Rango: el vaquero de una bala Crítico
de cine La Nación |
Aunque
más parece un camaleón, Rango es una lagartija vaquera, al menos eso se
dice en la película Rango
(2011), dirigida por Gore Verbinski. Lagartija o camaleón, con dicho
personaje tenemos una película prácticamente perfecta con su diseño
animado por computadora. En
ese aspecto, es impecable la mostración visual del Oeste crepuscular,
cuando los vaqueros se resisten a morir. Los viejos pueblos con sus calles
polvorosas muestran su propia decadencia. El Espíritu del Oeste tiende a
esfumarse, los bares ya no son los mismos ni los alguaciles. Es cuando
llega el fanfarrón de Rango, quien ofrece lo que no puede dar: esperanzas
vaqueras. De
pronto, llevado contra la pared, Rango es capaz de encontrar el Espíritu
del Oeste y, de paso, ponerse a buscar agua. La falta de agua hace
desaparecer ranchos y haciendas, poblados y casas. ¿Por qué no hay agua?
Alguien está lucrando con ella, con el pretexto del desarrollo
urbanizador. Hay otra pregunta: ¿por qué la pradera ha sido cortada en
dos por una moderna carretera? La historia tiene vigencia, pero la película prefiere destacarse por el aspecto novedoso de su presentación visual, distinta a muchos filmes animados. Así, se concentra más en sus imágenes que en el buen desarrollo de su historia. La definición de personajes (por original) es muy buena, lo que lleva a diálogos fuera de lo común entre sujetos con cualidades humanas, pero con rasgos físicos propios de animales más bien repulsivos, incluso asquerosos. |
Tampoco son animales definidos claramente. Son “bichos” (por usar alguna palabra) que nos recuerdan a una u otra especie zoológica, que conforman un mundo surrealista cercano al de las pesadillas. No son exactamente los animales que uno tendría de mascotas. Todo lo contrario. Es como si la suerte del viejo Oeste se decidiera con animales propios de covachas, chiqueros, escombros, pocilgas, desvanes, basureros y rincones sucios u oscuros. |
Esos
animalejos son la esperanza del Espíritu del Oeste y Rango es la
esperanza de ellos. Pues bien, ese universo está plenamente diseñado y
sus texturas animadas las alabamos como perfectas, tanto en panorámicas
como en la mostración de los bichos mediante planos más cerrados. Este
es un trabajo logrado con habilidad
y perfección, con refinamiento y arte. Hay un universo estético muy bien
logrado, pura virguería al servicio de lo feo como expresión decorativa
y artística. Hasta ahí la cinta está bien lograda. Sin embargo, el cine no es solo iconografía, igual es narración, y aquí sí se cae la película, por su incapacidad para emocionar con su relato. Más bien, el filme se aletarga con presuntuosos vacíos narrativos y le cuesta hacer el planteo de situaciones para tener un mejor ritmo. Su núcleo argumental pierde vida, como los viejos vaqueros. |
Rango es cine de brío visual, pero con ocaso narrativo; o sea, es una película renca e innecesariamente exagerada, que busca ser homenaje al espagueti-western y que, ¡por dicha!, no viene en 3D. No creo que sea cinta para niños. Lo digo sin afán calificador, que esto es trabajo de los censores públicos. |
Rango Estados
Unidos, 2011 Género:
Animado Dirección:
Gore Verbinski Duración:
102 minutos Calificación: TRES estrellas de cinco posibles |
por
William Venegas
cocuyos@racsa.co.cr
Gentileza de La huella del ojo
http://lahuelladelojo.blogspot.com/
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