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Desde el Sur:

Pensarnos La Trata con fines de explotación sexual.[1]
por Dolores Vilá Blanco
Doctora en Ciencias Filosóficas y Profesora Titular de la Universidad de la Habana

“La crisis de unos conocimientos fragmentados y unas respuestas deshilvanadas a la que nos enfrentamos agrava un delito que es una vergüenza para todos nosotros”.  

Informe Mundial sobre la Trata de Personas. Resumen Ejecutivo Febrero de 2009.

“Entre las penas sin nombre” que avergüenzan a la civilización contemporánea se encuentra la Trata con fines de explotación sexual. Ella se imbrica orgánicamente a los modernos mercados de esclavos, es más, a la altura del 2008-2009, sus volúmenes de ganancias le permitieron pasar del tercer negocio ilegal internacional al segundo, desplazando así al tráfico de drogas según recientes estimaciones. En febrero del año en curso, el reclamo de la Comunidad Internacional para enfrentarla se trasladó meridianamente al ámbito de los conocimientos, en especial “en el terreno de la complejidad del modo de organización de las ideas"[1], tan ausente en la intelección de la esclavitud sexual hoy. “A lo que se alude, es a buscar avances mancomunados y coligados, organizativos y autoorganizativos de dichos propósitos hacia complexiones de incidencia y autoincidencia en el imprescindible y difícil proceso de reorganizar el pensamiento, en el modo de reaprehender desde el plural estado de entendimiento actual de los procesos formas más inteligentemente deliberadas de abrir caminos contributivos a los estudios y praxis sociales, atisbos que avizoran métodos válidos”[2] .

Cuánto conocemos de esos complejos procesos mundiales. Cuán preparados estamos para enfrentar esos desafíos, de entenderse que Cuba y lo cubano no se dirime sólo en la isla. En especial, porque la Trata en relación con la prostitución –con quien comparte ambientes reflexivos- indica, escalas en ascenso de organicidades en el tejido social que maximizan ingresos en un mundo de finanzas en quiebras a perpetuidad, y donde por añadidura, los patrones culturales que le reproducen actúan y retroactúan planetariamente dentro de una diversidad de prácticas autocambiantes.

Los estudios y presentaciones realizadas por la autora sobre el tema en Cuba evidencian entre otros, desconocimiento, subvaloración e inoperancia científica. Razón por la cual, a la presente exposición le asisten como objetivos:

1-Sensibilizar a la comunidad científica cubana ante este problema mundial y las complejidades que le son inherentes.

2-Estimular la elaboración de proyectos conjuntos que contribuyan a la socialización científica del problema de la Trata, lo cual puede revertirse a su vez, en impactos preventivos eficaces.

3-Aunar esfuerzos desde las potencialidades científicas alcanzadas para contribuir desde el Sur, y desde Cuba a “una visión global de la cuestión, y de la forma en que sus distintos elementos actúan recíprocamente para constituir el todo”[3], así como las conexiones activas que la reproducen ampliadamente en la presente y futura esclavitud en expansión, la cual sobrepasa con creces a todas las experimentadas en los anales de la humanidad.

La trata con fines de explotación sexual, es uno de los problemas que demandan contribuciones científicas y prácticas transrelacionales, capaces de desbordar los estrechos cauces por donde aún transitan como pueden ser los del Derecho, pues las leyes existentes –allí donde existen y se practican con toda la variabilidad de matices presentes en la expresión- no han logrado ni siquiera frenar su indetenible marcha[4].

Por otra parte, es pertinente destacar que si bien Cuba participa activamente en las Comisiones de Derechos Humanos que sancionan este delito internacionalmente, sí además lo tiene incluido con penalidades severas en su Código Penal[5], y que lo referido a Trata y Trafico humano se ha convertido en tema de debate de Política Internacional por los recurrentes ataques recibidos en los diferentes Informes Anuales sobre Trata de personas difundidos por el Departamento de Estado[6]. Todos estos elementos no impiden, por el contrario refuerzan los objetivos propuestos. Porque lo cierto es, que a todo lo reglamentado le falta lo fundamental la socialización de saberes a toda la sociedad que les legitima.

Recalcamos entonces, que la finalidad suprema que le asisten a estos análisis es tensar el pensar y el hacer ante las múltiples variantes que esclavizan a los seres humanos -con fines de lucro o de simple sobrevivencia-, las que transitan en sus autoconformaciones perspectivas invisibilizadas, en segmentos, casi inaprehensibles. En este punto cualquier discurso se queda vacío, pues “el negocio no tiene rostros tiene ganancias y la idea de ganancias es peregrina. Nadie se encuentra seguro en el planeta bajo tales dictados culturales hegemónicos reales, los cuales precisan absorber todo lo absorbible metamorfoseándose en su perpetua reproducción competitiva y autocompetitiva”.[7]

Cuando hablamos de Trata humana a qué nos referimos:

Según el Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños (2006), es comprendida como: la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines explotación. Esa explotación incluirá, como mínimo, la explotación de la prostitución ajena u otras formas explotación sexual, los trabajos o servicios forzados, la esclavitud o las prácticas análogas a la esclavitud, servidumbre o la extracción de órganos.[8]

De ese amplio abanico de esclavitud “la explotación sexual es, con gran diferencia, la forma de trata de personas detectada con más frecuencia (79%)”[9] . Hasta que punto éstas conceptualizaciones e incluso datos brindan marcos referenciales para la inteligibilidad de los peligros que nos rondan cuando los propios especialistas de Naciones Unidas declaran que es “una crisis de conocimientos sobre un delito que es una vergüenza para todos nosotros –que-  (…) No contamos aún con las categorías lógicas que se precisan para establecer bases de datos multidimensionales. Deberíamos estar en condiciones de diseccionar los actuales mercados de esclavos en sus partes componentes (demanda, oferta, trata, y precios conexos), -y en consecuencia- (…) formular una política de lucha contra la esclavitud basada en pruebas científicas.[10]

Estableciendo precisiones desde el Sur y desde Cuba sé es de la consideración que:

1- El comercio humano con fines de lucro, ha sido en los anales civilizatorios una abominable y cambiante práctica. La trata en la actualidad, es heredera de dichas experiencias culturales. No existe por sí misma, es decir, sin asideros históricos que religuen la magnitud y diversidad que les puebla. Lo cual se refrenda en la coexistencia de formas retardadas y avanzadas de servidumbre, en ese versátil tablado en que se reproducen y autoreproducen ampliada e intervinculadamente en función de las “verdades de la mercadocracia” imperante.

La explicación coherente del papel de la esclavitud en la actual civilización capitalista fue expuesta por Carlos Marx, cuando afirmaba: “La sociedad burguesa es la organización histórica de la producción más desarrollada y compleja. Las categorías que expresan sus relaciones, la comprensión de su organización, permiten comprender al mismo tiempo la organización y las relaciones de producción de todas las formas de sociedad pasadas, con cuyas ruinas y elementos ella ha sido edificada, de los cuales ella continúa arrastrando en parte consigo restos todavía no superados, mientras que meros indicios han desarrollado en ella todo su significado. (…) Es una iluminación general en la que se sumergen todos los demás colores y que los modifica en su particularidad. Es un éter particular que determina el peso específico de todas las formas de existencia que destacan en él”.[11] Y que son utilizadas por él acorde a los tiempos reasignándole nuevos significados.

2- Entre los principales problemas para el entendimiento, y en consecuencia enfrentar la Trata en su especificidad de explotación sexual se encuentra la ausencia de un enfoque dialógico, recursivo y generativo  -entre otras carencias posibles de constatar -, es decir de profundización en la complejidad de los antagonismos presentes, de las praxis organizacionales activas que gestan sus propias autonomías, lo que redunda en una pérdida total del norte de análisis en los procesos de generación y regeneración, organización y autoorganización presentes en los vaciamientos científicos existentes a la hora de asumir estos problemas. Y en consonancia con ello, el primado de los enfoques lineales, automaticistas típicos de una lógica identitaria incapaz de aproximarse a entender las dinámicas civilizatorias reales, donde “no sólo hay diversidad en lo uno, sino también relatividad de lo uno, alteridad de lo uno, incertidumbre, ambigüedades, dualidades, escisiones, antagonismos”.[12] 

3- El parasitismo clásico de las relaciones capitalistas, en el presente más acentuado que nunca, ha tomado cuerpo definitivamente en una empresa de cuerpos con fines de esclavización sexual –entre otras modalidades de vasallaje-. Ha asociado a dicha maquinaria de acuñar dinero-poder todas las ligazones de sujeción humana contenidas en las simultaneidades culturales presentes, en la diversidad de procesos que confluyen en la construcción y autoconstrucción de identidades y en las relaciones de poder que le son consustanciales; porque en la lucha cotidiana por existir todo vale, todo se cosifica. Con lo que se recalca, que dicha propensión no sólo debe ser analizada desde factores puramente económicos, o desde la raíz cultural patriarcal[13] del sometimiento –que le son ingénitas-. Las múltiples dimensiones e intervincularidades que le acompañan aún no son develadas, profundamente investigadas, de conformidad con sus dinámicas internas y externas.

4- La trata con todas sus implicaciones antihumanas se encuentra integrada estructuralmente al sistema capitalista, es hoy parte sustancial para su mantenimiento y reproducción ampliada. A dónde va la civilización contemporánea, es una pregunta que no debe olvidar nadie. La memoria histórica activa tiene que rescatarse revitalizarse. La connivencia, la apatía y hasta desconocimiento dentro de los propios sistemas políticos y sociales allanan el camino al desarme de la condición humana. Cuba debe prever, si no quiere sucumbir a tales prácticas hiperorganizadas, pues puede y sucede, que similares conductas transiten por nuestros predios hoy, -espero desarticuladas- pero con presencia hasta en los sistemas de creencias que nos pueblan. Evocando a Ortega y Gasset, “No sabemos lo que pasa, y eso es lo que pasa”. 

A cuánto ascienden los ingresos anuales de estos comercios de vidas. Según datos aproximados del Primer Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas, celebrado en Buenos Aires en el 2008: “Este delito genera unos ingresos anuales de 32.000 millones de dólares en todo el mundo y el 85 por ciento de ese dinero proviene de la explotación sexual,[14] Nos encontramos pues, ante un negocio preferencial, ya que su demanda va en aumento y sus costos desde la barbarie y mecanismos que les asiste son bajos.

En tal sentido durante el 2008, los informes de la Organización de Naciones Unidas “estiman la trata, en cuatro millones de mujeres reclutadas cada año y dos millones de niñas”[15] . Más de un analista considera que: “Aunque es difícil obtener cifras fiables, se calcula que entre 45.000 y 50.000 mujeres y niños son trasladados cada año por los traficantes únicamente hacia los Estados Unidos”.[16]  Otro desgarrante dato especifica que: “Según datos de UNICEF más de 12 millones de niños en el mundo entero son prostituidos por estas mafias. Por cada menor explotado sexualmente, se puede obtener 13.000 dólares mensuales o alrededor de 130.000 por año. En América Latina se calcula que entre 700 mil y 2 millones de personas son víctimas de trata por año, la que es motivada por demanda interna e internacional.”[17]  

Se observa, por tanto, dentro de todas las movilidades planetarias esclavizantes, que el Sur es un suministrador preferencial de cuerpos-mercancías para las relaciones monetarias entre tratantes-disfrutantes y aún y cuando, sean las mujeres y los niños los más golpeados éstas mafias operan ya sin distinción de sexo o edades[18] en esos terribles procesos de reciclar vidas, las cuales van desde el trabajo el sexo o la extracción de órganos indistintamente. Las imbricaciones de la Trata humana en general, y su movilidad interna como fenómeno en cuanto a todo lo capitalizable en sus transcursos, son desconocidas aún. Lo cierto es que la pregunta ¿A dónde van los desaparecidos? Sigue sin respuesta. Por lo que, a cuánto hacienden los desaparecidos producidos por la Trata tampoco.[19] Pronósticos que aumentan según avanza la crisis civilizatoria actual.

La pregunta e indicación a meditar como cubanos sería, cuántas cosas pasan y desconocemos realmente que pasan –en particular, prácticas que despojan de la condición humana a sus víctimas-. En primarias observaciones en nuestros predios sobre esta problemática, podemos encontrar una postura preocupada por conocer más, por pensarse comprometidamente estas cuestiones, en tanto otra se desentiende o minimiza la vocación de estudio científico que reclamamos.

Se ha hecho recurrente en mi país, como en otras partes del mundo según trabajos consultados, el desconocimiento no del fenómeno en sí –aunque también existe en gran medida-, sino de sus honduras, imbricaciones orgánicas globales e indetenibilidad en ascenso. En tal sentido, la fragmentación y desconexión humana en que existimos, y como corolario la comprensibilidad de lo que acaece limitará toda acción común posible ante una totalidad que se diluye en sus segmentos, que se descerebra en la inmediatez conocida, repetida. Son tiempos en que razón y pasión han de ir juntas, al decir del presbítero Félix Varela; la inherencia humana toma cuerpo en su salvaguarda, en el cuidado y la prevención ante cualquier atentado a su integridad suceda donde suceda, pues la indolencia y la indiferencia son el invierno de la civilización.

Tomarle el pulso al país, pasa por interrogar perennemente a la diversidad existencial real y aproximarnos lo más cercanamente posible, a las múltiples salidas que en lo individual se gestan, ante una acumulación de problemas y de recurrentes soluciones que no los resuelven en los micros escenarios sociales, y donde las salidas individuales o grupales son insospechadas.

Los modestos estudios realizados clarifican al desconocimiento como el problema más recurrente incluso en la comunidad científica, todo lo cual impide dar seguimiento a las plurales transiciones que se generan entre prostitución, violencia -por sólo referirme a dos de ellas- y atisbos de Trata, porque hasta su conceptualización se encuentra entredicho según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas, de Febrero del 2009.

Así mismo, se ha evidenciado -a medida que he insistido en la vitalidad de su conocimiento, en la necesidad de su activa divulgación y de su debate en nuestros predios a modo de prever posibles consecuencias- la presencia de una reticente resistencia para asumir el mismo como objeto de reflexión dentro la pluralidad de estudios sociales que se despliegan. El argumento más repetido es el de que no existen estudios estadísticos que vinculen a Cuba a dichos engranajes, así que el asunto no tiene mayor impacto que el de la solidaridad, utilizando un término que nos es común para una “comprensibilidad” discursiva que “jerarquiza asuntos”. Como dijera el poeta: “Mi compromiso es sencillo, sólo hay dos formas de estar: o bien cogiendo el martillo o bien dejándose dar”.[20] Lo llamativo ante las variopintas salidas “estadísticas” es que jamás esta autora ha afirmado que Cuba participe de la Trata, sino que la estudiemos, que colaboremos desde un pensarnos el problema desfronerizadamente y actuemos en avenencia con la vocación ética que nos asiste como herencia universal y nacional.

Sé es de la consideración, de que estudios la Trata con fines de explotación sexual imbricados a una multiplicidad de proyectos que se despliegan, -por ejemplo en los ámbitos de la violencia, aunque sus multidimensionalidades la desbordan- no se han desarrollado, es más no siempre se conoce la magnitud del daño a escala global e individual. No basta que tales cuestiones transiten por nuestros medios como noticias aisladas, en ocasiones con tonos alarmistas, en lugar de la mesura y el análisis contributivo que tanto apremian.

Esto, entre otras razones, porque en el escenario cubano actual no existe Trata estadísticamente constatable –desde las ya cuestionadas definiciones[21] en que la enmarcan fundamentalmente desde el derecho-, pero sí operan otros Tratos que pueden abrir cauces a implicaciones de mayor calado. Pero por otra parte insisto en que tampoco se estudian, debaten y socializan resultados.

Por lo que, ya por desconocimiento, o subvaloración del asunto entre otras muchas causales, lo cierto es que las prácticas relativas al comercio sexual no son asumidas aún con voluntad investigativa, realista, pensante y actuante. Las praxis esclavizantes en materia sexual penetran por todos los intersticios sociales asumiendo diferentes rostros, de los que en ocasiones es imposible percatarse a partir de las desconexiones que peculiarizan la convivencia. Las voces no siempre se traducen en ecos efectivos, de ahí que inexcusablemente rija el silencio, en un voltear el rostro en otro sentido.

En Cuba la connivencia, la apatía y el desconocimiento con relación a éstos dramáticos asuntos prevalecen, tienen raigambres disímiles. Y se insta a su evaluación, no sólo porque formamos parte del mundo y estamos penetrados de él, sino porque también le penetramos y aportamos a partir de nuestras históricas modalidades de sometimiento que no han desaparecido, sino que han ido metamorfoseándose en las transiciones culturales que hemos experimentado y que para nada son lineales ni evidencian únicamente lo que se ha diseñado en el deber ser desde los diferentes discursos políticos o sociales cotidianos en sus construcciones a partir de los diversos imaginarios, o lo que es lo mismo fuera de las interacciones reales que van resultando. Adiciónese a todo lo antes explicado el que “Por ejemplo en Cuba la discusión plantea que la desigualdad social abarca tres zonas: género, raza y territorial, los tres elementos más fuertes de brechas de equidad.”[22] 

Las políticas sociales han de abandonar las grandes soluciones macrosociales “homogenizantes” que discurren por cauces predeterminados, y pasar a una diferenciación actuante que penetre en el tejido social, en sus capilares y que de margen a los sujetos concretos a construir y autoconstruirse en sus soluciones a partir de las realidades que le acompañan, lo que puede redundar en la gestación de autoaptitudes nuevas posiblemente fecundantes, sin que esta percepción que se apunta, sea asimilada en sí misma como postura diluyente o de varita mágica. Puesto que Cuba no se encuentra exenta de los conectores y causales que mundialmente dan curso a tales abominables prácticas y las leyes por sí solas no resuelven los asuntos humanos.

Socializar en mi país estos problemas a los que parece estar ajeno, mostrar la magnitud de sus daños, argumentar sobre sus naturalezas, alertar ante dispositivos que pueden detonarle y ensamblarnos a esos mecanismos de esclavitud universal, he ahí motivos para mis palabras; pues ante esas enormidades no cabe decir: “No importa, mañana volveremos a decir, era ayer y apenas lo supimos. Lo cierto es que es ahora, ahora donde estés, ahora siempre”.[23]

[1]Doctora en Ciencias Filosóficas. Profesora Titular de la Universidad de la Habana. Email: dvb@ffh.uh.cu En CD-ROM Multimedia de la Sociedad Cubana de Investigaciones Filosóficas ISSN-1028-0847. El presente estudio incorpora ideas expuestas en “La trata con fines de explotación sexual. Percepciones desde Cuba”, y avanza por sobre ellas dada su desconocimiento en Cuba a manera de tender puentes coherentes con una memoria histórica activa en la comprensibilidad del mismo.

NOTAS Y REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

[1] Morin, Edgar, El Método, tomo 4, “Las ideas”, Madrid, Cátedra, 1992. Pág. 238

[2] Dolores Vilá Blanco, “La fuga inútil”, en Manuscritos a contraluz. Cuba entre imaginario y realidad, véase en http://letrasuruguay.espaciolatino.com/aaa/vila_blanco_dolores/index.htm  pág. 49

[3] Informe Mundial sobre la Trata de Personas. Resumen Ejecutivo Febrero de 2009, pág.2, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)

[4] Estos policías son la parte visible de un entramado de complicidades. Los funcionarios políticos, los jueces, las fuerzas de seguridad, y empresarios son parte del negocio, aportando la documentación falsa para las mujeres, avisando cuando va a haber inspecciones o allanamientos, cambiando silencio por dinero o pases gratis con las chicas. El Estado y sus distintos poderes (ejecutivo, legislativo y judicial) no persiguen a los explotadores, ni respetan los derechos humanos de las víctimas. Tampoco crean programas ni leyes para la asistencia médica o contención psicológica de estas mujeres, ni brindan capacitación laboral, viviendas y creación de empleo para las violentadas. En definitiva, lo que hace el Estado es mantener todas las condiciones que llevan a miles de mujeres a encontrarse en situación de prostitución. "Además, no se toma en cuenta que hay un 90% de posibilidades que en esos allanamiento puede encontrase víctimas de trata, ya que en estos lugares es donde se materializa la explotación sexual”. VéasePolicías son propietarios de la mayoría de los prostíbulos en
Tucumán”, en http://www.argenpress.info/2008/12/

[5] Véanse Código Penal Cubano y Ramón De La Cruz Ochoa, Delitos de trata y tráfico de personas, en Revista Cubana de Derecho - Núm. 30, Diciembre 2007,

[6]Véanse Informes anuales de los EU sobre la Trata de personas difundidos por el Departamento de Estado, las respuestas dadas por el MIREX y entre otros, “Rechaza Cuba informe anual de Estados Unidos sobre trata de personas” [09.06.2008], El Habanero, Intervención de la Jefa de la delegación cubana, Admi Valhuerdi, en el III Congreso Mundial de Enfrentamiento a la Explotación Sexual de Niños, Niñas y Adolescentes, Río de Janeiro, Brasil, del 25 al 28 de noviembre del 2008,  EU preocupado por trata de personas,  miércoles 4 de junio, 2009, CNN, en cnnexpansión.com, “EE.UU. dice que Belice, Cuba y Venezuela no combaten la trata de personas”, Internacionales en universo.com del 06 junio 2006, “Otra advertencia al país por trata de personas”, Junio 04, 2005

[7] Dolores Vilá Blanco, “La trata con fines de explotación sexual. Percepciones desde Cuba”, en el CD MUJERES EN EL SIGLO XXI, ISBN 978-959-7139-93-5 , y Directorio especializado del SEMLAC semcuba@ceniai.inf.cu

[8]Protocolo de las Naciones Unidas para Prevenir, Reprimir y Sancionar la trata de personas, especialmente mujeres y niños (2006), en http://www.acnur.org/biblioteca/pdf/1305.pdf

[9] Informe Mundial sobre la Trata de Personas. Resumen Ejecutivo Febrero de 2009, pág.2, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)

[10] Informe Mundial sobre la Trata de Personas. Resumen Ejecutivo Febrero de 2009, pág.2, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)

[11] Carlos Marx, Líneas fundamentales de la crítica de la economía política (Grundisse) (1857-1858), A. Introducción, en http://www.ucm.es/info/eurotheo/hismat/materiales/grundrisse.htm   

[12]Entrevista en París con Edgar Morin. Por Nelson Vallejo Gómez, en www.pensamientocomplejo.com.ar

[13] “conjunto de relaciones sociales entre los hombres que tiene una base material, y aunque son jerárquicas crean o establecen interdependencia y solidaridad entre ellos que los capacitan para dominar a las mujeres”, Fontenla, Marta: “Patriarcado”, en Gamba, Susana: (coord.) Diccionario de estudios de género y feminismos, Buenos Aires pág. 256-258.

[14] Véase: http://argenpressinfo.blogspot.com/2008/08/. E Informe de la Organización Internacional de Migraciones (OIM) 2006 y 2007, entre otros.

[15] Teresa Ulloa Ziáurriz, “La explotación sexual y la trata de mujeres y niñas en la zona norte de México”, (2008) en www.inmujeres.gob.mx/dgpe/migracion/res/ Anexo_43_10.pdf.

[17]Alberto B. Ilieff, “La Trata de Personas y el capitalismo”, Primer Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Buenos Aires 4-5-6 de Junio de 2008, en http://www.argenpress.info/2008/12/

[18]La trata de personas en Colombia no tiene distingo de raza, género ni edad. No obstante, la mayoría de las víctimas son niñas y mujeres adolescentes, según reveló una investigación. (…)El informe reveló que 54 por ciento de las víctimas son mujeres y 60 por ciento tienen entre siete y 18 años de edad. EL SIETE POR CIENTO SON INFANTES DE AMBOS SEXOS ENTRE CERO Y SEIS AÑOS; 23 por ciento, personas entre 19 y 25 años; ocho por ciento, adultos entre 26 y 60 años; y uno por ciento colombianos mayores de 60 años”. “Colombia: La trata de personas, mucho más que prostitución”, Ángela Castellanos Aranguren, SEMlac Abril del 2009.

[19] El presente informe mejora nuestra visión parcial de las fuerzas que actúan EN LOS MODERNOS MERCADOS DE ESCLAVOS. Sin embargo, no se dispone aún de datos normalizados de carácter internacional, restricción ésta que impide la puesta en común de información entre los Estados, así como entre éstos y la ONUDD. (…) UNA DE LAS PREGUNTAS FUNDAMENTALES PERMANECE SIN RESPUESTA: EL ALCANCE MUNDIAL DEL PROBLEMA DE LA TRATA DE PERSONAS. Sin una idea de la magnitud del problema, es imposible establecer una prioridad en lo referente a la trata en relación con otras amenazas locales o transnacionales, y es difícil evaluar la efectividad de cualquier intervención. Si bien sería prematuro hacer una valoración sobre la base de la información disponible, incumbe a la comunidad internacional reunir la información necesaria para colmar esa laguna. Para evaluar el tamaño real del mercado de personas es necesario contar previamente con un mayor conocimiento del problema y esa información podría reunirse mediante un programa sostenido de intercambio de datos. Informe Mundial sobre la Trata de Personas. Resumen Ejecutivo Febrero de 2009, pág.6 y 22, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC)

[20] Silvio Rodríguez, canción “Los compromisos”, véase en Silvio Poeta, de Suyín Morales, Ediciones la Memoria, Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau, 2008, pág. 138

[21]Informe Mundial sobre la Trata de Personas. Resumen Ejecutivo Febrero de 2009, pág.2, Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). “La crisis de unos conocimientos fragmentados y unas respuestas deshilvanadas a la que nos enfrentamos agrava un delito que es una vergüenza para todos nosotros”.

[22] Entrevista a Mayra Espina, “Igualdad/desigualdad: desafíos de la Cuba actual”, 25 de Enero del 2008, por Maité Hernández Lorenzo, en http://laventana.casa.cult.cu; Véase además, el libro: Políticas de atención a la pobreza y la desigualdad

[23] Pablo Armando Fernández, “Las ínsulas extrañas”, Escalas de Ascenso, Letras Cubanas 2002, pág. 23

por Dolores Vilá Blanco

dvb@ffh.uh.cu  
Doctora en Ciencias Filosóficas y Profesora Titular de la Universidad de La Habana

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