Prepararse para la fiesta, elegir la remera
más expresiva, las zapatillas, el jean, buscar unos rulos perdidos en el
tiempo, insignia de rebeldía. En ese arte donde se aúnan lo Íntimo y lo
social, vamos en búsqueda de los sueños recuperados.
¿Quien nos hubiera dicho hace tiempo que los derechos de los migrantes,
de las mujeres junto con las comidas, las artesanías , las banderas,
tendrán su espacio en la calle? Justo en esa diagonal que servía de
escape después del primer muerto.
Esta vez volvimos todos los que fuimos.
Esta vez una mujer nos dijo que ella y nosotros con la fuerza
transformadora del deseo, creáramos nuestra historia.
Esta vez los bares abiertos
Esta vez en los bares la conocida indiferencia de las ciudades se
trastoca y uno se puede sentar con desconocidos, se canta, se habla, lo
cotidiano se transforma en mágico.
Las calles no son iguales.
Hay un abrazo que envuelve, como si estuviéramos, entre todos, cuidando
semillas nuevas
En los grandes medios dirán con caras sin expresión , un poco rígidos,
con algún rictus, que somos unos amorfos mandados, sin pensamiento.
Con la armonía de los diferentes que se buscan, sin uniformes, las luces
que se estrellan en el cielo como fuegos fingidos, los fuegos
verdaderos.
Volvemos alegres, vivos. |