Si quiere apoyar a Letras- Uruguay, done por PayPal, gracias!! |
Secretos peligrosos
(2010) Crítico
de cine La Nación |
|
Al finalizar la proyección de la película canadiense Secretos peligrosos (2010), dirigida por Larysa Kondracki, me quedé ahí en la butaca, impactado por lo que esa película me dijo y por saber que la historia es verídica. Se trata de un problema que la humanidad sigue afrontando: el tráfico de sexo. La directora Larysa Kondracki optó por un estilo narrativo interesante. En el cine existe el “falso documental”, o sea, cine de ficción cuyo formato semeja el de un documento visual y, así, nos pasan mentiras por verdades. En el caso de Secretos peligrosos sucede exactamente al revés. |
Lo que quiero decir es que, con esta cinta, podemos hablar de una “falsa
ficción”. La película se narra con calculada intensidad dramática, como
si lo descrito fuese una aventura o cine de acción; sin embargo, la
veracidad de lo que vemos es exacta: está documentada. Así ocurre con Secretos peligrosos, filme llamado en otros países con el título de La verdad oculta, donde destaca su coraje para sorprendernos con la trama. Entonces, sin que le tiemble el verbo, nos señala cómo las guerras sucias son más sucias de lo que imaginamos. Con la gran actuación de Rachel Weisz, se nos cuenta la historia de Kathryn Bolkovac, quien viaja a Bosnia como observadora de las Naciones Unidas, tras la guerra de los Balcanes. Ella denuncia a la prensa que, con la complicidad de las Naciones Unidas, existe una multinacional de la guerra metida en varios y criminales casos de tráfico sexual. Esto de empresas privadas que ofrecen mercenarios para las guerras se está convirtiendo en práctica descarada de algunos ejércitos. En Bosnia, esas empresas recurrieron al tráfico de jovencitas de 15 años, edad promedio, para satisfacción de los traumas de sus empleados: mercenarios con el gafete de la ONU. El filme es duro con sus imágenes. Es duro, no cruel. Cruel es la realidad. De manera consecuente, las imágenes del filme asumen un tinte propio del realismo naturalista: estamos ante un círculo vicioso donde no hay solución eficaz. El determinismo se impone para las jovencitas, con todo el dolor que ellas sufren, y la alcahuetería llega a las altas esferas diplomáticas, al Departamento de Estado estadounidense y a las Naciones Unidas. Los datos al final de la película son escuetos, pero contundentes. Los números debieran sonrojar a la humanidad. Para mostrarlos, la directora Larysa Kondracki da lugar a la creatividad visual. Paradójicamente, esa es también la debilidad del filme: su afán para convencernos de que dice la verdad. Entonces la película se excede con imágenes gruesas, se torna repetitiva y se empantana –por secuencias– con su narración. De pronto, para soltar el freno, más bien se adelanta con saltos injustificados del relato (el montaje tampoco la favorece). La fotografía resulta más oscura de la cuenta. La música capta la tensión dramática con vehemencia. Por último, quien sí asume con firmeza y tenacidad lo suyo es el reparto actoral, de lujo, no solo Rachel Weisz, sino también Vanessa Redgrave y hasta la siempre bella Monica Bellucci. Parece que Rachel Weisz se siente muy bien con el drama político. Este de hoy no debe ser ignorado. Pueden aprovecharlo los organismos que luchan contra el tráfico de sexo y en defensa de la mujer, sobre todo de las adolescentes. Recomiendo este filme para no olvidar que, en nuestro mundo, aún persisten verdades ocultas y desalmadas. |
SECRETOS PELIGROSOS
Título original:
The
Whistleblower |
por
William Venegas
cocuyos@racsa.co.cr
Gentileza de La huella del ojo
http://lahuelladelojo.blogspot.com/
Ir a índice de América |
Ir a índice de Venegas, William |
Ir a página inicio |
Ir a mapa del sitio |