"Gracias a la Vida" es una de
las canciones chilenas más conocidas e interpretadas en el mundo,
compuesta e interpretada por la cantautora Violeta Parra, una de las
artistas que sentó las bases del movimiento artístico conocido como
la Nueva Canción Chilena. "Gracias a la vida" es la canción que abre
su álbum Las Últimas Composiciones (1966), el último publicado por
Violeta antes de su suicidio en 1967.
Con la colaboración de sus hijos Isabel y Ángel, además del músico
uruguayo Alberto Zapicán, Violeta preparó durante 1966 el disco que
se transformaría en Las Últimas Composiciones. Se trata de un álbum
que, de acuerdo a algunos especialistas, presenta lo mejor de su
obra, conteniendo canciones como "Run Run, Se Fue Pa'l Norte",
"Maldigo Del Alto Cielo", "Volver A Los 17" y "El Albertío". Este
grupo de canciones fue "una suerte de epitafio adelantado, un disco
de canciones tan intensas y contradictorias como su vida". Las
evidencias indican que Violeta preparó cuidadosamente este disco
para que se convirtiera en su última entrega. En efecto, nunca antes
se habían mezclado de manera tan dramática sus emociones y sus
creaciones, por lo que el trabajo resulta contradictorio y más
intenso que cualquiera de los anteriores.
Abriendo el álbum, "Gracias A La Vida" ha asomado a lo largo de la
historia, como una de las contradicciones más grandes de la
compositora. La duda respecto a la contradicción de este himno de
amor por la existencia y humanismo profundo, con un acto como el
suicidio ha permanecido con los años. La canción cuenta con un
acompañamiento de charango y percusión, aunque el principal
protagonista es la voz de la propia Violeta que, en las siete
estrofas de la canción, se dedica a agradecer la existencia, por las
diversas bendiciones que ha recibido: la vista, el sonido, el
lenguaje, la marcha, el corazón, y finalmente la risa y el llanto,
que forman, según reconoce, la materia prima "de su propio canto".
Las estrofas están compuestas por cinco versos dodecasílabos cada
una (excepto la última), y rima asonante en cada verso. Cada estrofa
comienza con el motivo que impulsa la canción "Gracias a la vida que
me ha dado tanto". La última estrofa es la única que cuenta con seis
versos, y es abierta y cerrada por el verso principal de la canción.
Posteriormente, la misma Violeta se declararía satisfecha con esta
composición: "Creo que las canciones más lindas, las más maduras
(perdónenme que les diga canciones lindas habiéndolas hecho yo, pero
qué quieren ustedes, soy huasa, y digo las cosas sencillamente como
las siento), son "Gracias a la Vida", "Volver a los 17" y "Run Run
Se Fue Pa'l Norte".7 Presentaría su canción en sus espectáculos de
la Carpa de La Reina, hasta poco antes de su suicidio, acaecido en
febrero de 1967.