Red, con tono de sátira |
Estoy de acuerdo con quienes predican que la comedia de acción Red (2010), dirigida por Robert Schwentke, podría haber sido excelente. Si no lo logra es porque, en general, parece calabazo en remolino: nunca se hunde, pero se pega al avanzar con el desarrollo de la trama. Se estanca en un momento dado. Luego brinca. Se estanca. Luego brinca. Así va. No le es fatal, pero le quita excelencia. Por lo demás, se le agradece el buen humor que tiene. A veces hila delgado con su tono jocoso y se queda uno sin entender el chiste, casi siempre a propósito de la política en Estados Unidos con el manejo de la Central de Inteligencia, CIA, y de la relación entre ambos mecanismos de poder. También puede ser que la culpa no sea de la película, sino por la ausencia de información en uno, pero lo cierto es que –en algunas secuencias– la comedia está pensada para el público estadounidense. Se trata de una sátira política, por lo que su humor manifiesta un evidente rechazo hacia los esquemas de dominación del gobierno estadounidense. Lo hace con cierto odio, lo que es propio de una buena sátira: directa y sin hipocresías. El argumento toma como base un genocidio dictado por la CIA en complicidad con “un” futuro presidente de Estados Unidos. Dicha masacre no sucede en Afganistán ni en Iraq, sucede en Guatemala, por lo que se enuncia sin tapujos la presencia de la CIA en Centro América. Luego, cuando la propia CIA debe “limpiar” dicha matanza, en beneficio de los políticos, comienza a asesinar a posibles testigos de tal acontecimiento. Por ello, hay orden de liquidar al agente jubilado Frank Moses (bien encarnado por el actor Bruce Willis) y a su novia (Mary-Louise Parker). ¿Entonces, qué va a hacer el señor Moses? Simple, recurrir a sus viejos amigos. De aquí en adelante tenemos la mezcla de acción con comedia. El filme, como cine de acción es más tradicional, pero como farsa es más gratificante. |
Se trata, pues, de un grupito de espías ya pensionados, a quienes aún les queda bastante gusanillo de su oficio. Por eso, ninguno duda –ni un minuto– en darle ayuda a Frank Moses, lo que pondrá en aprietos a la propia CIA: no hay peor cuña que la del mismo palo y aquí nadie afloja ni nadie se aflige. ¡Hay que ver la cuadrilla que se forma! Y los actores se dan gusto interpretando a los viejos zorros de la tal central de inteligencia. John Malkovich está genial entre la justificada locura de su personaje y la comicidad que genera. Destaca Helen Mirren, poseída por su personaje, una exfrancotiradora buena para los balazos y muy elegante con su inolvidable vestido blanco. No se queda atrás Brian Cox, como un viejo espía ruso unido por amor a esta pandilla de exagentes. Dentro de ellos, la actuación más floja la lleva Morgan Freeman. En el bando opuesto, destaca el humoroso trabajo de Richard Dreyfuss. Hay dos breves y sustanciosas apariciones de Ernest Borgnine, que trae nostalgias a los cinéfilos. Por supuesto que el argumento importa en esta película (y en todas), pero el peso de los histriones es tan fuerte que bien podríamos hablar (así lo hago) de una comedia de personajes. El filme le concede a cada cual su buen cuarto de hora. La película, con veteranos en pantalla, resulta fresca y graciosa, aunque pudo ser más ácida, sobre todo con su final. Para su quehacer, se basa en una historieta o cómic de Warren Ellis y Cully Hamner y de aquí conjuga su logrado humor, su crítica irónica, su calculada sátira y la picardía a puro divertimento. Los actores la disfrutan y ellos hacen que esta cinta sea más que recomendable para nosotros como público. |
RED Género:
Comedia Dirección:
Robert
Schwentke, Elenco:
Bruce
Willis,
Mary-Louise Parker, Helen Mirren, John
Malkovich, Morgan
Freeman, Karl
Urban,
Richard Dreyfuss, Ernest
Borgnine Duración:
111 minutos Calificación:
CUATRO estrellas de cinco posible |
por
William Venegas
cocuyos@racsa.co.cr
Gentileza de La huella del ojo
http://lahuelladelojo.blogspot.com/
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