La pregunta es fácil de hacerla, pero la respuesta no me llega de igual manera. ¿Qué tiene la realizadora Sofía Coppola, hija del afamado director Francis Ford Coppola, para que sus películas logren conquistar los aplausos de la crítica, pero no los del público en general?
Así sucede nuevamente con el filme En un rincón del corazón (2010), título digno de un poema menor, de esos que se escriben por Internet. En inglés, el filme se titula Somewhere (en alguna parte, en algún lugar, en algún sitio) y mantiene la tesitura del cine de la señora Coppola, conocida por filmes como Las vírgenes suicidas (1999), Perdidos en Tokio (2003) y María Antonieta (2006).
El guion ha sido escrito por la propia directora, con una historia donde se dan pocos acontecimientos y se nos pone a dudar sobre el aserto de que el cine es narración ante todo. Su argumento va describiendo la vida sin freno que lleva el actor de cine Johnny Marco (Stephen Dorff), tipo exitoso cuya vida de excesos (sobre todo de tipo sexual) cambia en un momento dado.
El cambio se da cuando Johnny se ve obligado a cuidar de su pequeña hija de once años (Elle Fanning). El joven actor vive en el lujoso hotel Chateau Marmont de Hollywood, conduce un Ferrari ostentoso y sale con diferentes y bellas mujeres sin comprometerse con ninguna.
Así, el filme describe dos modos de vida: uno sin la hija, otro con la hija. Esta historia fue capaz de ganarse el premio principal del Festival de Venecia, en setiembre del 2010. Igual, ha generado comentarios favorables de los críticos, sobre todo de los europeos. La pregunta necesaria es esta: ¿dónde está el “toque” que convierte en bueno a un filme con tan poco relato?
Es con el tratamiento dado al tema. Sofía Coppola muestra coraje para traernos la película a un lugar de nuestros sentimientos y para lograr que nos identifiquemos con la reciprocidad habida entre el padre disoluto y la jovencita cálida. El filme muestra esa relación desde su mundo íntimo y no desde el gran espectáculo.
