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Theeb: Sendero de valor (Jordania, 2014)
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Crítico de cine La Nación |
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Hay que ser convidado de piedra para no emocionarse ante la magnífica y sensible película jordana que se exhibe –solo en el cine Magaly– con el título de Theeb: Sendero de valor (2014), dirigida por Naji Abu Nowar.
Ver una película jordana en Costa Rica es una sorpresa. Además, darse cuenta de la altísima calidad del filme es multiplicar ese asombro por sí mismo. Su director, de origen jordano, nació en el condado de Oxfordshire, Inglaterra, pero a los 10 años fue llevado a Jordania. Allí reside, en Ammán, capital jordana.
En otros países, Theeb: Sendero de valor ha recibido el breve título de Lobo, porque eso significa Theeb, nombre del personaje principal, quien más bien es un cachorro de lobo por su juventud, entrada apenas en la adolescencia.
La historia de este muchacho es dura y poética a la vez, donde el bien y el mal se juntan en un solo rostro del todo indescifrable, según los personajes que aparecen ante la mirada activa del jovencito. Este adolescente se ve obligado por los hechos a convertirse en hombre. Le sucede más pronto de lo previsto.
La historia de Theeb se ubica allá, donde la vida humana es mínima figura, en 1916, Arabia, con presencia distante y cercana a la vez de la Primera Guerra Mundial. Theeb y su hermano Hussein son beduinos nómadas, parte de una pequeña tribu perdida del imperio otomano. |
La vida quieta, en perfecta armonía con la naturaleza seca de los desiertos, se altera para dichos hermanos cuando, por amabilidad tribal, deben guiar hasta un pozo cercano a dos sujetos que no conocen, uno de ellos es inglés.
La ruta es peligrosa: hay asaltantes otomanos, hay ingleses en la construcción de un tren y hay jóvenes revolucionarios que se enfrentan al imperio inglés. El tren es símbolo de un progreso que cambiará el modo ancestral de vida de los habitantes.
La odisea resulta inesperada por sus consecuencias y Theeb es quien recibe el impacto más fuerte en ese viaje, éxodo convertido en sendero del valor y en transformación de los personajes.
El filme nos atrapa. Lo hace con su impresionante visión del paisaje, geografía tan bella como apabullante. En concordancia, la magnífica música es esencial para dar los tonos de una atmósfera hermosa e inhóspita.
Aún con esa grandeza estética, cercana al género del Oeste o de vaqueros, con camellos en lugar de caballos, la película no abandona los rasgos del mejor cine intimista y se ubica en el arte de la tragedia: ¿hasta qué grado de fatalidad puede llegar un primer acto de generosidad humana?
La película pasa por los ojos de Theeb. La huella de su mirada nos absorbe (lo que él mira). Es la actuación del jovencito Jacir Eid Al-Hwietat la que logra llevarnos por los meandros del relato, ¡excelente!
Excepto por el inglés Jack Fox, en este filme no hay actores profesionales. Es parte de la convicción de la película, de su planificación justa y de su devoción por ser cine de gran sensibilidad. Película con alta recomendación. |
THEEB: SENDERO DE VALOR TRÁILER |
THEEB: SENDERO DE VALOR Duración: 100 minutos
Cine:
Magaly |
por
William Venegas
cocuyos@racsa.co.cr
Gentileza de La huella del ojo
http://lahuelladelojo.blogspot.com/
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