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Un viaje de diez metros (2014)
Crítico de cine La Nación |
Definitivo: ¡qué gran actriz es Helen Mirren! Tiene capacidad enorme para encarnar sus personajes y dárselos al espectador común –y al crítico majadero– con todos los matices y emociones del caso. Así la vemos ahora en el filme Un viaje de diez metros (2014), dirigido por el sueco Lasse Hallström.
Si hay una razón para ver esta película es Helen Mirren. El resto actoral es solo especie de comparsa histriónica. No es que los demás actores o actrices jueguen para ella; es ella quien juega para todos y, además, a favor del director, porque es uno de los trabajos más flojos del sueco Hallström.
En otras ocasiones, de Lasse Hallström hemos alabado sus virtudes melodramáticas. Él, como el español Pedro Almodóvar y el argentino Eliseo Subiela, ha mostrado habilidad en el manejo del melodrama, considerado como fórmula evocadora de sentimientos, sin tragedia interior.
Así ha sido desde esa gran película suya titulada ¿A quién ama Gilbert Grape? (1993), con grandes actuaciones de Johnny Depp, Juliette Lewis y Leonardo DiCaprio. Otros prefieren recordar a Lasse Hallström por títulos como Las reglas de la vida (1999), Chocolate (2000) y Atando cabos (2001). Cine valioso.
Bien, volvamos a la película. Además de lo dicho sobre Helen Mirren, el hilar gustoso de Un viaje de diez metros es su argumento culinario, lleno de recetas y sabrosos |
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platos, manjares que la cámara enfoca siempre con exactitud, con la mala intención de abrirnos el apetito a cada rato.
En contra del filme, cansa su excesivo amartelamiento o exceso de galantería luego del primer conflicto. Aburre en sí y por su tratamiento: se destruye su mínima construcción narrativa y ello va en detrimento de la fluidez del relato.
Si una historia de amor resulta empalagosa, la película nos ofrece dos con los mismos términos. Por ahí se debilitan las claves del filme y esta producción de Steven Spielberg con Oprah Winfrey más parece un folletín de los estudios Disney.
Un viaje de diez metros nos muestra a Hassan Kadam, chef de paladar insuperable. La familia Kadam, lejos de su India natal, se establece en un pueblo de Francia y abre un restaurante de comida india. Así, hasta que aparece la fría propietaria de un restaurante francés muy cercano.
Sus iracundas protestas en contra del nuevo restaurante indio, a diez metros del suyo, se elevan y acaban en una guerra declarada entre ambos. Es guerra de sabores. Luego se dan las historias de amor, incluida la de los dueños. Predecible.
Si antes Lasse Hallström fue ensalzado (con zeta), ahora solo sale ensalsado (con ese) por las salsas de la comida india. Si este tipo de comida se pasa de condimentos, al filme le sucede lo mismo: muchos asuntos, pero es trivial donde no debiera serlo, esto es, con los conceptos.
Lo superficial queda en cuestiones como la inmigración en Europa, el desarraigo forzado y el respeto a la diversidad cultural (lo culinario como eje). Lástima. Pese a ello, es preferible ver esta película que mucha basura llena de efectos visuales que por ahí abunda.
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Un Viaje de Diez Metros: Tráiler Oficial
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UN VIAJE DE DIEZ METROS
Título original:
The Hundred-Foot Journey
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por
William Venegas
cocuyos@racsa.co.cr
Gentileza de La huella del ojo
http://lahuelladelojo.blogspot.com/
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