sociales, a algunas de nosotras aquel continente nuestro
nos ha expulsado, y nos ha desenraizado, y por ello estamos hoy más
cercanas a ser, o por lo menos a así sentirlo, ciudadanas del mundo. Somos,
en otras palabras, víctimas y cómplices de las modernas leyes de población
del sistema capitalista. Pero: ¿tenemos acaso claro cómo asumir esa
nueva ciudadanía global, una que se recrea en el proceso mismo de su
creación? ¿Qué tenemos en
común las mujeres latinoamericanas reunidas en esta sala, por ejemplo? ¿
Qué tiene en común alguien que ha nacido hembra en Argentina en la
segunda década del siglo XX, como Eva Duarte, en 1919, con el que nació
allí macho en los 30, como el Che Guevara, y/o con quién se reconociera
lesbiana en el Buenos Aires de los años 60, o que en los 90s en la ciudad
de Salta? ¿Qué
ganamos y cuáles serán las pérdidas en el terreno de lo todavía
'nacional' en cada una de nosotras, a raíz de las permanentes diásporas
que pueblan y despueblan a nuestro continente? Porque nosotras, en cuanto
mujeres y por ende sometidas por siglos a la subordinación social genérica,
tenemos eso en común: consciente o inconscientemente, somos todas víctimas
de diferentes situaciones de dominación social. Por eso mismo, algunas de
entre nosotras, cuando conscientes de ello, nos autotitulamos investigadoras
feministas y tendemos a abrirnos un espacio que la sociedad no nos
ofrece; nuestro propósito colectivo es, en ese caso, y a un alto nivel de
abstracción, bregar por romper con los límites sociales que nos amputan.
Para ello, nos inspiramos a veces, como en mi caso, en seminales trabajos
del pensamiento europeo tales como son los de Carlos Marx y Federico
Engels, Simone de Beauvoir y Jean Paul Sartre, y Michel Foucalt y Joan
Smith, Kate Young y Maxine Molineux.
No
obstante lo anterior, es decir, aunque predomina entre los expositores un
enfoque nuevo y vivificante, explícitamente feminista en la mayoría de
los casos, ninguna de las ponencias que escucharemos hoy y mañana propone
reemplazar las cadenas por la uniformidad, sino más bien, postulan todo
lo contrario. Es
decir, propician modelos interpretativos que se reintentan a ayudar a
evolucionar a todos los seres humanos y a alcanzar la plenitud de sus
potencialidades, sin las trabas que hoy nos aíslan y atomizan nuestros
esfuerzos. Ojalá
que podamos cada vez más, entonces, presionar con más fuerza y juntas,
en la prosecución de nuestros derechos específicos, aquellos que algunas
llamamos 'derechos humanos de
las mujeres'1
, y que que nos asisten en teoría a todas por igual, en cuanto que somos
parte de la especie humana, pero que queremos ver hechos realidad, aquí
en Europa y en todo el resto del mundo, porque muchos de ellos no se
respetan. El
rol de la academia en el cambio social a nivel global En
cuanto trabajadoras del sector académico, debemos y podemos contribuir de
lleno a ese cambio. Y como ciudadanas o ciudadanos del mundo, podemos
todos beber de la perspectiva otorgada por nuestra América Latina,
aquella en la que soñaron Juana de la Cruz y Simón Bolívar, Ernesto
Guevara y Eva Perón, Solanas y Getino, Roberto Fernández Retamar y
Matilde Landetta, María Luisa Bemberg y Chico Buarque de Holanda, Paulo
Freire y Alfonsina Storni, Mercedes Sosa y Víctor Jara, entre tantas
otras y otros. Podemos ayudar a la formación de una nueva toma de
conciencia. Hay
que recordar también que, el rol de consumidoras, somos agentes activas
de un mercado crecientemente estandardizado, al mismo tiempo que somos
crecientemente espectadoras, aunque luchemos por ser actoras, de un
panorama cultural crecientemente uniformado. Pero
estamos reunidos hoy, asistiendo y creando aquella continuidad cultural a
la que le otorga forma la intercontinentalidad del tango, el que triunfó
otra vez en Europa en septiembre de 1998, con cortes canyengues y
producido por un sexteto holandés que toca la música producida en el
exilio parisino por Astor Piazzola, en el Festival Internacional de
Edinburgo, una de las actuales capitales culturales del mundo. Somos
todas, como ese tango, descendientes de los esclavos africanos y por eso
bailamos con los ritmos universales del jazz del nordestino Hermeto
Pascoal. Y cuando cantamos, lo hacemos con la voz y la esperanza y la
fuerza de Atahualpa Yupanqui y Tita Merello, con la sabiduría de Isabel
Parra o la emoción de Chabela Vargas, la alegría de Celia Cruz o la
picardía de Mercedes Simone, guiñando de reojo al naturalizado Carlos
Gardel. Venimos pues, de mujeres y hombres de una profusión de razas,
divididos en clases sociales y muchas veces perseguidos por sus
preferencias sexuales, políticas y/o religiosas, que labraron para
nosotros aquel pasado colectivo, cuya memoria no nos cansamos de explorar.
Reclamamos
entonces para nuestro trabajo aquella identidad cultural que es fruto del
cautiverio de los habitantes nativos de América latina, y mezcla rara de
crueldad y poesía. Aquella que bebimos también de nuestros antepasados
europeos y asiáticos, porque no negamos tampoco el ancestro cultural que
nos legaran los sefaraditas y los ezquenazis, el castellano de Guillén o
el de Alejo Carpentier, el antillano de Fanon y el portugués de Jorge
Amado o de Benedita da Silva. Somos todos hijas e hijos de Calibán,2
y de una dimensión de la injusticia que hemos bebido de la copa de la
verdad con padres, maestros y compañeros de ruta, nuestros alumnos
desaparecidos, torturados y muertos, nuestros hijos mutilados, nuestras
hermanas violadas: estamos en Europa para decirle al resto del mundo 'quiénes
somos' en este planeta, para explicar cómo nos vemos y también cómo
reclamamos que se nos vea. Para
eso nos hemos convocado aquí, y con alegría celebro hoy el arribo a
Halle, centro de cultura europea. Vinimos a inspirarnos en los diseños de
los Kaliskies de esta parte del mundo, a jugar en sus pattern noster 3
pero tropezamos con un nuevo MacDonald. Observamos con cierta desesperanza
el efecto de la superposición de un nuevo modo de producir ganancias
capitalistas sobre una infraestructura que significó hasta hace menos de
diez años empleo para todos, y asistimos al espectáculo un tanto gris de
una Alemania adonde todavía el uso del trasporte colectivo y público es
la norma, pero que ya no no lo usa tanta gente, debido al creciente número
de población desocupada, cercana al 20% de la población local, tal vez
el porcentaje de desempleo más alto de la neo Alemania unificada. Aquí
todavía se puede ver lo accesible que fue la vivienda universitaria en
una sociedad del 'socialismo real', y el gran peso de una burocracia en la
que no se necesita aún el inglés para establecer relaciones humanas o
económicas, como en el oeste, o en Japón y en China. Aquí, donde casi
por milagro, la gente local sabe más palabras en español que en inglés.
¿ Paraíso perdido o el iceberg de una villa robótica, 'global?
Ante
esta Europa, no nos avergonzamos de usar sólo plumas, como nos imaginan
muchos europeos a los que venimos de América latina y de El Caribe, pero
no por ello vamos a adoptar aquí conducta de avestruces o de cacatúas,
como muchas veces se acostumbra en reuniones académicas. Vengo hoy desde
un lugar muy alejado de mi llanura litoral argentina, Londres, y si les he
extendido esta invitación porque me he propuesto invadir terrenos y
ayudar a imprimir nuestro sello en el mapa cultural de este continente
europeo del que ahora soy ciudadana, y en el que todo está esperando para
ser cambiado, ojalá para mejor, mientras a nivel monetario su extensión
se expande rápidamente. Las mujeres no podemos quedarnos contemplando:
hay también mucho que beber de estas culturas europeas. Al
igual que Las Malvinas, sigo manteniendo el doble estado de poseer la
nacionalidad argentina y encima de ella la que le agregaron, la británica.
Como ciudadana europea, por tanto, producto híbrido de los tiempos que
corren, decía, me golpea directamente la división de Chipre, o de
Irlanda, o en las cortes españolas que juzgan a los principales
criminales políticos, responsables de las dictaduras de Argentina y Chile
habidas entre 1973 y 1990; estoy ello empeñada en ayudar a conformar en
esta parte del mundo adonde vivo ahora una nueva identidad cultural sin
fronteras. Una tarea que por definición debe ser colectiva. Una
cultura que se va expandiendo, una que quiere dejar atrás para siempre el
pasado colonialista e imperialista que aún abruma. Como científica
social, no tengo un pasado teórico muy rico al que añorar o del cual
hacer acto de fe o arrepentirme; no estoy por ello ni tan desconsolada ni
tan pesimista como algunos de los colegas que nos precedieran en las
discusiones, el día de la apertura del congreso.4
Hay
quienes se quejarán en sus foros de que ahora se carece de aquellos
marcos de interpretación que les ayudaban en el pasado. No
es nuestro problema, afortunadamente: aquellos autores tan acuciosamente
reseñados en la charla inaugural no se ocupaban de los problemas, de los
espacios, de los trabajos, de la existencia, en suma, de la mitad de la
población del continente, que me incluía. Así ocurre si se piensa en términos
genéricos. Si a ello se le suman otras diferencias en razón de la
etnicidad y de la preferencia sexual, resulta que la enorme mayoría de la
población quedaba en realidad automáticamente excluida del análisis
efectuado por los más famosos cientistas sociales y latinoamericanistas,
de los mejor conocidos. Aún aquellos que hacían un análisis de clase, y
declaraban que ellos sí se ocupaban de la realidad de las grandes mayorías,
sabemos ahora que en última instancia preferenciaban sólo ciertos grupos
y estratos de clase. No
podemos renunciar, por tanto, a ninguna gran herencia metodológica,
porque no tenemos mucho a qué renunciar excepto a los grandes modelos
interpretativos de los clásicos de la Economía Política o de la Filosofía
Existencialista, que además, tampoco llegaron a aplicar sus teorías a la
comprensión de nuestros casos. Pero tampoco deberíamos limitar nuestro
horizonte académico asumiendo, apresuradamente ciertos nuevos
esquematismos, aun aquellos que se auto rotulen
'feministas'. No caigamos en sus limitaciones. La
carencia de una herencia interpretativa coherente debe, creo, forzarnos a
aprender en cambio, de los errores deformantes que adquirimos al atravesar
las aulas de nuestras universidades. Es también un imperativo el procurar
no caer en nuevos elitismos de la ciencia creada por una minoría para la
interpretación de la realidad de sólo ciertos sectores y de los miembros
de las minorías dominantes y sus aliados fáciles: clases propietarias,
políticos corruptos, fabricantes de deseos artificiales, hombres
machistas, blancos, ladinos o negros; heterosexuales que imparten las
normas, y mujeres que coluden al acatarlas y usarlas en su provecho
personal. Toda
esa ímproba tarea nos espera. Este seminario se inscribe, pues, en la búsqueda
colectiva de una cultura nueva en que se nos trate, y en que trataremos a
todos, con el respeto que nace de la paridad. Ello necesita de pautas
investigativas que sepan asumir el hecho de que somos diferentes, de que
no hay tal cosa como 'la mujer de América Latina'; que admita que
exigimos un trato igualitario también para nuestros proyectos de
investigación, para nuestros seminarios, para nuestras publicaciones y en
próximos encuentros internacionales. Todo ello, en gran medida, dependerá
de personas como las que aquí estamos presentes. Colegas que piensan,
espero, que aunque fuera bonito que en el Congreso de apertura dos jóvenes
mujeres tocaran instrumentos musicales, no se justifica que la única
presencia femenina en dicha apertura quedara prácticamente circunscripta a eso.
No somos de aquellos grupos de mujeres que vino a Halle para ser
utilizadas casi como elementos decorativos en una 'noche cubana', o
aquellas auxiliares sin duda, y tal vez peor, acaso hasta super-explotadas
con respecto a los hombres en sus mismas funciones. Es decir, no vinimos a
adular al sistema capitalista, ni tampoco a hacernos eco de sus mediocres
transformaciones post-comunistas. Queremos cambios, pero para mejor.
Ejemplo
todo lo anterior casi increíble de lo mucho que nos tocará hacer en este
y en eventos futuros; erradicar también la concepción de que ser mujer
de otro color que blanca y vivir en el Caribe es básicamente, o sólo,
compatible con entretener, apareciendo en un espectáculo nocturno de este
congreso ligera de ropa, trabajando con sonidos delirantes y movimientos
corporales apetecidos solo por los cultores de la sexista cultura
dominante, aun cuando la piel mantenga debajo la misma textura del ser
hembra.5 Y
nos hemos reunido, por cierto, con gran esfuerzo, físico y financiero de
nuestra parte, porque nos anima la profunda convicción de que a la
injusticia hay que desenmascararla cualquiera sea su ropaje, y porque
también sabemos gozar, y mucho, de la peculiar oportunidad que producen
eventos internacionales como el presente. Reforzar los lazos es una tarea
prioritaria, y ahora tenemos además la ventaja de los sistemas electrónicos
que acortan las distancias. En
suma, estamos aquí porque, como dice la vieja zamba argentina, 'la vida
es dura si no se la vive con una ilusión': estamos aquí porque queremos
ocupar, invadiéndolo si es necesario, un lugar importante en la
construcción cultural del siglo XXI. En
lo personal, tengo la suerte de ser heredera de un pasado muy rico al que
soy fiel, que una no quiere olvidar, aunque fuera aquel tan duro y aunque
saliéramos parcialmente derrotados en nuestros ideales: en los sesenta y
setenta, cuando tratamos de hacer de Chile una sociedad más moderna y más
justa, mientras en Bolivia tratábamos de dispersar a las fuerzas
americanas que asediaban a Vietnam; testigo de varios golpes de golpe de
estado argentinos desde 1943 en adelante, fui víctima de dos de los
peores de este siglo: el de Pinochet y el de Videla. Muchos hombres- y
mujeres- pequeñitos se empecinan hoy en querer hacernos olvidar ese
pasado del que fuimos testigos, y de ello profitan en primer lugar los
fabricantes del horror, a los que en otro lugar he denominado los 'Supermachos'.6
Nos
reunimos tan lejos de nuestra tierra natal como resultado de que la
historia continental nos ha negado en cuanto mujeres tan sistemáticamente
un sitio propio en el quehacer del final del siglo XX, como a cientos de
miles de personas que han sido desplazadas, torturadas, desaparecidas.
Algunas volvemos a ser injustamente discriminadas en todas la esferas del
quehacer social en los nuevos países en los que ahora habitamos. Y ello a
pesar de que hemos luchado desde nuestra tierna infancia contra la condición
subalterna que nos imponen las sociedades existentes. Estamos
aquí porque- y mientras- la inversión multinacional viaja gratis y se
apodera de las riquezas de nuestras países de origen, manipula sus
democracias y drena su excedente económico. Esa aceleración en la
circulación del capital debe responderse también con una mayor velocidad
de producción de ideas y el uso de estrategias novedosas. Somos miembros
de la academia, pero mantenemos lazos permanentes con otros creadores o
difusores de cultura, lazos que son indispensables para estimular el diálogo.
Algunas
de entre nosotras nos conocimos ya en el seminario sobre 'Mujer y
desarrollo' del Primer Congreso Europeo de Latinomericanistas del CEISAL,
reunido en Salamanca en junio de 1995, al que ya me refiriera antes. O en
otras las Conferencias de la Society for Latin American Studies, de G.B.,
instancias internacionales muy estimulantes de la actividad creativa y que
ayudan a concretar propuestas de investigación
de proyección internacional. Esa presencia que inunda hoy esta sala, y
que es pues particularmente bienvenida ayudará sin duda a reforzar
nuestra práctica académica en el futuro. Gracias
a todas y a todos Ustedes, en suma y tal vez con distintos grados de
intensidad, sólo proporcional a vuestro esfuerzo en venir, como es el
caso de la distinguida crítica mexicana Patricia Torres San Martín, que
trajo consigo desde Guadalajara aquella maravilla que es la película de
la pionera del cine mudo latinoamericano, Adela Sequieros (Perlita), 'La
mujer de nadie'(1938). Doblemente agradecida en estos casos especiales,
por haber asistido a esta convocatoria. Racionalidad
de esta propuesta metodológica Con
mi ponencia sobre Eva y Diana quiero dejar abierto el debate,
estableciendo con ello nuestro marco metodológico de referencia básico.
Todas las demás que seguirán a la mía, espero les producirán, como me
ocurrió a mí al elegirlas, el placer del descubrimiento. No hemos de
juzgar su calidad acorde con cánones cuasi perimidos, aquellos demarcados
por los habitantes del Olimpo Latinoamericano- casi siempre, pero no
siempre, hombres. Patriarcas que hoy en día se sientan en los parlamentos
y hasta en la Presidencia de países que poseen la mitad o más de su
población sufriendo de la más abyecta pobreza.7
La
calidad se juzga en este caso por lo novedoso del tema, por su relevancia
política actual, por la originalidad expositiva y por la dificultad en
conseguir los datos básicos, así como por la destreza en el uso de métodos
multidisciplinarios y la incursión a través de áreas temáticas. Naturalmente
que en mayor medida unas que otras, todas las ponencias constituyen una
muestra de la riqueza del manantial que se produce hoy día en esta nueva
rama del conocimiento que son los estudios genéricos sobre América
Latina. Hay entre los autores que expondrán profesionales ya consagrados
en su disciplina y otros que se perfilan como prometedores estudiantes de
doctorado. Hay entre las expositoras de América Latina que se encuentran
aquí, académicas que se reconocen también, explícitamente, como
políticas, pero ninguna de nosotras reclama para sí el rótulo de 'Supermadre'.
8
O
sea, que hay en esta misma sala mujeres que hemos hecho y hacemos política
en América Latina en cuanto mujeres ('qua qomen') y muchas académicas que rechazamos
lo generalizante, necesariamente superficial, las munidas categorías
sobre las así llamadas 'mujeres de América Latina'.9
Me he ocupado de discutir críticamente conceptos vagos en varios
de mis trabajos recientes, y vuelvo a ello en esta ponencia no por simple
tozudez. Me explico. Evita, por ejemplo, distó mucho de ser la Supermadre,
como la definieran alguna vez Chaney y Jacquette, 10
y como tantos otros autores y estudiantes se han encargado de repetir acrílicamente
desde entonces. Muy
en corto, quisiera entonces dejar en claro que una serie de categorías
conceptuales por el estilo fueron construidas en universidades de elite en
USA, en un período histórico en que en nuestro continente, profesionales
y estudiantes, mujeres y hombres, hablábamos en las calles y en las aulas
en contra de los males de 'la Alianza por el Progreso' y las pifias del
desarrollismo, ya repudiábamos el supuesto equilibrio parsaniano mientras
la CIA estrechaba el cerco en torno al progreso, para aniquilarlo, como se
vio después. En
Cuba, entretanto, mujeres tales como Haideé Santamaría y otras muchas
pero anónimas, campesinas, proletarias, y
prostitutas, lo repudiaban al imperialismo americano en la práctica
cotidiana, desde sus respectivos puestos de combate: en las cocinas, en la
cárceles, en las escuelas, en la guerrilla, o en la cama. Poco tenían
ninguna de aquellas algo de 'supermadres', tampoco. Conceptos
como ése, como iba diciendo, fueron recibidos sin crítica al ser
transplantados a instituciones privadas tales como el Instituto di Tella,
con el apoyo financiero de la Fundación Ford, constituyendo por casi dos
décadas lo mejor de lo poco que existía sobre estos temas. 11
Algunas de estas mujeres fueron parte de aquella primera ola de autoras y académicas
que asistieron a la Conferencia de Mujeres de Naciones Unidas en México,
en 1975. Entonces estos dilemas estaban planteado con gran fuerza; de esa
palestra nos hemos mantenido siempre ausentes, porque a mi juicio la
autonomía política que es requisito ineludible para asegurarse
independencia académica, no pasa ni siquiera ahora, en mi opinión, por
conferencias de mujeres de Naciones Unidas, ni puede contar con generoso
apoyo económico de instituciones tradicionales si quiere ser
independiente. 12 Ese
año de 1975, vio también encumbrarse al poder formal a una mujer que fue
la primera Presidenta de Argentina y en toda la América Latina, o sea, a
la tercera esposa y flamante viuda del General Perón, Isabel; mientras
tanto, mujeres y hombres 'diferentes' recorríamos las calles de Argentina
como exilados internos de nuestro propio país; homosexuales y lesbianas
eran torturados, vejados y hasta muertos en la sombra y en el olvido en
dicho país.13 Fue
aquello sin duda el preámbulo de tácticas de terror que se fueron
extendiendo, con científica regularidad, desde entonces a otros países
de América Latina. Porque las multinacionales trabajaban ya a trabajar
con absoluta impunidad. Hoy las vemos empeñadas en ahondar las
diferencias raciales, y en crear nuevos prejuicios, para dividir aun más
al pueblo mexicano. Necesitan también tanto de un mercado homogéneo que
permita el abaratamiento producido por los costos de escala, como de otros
mercados en extremo sofisticados para las minorías privilegiadas, todo lo
cual se compadece solo con un único tipo de libertad: la libertad para
profitar sin limites. Nunca trabajan aisladas: en México, por ejemplo,
son ayudadas por 23 o más entrenadores provistos por los servicios de
seguridad israelita que están a cargo de los programas de exterminio de
culturas y personas en la zona de Chiapas.14
Las consecuencias que todo lo anterior acarrea para la vida de ciertas
mujeres, será analizado en especial en dos de las ponencias que siguen,
una referida a México y la otra a Brasil. Pero
volvamos a un punto básico: ¿quiénes somos las latinoamericanas? Como
dijimos al principio, somos en principio hembras nacidas en Latinoamérica.
Usada
como categoría conceptual, sin embargo, el concepto de 'mujeres
latinoamericanas' es estéril, pues describe una generalidad que en sí
misma no sirve para analizar nada, excepto que se la complejice haciendo
uso de indicadores tales como la clase, raza, etnicidad, estado civil, número
de hijos, religión, región y cultura, entre otros. Como lo probó
Domitila Barrios de Chungara, una india boliviana, madre de familia,
analfabeta y sindicalista, cuando en la Conferencia de la UN en 1975 se
paró y gritó: -"A ver, sisters, si me permiten hablar.", no
hay tal cosa como la hermandad de genero automática.15
Una ironía en la que ya no caen quienes se auto-permiten hablar.16 Otra
modesta práctica en tal dirección lo constituirá este seminario.
Nuestras ponencias abren y muestran un abanico de imágenes femeninas y
masculinas. Pero estamos conscientes de lo pionero de nuestros esfuerzos,
y no debemos olvidarnos tampoco, los pocos privilegiados que estamos aquí,
de aquellos millones y millones de mujeres que viven en carne propia las
consecuencias de la femenización de la pobreza, creadas por un nuevo
libertinaje del sistema de mercado competitivo, que ellas comparten con
sus hijos y que a veces también sus hombres comparten, como es el caso
del Movimiento de los sin Tierra (MST) en Brasil o los casos de México
analizados por Mathew Gutmann.17 Por
todo lo anterior hemos hecho propicio este gran evento europeo para
intercambiar ideas. Las ponencias que se presentarán hoy muestran, repito
aunque suene ingenuo, apenas algunos aspectos del gran espectáculo de la
diversidad de lo que es ser mujer en Latinoamérica, y ofrecen hasta donde
es posible una perspectiva histórica. No obstante, creo que las mismas
son un excelente muestra de hasta qué punto se tiende a mistificar la
realidad, y a normalizar las imágenes. En todo caso, y para terminar,
ofrecemos a continuación excelentes trabajos que constituyen un esfuerzo
por entender lo que en última instancia más nos interesa hoy. Porque
las mujeres no vivimos en un vacío: debemos por tanto analizar nuestra
relación con los otros géneros, como
también entre nosotras mismas. Los trabajos de este seminario
procuran todos, sin excepción, destruir imágenes estereotipadas y
algunos van mas allá, procurando reemplazarlas por nuevas
representaciones. Su diversidad no impide observar un objetivo común que
los anima: ayudar a construir el porvenir, aunque ésa no sea su única
originalidad, por cierto. Pasemos
ahora a los aspectos prácticos de este encuentro. Cada ponencia podrá
extenderse a lo sumo 20 minutos, y le seguirán 10 minutos de preguntas y
respuestas, también como máximo. Este es un tiempo feminista: por tanto, no se debería transgredir ni negociar. Se lo
debería saber compartir en igualdad. O ceder generosamente. Gracias
por anticipado: ojalá que la práctica en el uso del tiempo no nos
obligue a renunciar al avance cultural que ha significado su aceptación
generalizada en Europa. AGRADECIMIENTOS:
Este
seminario ha sido posible gracias al entusiasta apoyo que su coordinadora
recibió de parte de la Dra. Sylvia Chant, LSE, Presidenta de la Society
de SLAS. Su
desarrollo fue facilitado por el siguiente modesto aporte financiero: I)
beca de la SLAS para pagar la asistencia de una estudiante avanzada de
Ph.D, Patricia Montenegro; II) ayuda financiera de CEISAL para facilitar
el viaje de Patricia Torres San Martín; III) becas de la British Academy,
la GDR (Academia Alemana de
Investigación) y del Research Committee of the School of Humanities and
Cultural Stduies, Universidad de Middlesex para facilitar la inscripción,
el viaje y la estadía en un hogar universitario de la Dra. Marta Zabaleta.
Katerina
Emmanouilidou, una de mis más dilectas ex-alumnas de la materia de mi
creación, 'Culture, Gender and Society in Latin American', contribuyó
con la invaluable ayuda de sus estimulantes y siempre tan apreciados
comentarios a todo lo que antecede. Notas 1. Por ejemplo, Georgina Ashworth, Director of CHANGE, UK, desde 1979 en adelante. En el mismo periodo, la autora de este trabajo ha sido miembro del Comité Asesor de CHANGE. 2.
Consuelo López (ed),
Daughters
of Calibán. Caribbean Women in the Twentieth Century,
Indiana University Press/LAB (Bloomington and Indianapolis, London:
1997); Roberto Fernández Retamar, 'Caliban Speaks Five Hundred Years
Later' en Anne McClintock et el (eds), Dangerour
Liaisons. Gender, Nation, & Postcolonial Perspectives,
University of Minnesota Press, (Minneapolis/ London: 1997), pags
163-172. 3.
Un tipo de ascensor sin puertas, que como no para hay que cazar
al paso, y del que queda uno de los edificos estatales que bordean la
plaza de Halle. 4.
Ver
conferencia de inauguración en este mismo volumen, dictada por el
Profesor Dr. Edelberto Torres Rivas, UNDP,
Guatemala, El
desorden teórico: las ciencias sociales y la investigación en América
Latina,
4 de dept de 1998. 5.
Me
refiero a lo que fuera anunciado en el programa del Congreso como un
'concierto de salsa y baile' de un grupo de La Habana, ...'conformado
por nueve mujeres de temperamento caribeño'..., CANELA,
que tiene fama de ser ...'la mejor banda musical de mujeres de Cuba'.
Para más detalles, ver el programa del 2do Congreso, pág, 25. 6.
Veáse
M. Zabaleta, Supermachos
and Supermothers: Ideals or Excesses in the Gendering of National
Identities for the Global Market?,
ponencia presentada a la Conferemcia Anual de la Society for Latin
American Studies, Liverpool University, 17-19 de abril de 1998.
7.
'Brasil
es un país en el que 30 millones de sus 160 millones de habitantes
pasan hambre todos los dias, y adonde otros 60 millones viven
alrededor de la línea de la pobreza',
Gideon Boulting, Tempest
in a promised Land, Film Proposal, (Rio de Janeiro: Agust 1998),
pag. 5. Su actual Presidente es mi ex-profesor del CESO, Universidad
de Chile, Santiago, 1967, Fernando Enrique Cardoso. 8.
Vease
el concepto en E. Chaney, Supermadre.
La mujer dentro de la política en América Latina, Fondo de Cultura
Económica, (México: 1983). 9.
Marta
Zabaleta, 'Idelogy and Populism in Latin America: A Gendered Overview',
in Will
Fowler (ed), Ideologues and
Ideologies in Latin America, Greenwood Press,(Westport- London:
1997), pág. 65-83. 10.
Ver
Nash & Safa(eds), Sex
and Class in Latin America,
Bergin Publishers, (New York: 1980), págs. 172
y 240. 11.
Ob.
cit.,
pag. v., en donde se explican los preparativos para la Conferencia de
Mujeres de NU en la ciudad de México, y las publicaciones que
resultaran.
12.
Al
respecto, es iluminador la famosa intervención de Domitila Barros de
Chungara en la conferencia aludida, y recogida en M Viezzer 'Si me permiten hablar', Testimonio de Domitila, Siglo XXI, México
(1977). 13.
Veáse
Juanita Ramos (Comp and ed), Compañeras:
Latina Lesbians
(An Anthology), Latina
Lesbian History Project( New York City: 1987); Diana Taylor, Disappearing Ats. Spectacles of gender and Nationalism in Argentina's
" Dirty War", Duke University Press, (Durham and London:
1997) 14. En comunicación personal con la autora, durante una entrevista realizada en 1998, cuyos datos no pueden sumistrarse por razones obvias. 15.
Ver M. Viezzer: 'Si me permiten
hablar...' Testimonio de Domitila, Siglo XXI (México:1977).
16.
Un
buen ejemplo lo constituye la interesante publicación: América
Latina ¿Y las mujeres qué?,
de la Red HAINA, Instituto Iberoamericano de la Universidad de
Gotemburgo, ( Goteborg: 1998). Otro es el trabajo de consuelo
rivera fuentes, 'chilean
lesbians 1980-95', en Minika Reinfelder (ed.) Amazon
to Zami. Towards a Global Lesbian Feminism,
Cassell, (London:1996); pags. 138-161.
17. La noción de masculinidada necesita ser discutida y el hecho de que es socialmente construida debe ser reconocido. Al respecto, veáse, Mathew C. Gutmann, The Meanings of Macho: Being a Man in Mexico City, University of California Press, Berkeley, (1996), por ejemplo. |
Dra. Marta Raquel Zabaleta© Londres, 1998
Seminario I.3- Segundo Congreso Europeo del CEISAL
- Universidad de Halle, 1998
CLASE INAUGURAL
Coordinadora: Dra. Marta Zabaleta
Senior Lecturer, Latin American Studies
Middlessex University, Londres
Ir a índice de América |
Ir a índice de Zabaleta, Marta Raquel |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |