Domingo sepia |
Despierto de una noche en la que nada soñé, es tan triste no reflejarse en aquellas figuras. La brisa corre por la ventana y se inmiscuye en la piel de nadie. Es domingo, domingo otra vez. Es domingo y todo se vuelve sepia. Es domingo y en la calle se detienen las pisadas. Es domingo y todo se cierra, pero las heridas se abren como puertas del miedo. Quedan muchos domingos por andar y me siento un trompo estático de pronto manejado por dedos extraños. Qué lindo sería salir a caminar. El sillón invadido por el cuerpo de un otro, la cabeza refresca antiguas palabras, las palabras viejas toman vida de pronto: son silvestres, naturales en este domingo sepia. El domingo: es que trae todo lo especial, es que las sensaciones son corrientes de puro placer o dolor. Y el domingo, creo, se parece al ayer. Sí, es el día más parecido al ayer. Y me ciegan los fantasmas que nunca soñé, abro la persiana y entran de pronto. Los recuerdos espectrales de un amor viejo, amistades que en un campo verde de domingo murieron. Miro la ventana y llovizna. Miro el domingo, llovizna. ¿Y qué sería del domingo sin llovizna? ¿Y qué sería de la llovizna sin algo de domingo? |
por María Daniela Yaccar
mdyaccar@hotmail.com
domingo 27 de septiembre de 2009
Gentileza de
www.romperelcristal.blogspot.com
Autorizado por la autora
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