Dulce y doliente ayer
Javier Viveros

                  Tú

 

Eres la realidad que me atormenta

la piedra angular de mis desvaríos

la cima de los montes más soberbios

la estrella que taladra las tinieblas.

Eres la luz del sol al mediodía

eres la aurora roja y vaporosa

eres la fría cúspide de un iceberg

eres quien sueña al ser que nos sueña.

Eres un pétalo de la rosa de los vientos

un crepúsculo solferino y solo

una brisa otoñal de lentos pasos

una fragancia somnolienta y pura.

Eres el mirar transparente del diamante

el despertar sombrío de un volcán

el tañido ancestral de una campana

el lamento infinible de algún ave.

Cristal luminoso, fruto encendido,

hoguera viva sobre el Polo Norte

prolífica semilla, vestal áurea,

la melodía azul de las cascadas.

Todo eso eres tú, alma palpitante,

estás omnipresente, ser ubicuo,

te veo y te presiento a cada instante

pues a mi corazón tú das latidos.


     Alguien impera en mi alma

 

He oído hablar sobre el libre albedrío

y que cada ser forja su destino,

que nada está trazado y que uno es dueño

de sus actos y el rumbo de su vida.

¡Yo no quiero ser libre! Soy esclavo

cuyas cadenas crecen cada día;

de tu mansa hermosura soy vasallo

y por ti vivo en dulce monarquía.


       Lenguaje de amor

 

Ni Góngora, Cervantes ni Quevedo

me hicieron amar la lengua española

como tú, amada, cuando a los oídos

me susurraste "yo también te amo".


            Secreto

 

El secreto de nuestro amor

es que eternamente está reciennaciéndose.



            Dístico

 

Tan solo tu sonrisa contradice

la maldad de este mundo derrumbado.


         Nuestro amor

 

Nuestro amor no constituye una singularidad en el universo,

ni habrá de modificar el curso de la historia,

no lo celebrarán los poetas en sus versos,

ni empapará su nombre con la gloria.

 

El amor que nos une es muy sencillo,

es corriente y tan simple como el agua,

no eclipsaría a una estrella con su brillo...

pero es puro, es real y eso nos basta.


               Piel

 

Mi piel sobre tu piel

y el mundo estorba…


            Ausencia

 

La realidad me duele y el presente

es una espina que me orada el alma.


          Estrofa marina

 

Como palabras trazadas

en el oro polvoriento de una playa

que el océano de inexorables olas

poco a poco trabaja hasta borrarlas,

así, a través del tiempo,

se ha ido nuestro amor desmigajando

y de él tan solo quedan

innúmeros fantasmas,

volcanes apagados en el alma,

esquirlas del pasado

y la agria certidumbre de un naufragio.


   Fragmentos de una oda inconclusa

 

Te vi en la plaza en esta tarde absurda

acomodada en un ajeno pecho

y nuestro ayer común llenó mis ojos.

Fingí no verte. Pasé indiferente.

Porque en mi corazón aún eres mía,

muy mía,

dolorosamente mía.

 

...y en el centro de mi alma

sobrevive tu nombre,

tus caricias perduran

y lo nuestro es eterno.


          Nostalgia

 

Desde que separaste de mi alma

esa su otra mitad que era la tuya

madrugan los recuerdos y me traen

de manera obligada a la vigilia.

Me lleno aún del ayer en que era amado,

sobrevivo en el antes en que amaba.

El pasado vertebra mi presente

y es placebo en la pifia de mi vida.


       Pretérito, doliente y dulce

 

Los sitios por donde tú y yo anduvimos

me hablan de nuestro amor, amada mía,

y mientras voy hollando noche y día

el muerto espacio de sus longitudes

percibo claramente en mis sentidos

la dualidad siamesa de amor y odio.

Pues han sido testigos estos sitios

de mi felicidad incomparable

mientras que a mi lado te tenía

y ahora me ven tan triste y derrotado

ansiando un dèja vu mientras que bebo

las aguas del ayer hasta caer ebrio.


          Punto de inflexión

 

Si el dios sin rostro que hizo el universo

y dueño es de los días y el destino

me otorgara por tan solo un segundo

el poder de trocar un solo hecho

de los innumerables del pasado,

vacilación ni duda habitarían

mi pecho en el momento tan soñado.

No elegiría cambiar lo de Hiroshima

ni la crucifixión del Nazareno,

no impediría una sola guerra

ni las atrocidades de Treblinka.

En mi egoísmo obscuro empantanado

elegiría borrar aquel diálogo

que tú y yo sostuvimos esa noche

bajo la hipócrita luz de la luna.

Mas sé que simplemente es un deseo

y nunca darán curso a mi pedido.

 

Mi presente es ruin. Nada ya importa.

Ya no soy el de ayer y tú te has ido.


       Anfibología dantesca

 

Tú fuiste mi Virgilio:

guiaste mi corazón por el infierno.


             Yesterday

 

Ayer, enfermo de melancolía,

planté una excavación sobre mi pecho

y hallé lo que sabía que hallaría:

un corazón gastado por los años,

un alma devastada por la ausencia

y el nombre -encaramado a mis latidos-

de una mujer que alguna vez fue mía.


             Cara y cruz

 

Ayer, tan solo ayer,

mi realidad en sueño convertiste.

Pasado el tiempo, hoy

en un insomnio quiero eternizarme.


           Baco enamorado

 

De entre las parras de mi memoria

el dulce racimo de tu recuerdo

nunca ha sido vendimiado.


           Disyuntiva vital

 

¿Rendirme ante la pena

o incubar la esperanza

de poder hallar a otra como tú

en el curso tan breve de una vida?

Javier Viveros

De "Dulce y doliente ayer"
jviveros@gmail.com

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