Primer anuncio |
Nos descarna la noche y se nos pegan todos los vuelos Las manos han quedado abiertas Para demostrar que los vientos han errado Oyes esa harapienta vibración, si es la nuestra y es mejor ignorarla Somos borrosos para los dioses tanto como ellos lo son para nosotros Vamos vestidos con agujas quemadas, agotamos el primer ojo Para que guardar memoria, Si solo hay viento y agua operando en el brote de los seres inviolables Las memorias alzaron la luz como limite primitivo Habrá veces en que nos echen fuego o niebla encima Para distinguirnos de eso que hubo entre el cielo y la copa del derrumbe. Nadie ha descubierto nuestra cofradía, Porque hablamos un idioma en clave Entre la bruma accidentada y los lechos mancos Llevamos atada a la espalda la quimera investida de cera. Esta mañana se levanto el polvo, Atisbo esa continuidad que se asoma al día Un tiempo accesible del que se sale con pies de silbidos hacía las casas Para entrar y salir de ellas, golpear las puertas mientras abren Y no es nadie Mientras vuelven a golpear y de nuevo abren y de nuevo no es nadie Pero alguien hace cálculos, sumas y restas con esos golpes y comprueba Que el mensajero fue cubierto por constelaciones marinas y anillos venenosos Y llama a las líneas a advertir Que las manos del cielo se basan en las retenciones. Él con nosotros hace una sola cadena, esa sola cadena que hacemos Con los ángeles que crecen hacia abajo en retribución a la madera Con las animas genitales que marcan con oxido de zinc sus territorios En los muros de las cavernas, ahora son distintos los umbrales, Como el agua que se desengaña Un renegado magnetismo nos enmascara, Bañamos las armas en el leproso centelleo El espacio que ocupamos dentro de la noche se vuelve niebla Niebla que codicia la fragmentación del cuerpo. Es mejor ignorar que nuestras raíces se abandonaron a cielos equivocados Que al nacer interrumpimos a esas serpientes Que son las herramientas de la tempestad Es mejor no guardar memoria, todos vivieron bajo una lámpara culpable Lo sumergible del mar primero fue hecho en el cielo Miramos hacia atrás y vemos al fulgor derribar una hilera de días. Es otra la mirada como la del hombre que se mira fijamente en la mujer Y descubre que ha convivido con el relámpago Que encamina a la sangre hacia un camino invisible Con la clave que castiga las piedras, para que la luz se quede a solas con la muerte. Descubre que ha agitado pájaros y espejos para que el infierno envejezca Descubre que ha dejado cubierto de brisas el árbol sexual que releva a la muerte Descubre que dos temblores se quedaron para siempre frente a frente. |
Rodrigo Verdugo
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